Hoy en día, en el Perú, 74% de la población desaprueba la gestión del Presidente y el 79 % la gestión del Congreso de la República, según la encuestadora Ipsos. Este es el resultado, por un lado, de un Ejecutivo que en tan solo un año ha contado con cuatro gabinetes de ministros, con un promedio de duración cada uno menor a los tres meses. Y de congresistas que, según la misma encuesta, la sociedad percibe que prioriza sus intereses personales (61%), no canaliza leyes a favor de la población (36%) e incluso elabora leyes que perjudican a la población. 

El impacto de esta situación no solo se da a nivel político. Esta, se calcula, ha ocasionado también la reducción de las inversiones privadas, la fuga de capitales, el aumento de la corrupción y la fuga de talentos. Por ello, desde meses atrás, las alternativas para una solución giran en torno a la renuncia o la vacancia presidencial y el adelanto de elecciones que cuentan con amplio respaldo. 

Sin embargo, como ha recordado la socióloga y ex congresista Marissa Glave en Perú: el profesor en su laberinto, la crisis política actual es también la consecuencia de cinco años de convulsión y de enfrentamiento constante entre los poderes Legislativo y Ejecutivo y la sucesión de cuatro presidentes en cinco años, uno de los cuales, además, no duró ni una semana en el poder. Las raíces de la coyuntura actual trascienden a esta, por lo que, como ha señalado el investigador de la Universidad del Pacífico, Roger Merino, se tratan de problemas estructurales que requieren soluciones más allá del corto plazo.

En esa línea, propuestas como la iniciativa ciudadana y apartidaria Recambio, busca renovar la política y fortalecer la democracia mejorando el ejercicio de debate ciudadano y político. Una apuesta en concordancia con el Objetivo de Desarrollo Sostenible de garantizar la adopción en todos los niveles de decisiones inclusivas, participativas y representativas que respondan a las necesidades. 

“Hay algo que no hemos entendido: la democracia es incómoda: implica conflicto, implica discrepancia”, ha explicado la directora de Recambio, Gabriela Vega, en su presentación ¿A qué me refiero cuando hablo de democracia? “La democracia está en peligro en nuestro país pero no solo por responsabilidad de los políticos sino por nuestras acciones. De hecho en nuestro deseo de defender lo que creemos deseable y verdadero, rechazamos, condenamos y hasta cortamos vínculos con las demás personas que componen este país, limitando nuestros canales para ver y entender la realidad”. 

Por ello, Recambio ha desarrollado un Programa de Formación Parlamentaria, dirigido a candidatos y candidatas al Congreso de entre 25 y 45 años que estén dispuestos a seguir pautas de debate respetuoso y constructivo dentro y fuera del programa. Y una Red de Formación Política Ciudadana, que funciona como una comunidad de debate, información, recursos y oportunidades de formación política para personas entre 18 y 45 años, militantes e independientes de diferentes identidades.

Su premisa es: “la crisis política que vive Perú es legal y ética, de estructuras y de actores, pero sobre todo de representación. No es posible identificar un solo culpable y tampoco será posible encontrar una sola plancha presidencial, bancada o partido político que vaya a poder resolverla por sí solo”.