En las últimas elecciones presidenciales más de 24 millones de peruanos estaban habilitados para votar. Sin embargo, según datos de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), alrededor de 7.1 millones de personas no lo hicieron. Esto representó el mayor ausentismo desde el año 2000. Pero también es el reflejo de una tendencia en crecimiento. Si en el año 2006 el ausentismo fue de 11%, en 2011 subió a 16% y en el 2016 al 18%. 

En esta ocasión, han coincidido los analistas, este fenómeno no solo tiene una lectura política. En el mes de abril el país atravesaba la segunda ola de contagios de la pandemia del coronavirus, lo cual obligó a muchas personas a evaluar sus prioridades. Aún así, la baja representatividad política se reflejó en los resultados de la primera vuelta en los cuales ninguno de los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta superaron el 20% de los votos y los votos blancos y nulos sumaron alrededor del 16% de los votos totales. 

Con estos datos, el ejercicio de una ciudadanía vigilante se convierte en una necesidad, pero complicada de llevar a cabo. ¿Qué retos representa realmente esta situación para la vigilancia del poder? 

“Es muy importante que los ciudadanos seamos conscientes que nuestro rol como tales no se limita al rol electoral y que, por lo tanto, hay diversas formas de ejercer la ciudadanía de manera permanente”, explica Alexandra Ames, jefa del Observatorio de Políticas Públicas de la Escuela de Gestión Pública en Universidad del Pacífico y gerente general de Poleas Lab, consultora de generación y medición de impacto social. “Una de ellas es estar informado respecto a las mejores recomendaciones que puede hacer la cooperación internacional, porque estas pueden ser una guía para las demandas ciudadanas”.

Justamente el Observatorio de Políticas Públicas que dirige publicó durante la campaña electoral el informe Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 y los Planes de Gobierno que pudo determinar cuán presentes estaban estas metas en las propuestas de los diferentes partidos políticos. 

“En el siglo XXI la innovación tecnológica nos permite generar nuevas formas de conectarnos entre nosotros y nuevas formas de estar informados y de generar nuevas relaciones”, agrega Ames. “Ahí yo insistiría en que las redes sociales juegan un rol muy importante para ejercer una ciudadanía activa y puedan establecer esos mecanismos de control”.  

El colectivo Open Política es consciente de estas nuevas necesidades y posibilidades. Busca fortalecer la participación de la ciudadanía peruana en la toma de decisiones políticas generando plataformas que transparenten y faciliten el acceso a la información pública. Durante la campaña electoral desarrollaron Votu.pe, una aplicación para que las personas puedan evaluar qué candidatos se alineaban más con sus preferencias y con la cual alcanzaron más de 1 millón de usuarios únicos en 115 países. 

“La vigilancia ciudadana es un mecanismo de participación y el acceso a la información es clave para eso”, explica Alessandra Rojas, project manager de la organización. “No todo tiene ser reactivo. Idealmente toda esta labor debería encaminarse a una labor más preventiva que reaccionaria. Lo que hacemos es para prevenir, no para lamentar cuando algo ya ocurrió. Es necesario que los actores políticos sientan que los están mirando”. 

Por ello, Open Política ahora trabaja en el desarrollo de una plataforma que permita a las personas saber qué sucede en el Congreso de manera constante. ¿Qué proyectos se están discutiendo? ¿Quién los ha propuesto? ¿Cuáles han sido las últimas votaciones? ¿Quiénes están asistiendo? 

“Se trata de generar espacios de rendición de cuentas, que no existen”, señala Fernando Ruiz, miembro del grupo de investigación de esta. “¿Cómo la gente puede hacerle llegar su feedback a los políticos? Lo principal es transparentar la información porque un espacio de rendición de cuentas es también un espacio de acercamiento de la ciudadanía a sus representantes”. 

EL DATO:
La participación en la primera vuelta fue del 70,024%, equivalente a 17 millones 419 mil 740 electores.