Nadie pudo prever la pandemia del coronavirus. Su llegada sorprendió a todos los países y provocó múltiples crisis como la pobreza, el hambre, las deudas, la pérdida de escolarización, entre otras. A pesar de ello, en algunos casos fue posible contar con un plan de acción para hacerles frente. 

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible se promulgaron en el año 2015, pero el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, ha recordado que estos están diseñados para enfrentar “las mismas fragilidades y deficiencias que la pandemia ha expuesto”. Es decir, son la senda que puede ayudar a recuperar o buscar la estabilidad sanitaria, económica y social de los países. 

“En su interior subyace una clara promesa: acabar con la pobreza y no dejar a nadie atrás, brindar la orientación que necesitamos para poner fin a la pandemia, responder a sus repercusiones socioeconómicas y trazar el rumbo de una recuperación transformadora”, ha aclarado Guterres.

Esta perspectiva la comparte cada vez más el sector empresarial. Según el estudio Proyecciones para una reactivación empresarial sostenible en 2021, elaborado por Centrum PUCP y Avanza Sostenible, con la participación de 243 empresas de Perú, Chile, Ecuador y Colombia, el 76% de las empresas peruanas participantes aumentaron su interés en las apuestas sostenibles, y el interés de los ejecutivos peruanos en estas materias aumentó en 16% después del inicio de la pandemia. 

El sector empresarial peruano, indica el estudio, priorizará en el aspecto social la seguridad y salud ocupacional y la flexibilidad laboral; en el campo de la gobernanza la ética y la anticorrupción; y en la agenda ambiental, la gestión de residuos y la economía circular.

“Hemos enfrentado por primera vez en la historia un reto común: una crisis mundial global, sanitaria, económica y social. Eso ha hecho claramente que las empresas tengamos que volver a mirar la agenda, volver a definir las prioridades, reconocer que la única forma de llegar a los objetivos sostenibles es articulándonos. La empresa es motor de desarrollo, generador de riqueza y la riqueza un generador de bienestar”,  explica Diana Méndez, directora ejecutiva de L+1, una red de líderes empresariales e institucionales que buscan articular y conectar las agendas de trabajo de diversos sectores productivos del país encaminadas a la sostenibilidad y que ahora trabajan en una agenda de trabajo el impulso de la economía circular en el país. 

Para Méndez, son claros los avances que en los últimos años se han dado en el ecosistema empresarial vinculado a la sostenibilidad. Dentro de las empresas, el bienestar de los trabajadores se ha vuelto cada vez más fundamental, y la diversidad e inclusión han cobrado un papel protagónico. A la vez, el uso de métricas para abordar el desarrollo sostenible está permitiendo valorar cada vez más el potencial de la sostenibilidad y trazar metas claras, lo que ha llevado a dejar atrás la mirada filantrópica y lograr una “profesionalización” del impacto transformador. Y, finalmente, también los líderes, activistas y agentes de cambio han conseguido cada vez mayor reconocimiento como los principales impulsores de estos avances. 

“La construcción de liderazgo para el desarrollo sostenible no es sencilla”, agrega Méndez. “Existen barreras claras asociadas a miradas muy a corto plazo o a las agendas individuales. Lo que nos toca es reconocer que somos parte de un ecosistema, que es necesario generar puentes con otros actores y reconocer que las agendas comunes, que la agenda del país, tiene que construirse y consolidarse para avanzar en este proceso”, finaliza.

▶ EL DATO:
Alrededor del 75% de empresas líderes del Perú calcula mantener o aumentar su presupuesto asignado para la sostenibilidad este año 2021.
Fuente: Proyecciones para una reactivación empresarial sostenible en 2021