El potencial geológico, así como la presencia de la Cordillera de los Andes que atraviesa a todo el país, han encaminado al Perú hacia la actividad minera a lo largo de su historia. El Perú, según el Ministerio de Energía y Minas, es uno los principales productores de metales como el oro, la plata, el cobre, el plomo, el zinc, el hierro, el estaño, el molibdeno, el teluro, entre otros. Esto ha permitido que la producción nacional de este sector tenga una marcada presencia en el mercado mundial, principalmente de países como Estados Unidos, China, Suiza, Japón, Canadá y la Unión Europea. 

Pero toda riqueza conlleva grandes retos y responsabilidades. Si bien ante los ojos del mundo la minería peruana es un recurso de gran demanda, dentro del país es también un factor de intensos conflictos sociales. La correlación de ambos factores no es gratuita. Como ha recordado el economista José De Echave en Los retos de la minería en el próximo quinquenio, los ciclos de altos precios de los minerales han sido acompañados también de mayores conflictos sociales debido a la necesidad de aprovechar la mayor cantidad de proyectos en dichos periodos. 

Se trata, señala el documento, de una minería que “promueve el desarrollo integral del país, especialmente de los territorios en donde opera, fomentando la responsabilidad y el valor compartidos, lo que se traduce en mayor bienestar para la ciudadanía” y que “participa en la planificación y ejecución de las acciones orientadas a cerrar brechas sociales, en el ordenamiento territorial consensuado sobre la base de información técnica, sólida y confiable”. 

Proyectos como FOGEL (Fortalecimiento de la gestión local) de Antamina ya han permitido transformar las mesas de negociación que solo se instalaban cuando surgía algún conflicto, en espacios de participación orientadas al desarrollo. Espacios, además, en los cuales participan tanto los gobiernos locales como la sociedad civil con el objetivo de fortalecer sus capacidades a través de capacitaciones y asistencias técnicas. “Esta iniciativa está permitiendo crear espacios de diálogo con agendas consensuadas y actividades coordinadas priorizando el desarrollo de cada localidad”, asegura la empresa en su presentación. 

Este trabajo, justamente, les ha permitido ser reconocidos por contribuir a los Objetivos del Desarrollo Sostenible a través del premio Perú por los ODS (PODS) en la categoría Paz, otorgado por la organización Perú Sostenible. Una distinción que destaca su aporte a la construcción de una sociedad pacífica, justa e inclusiva en los veinte distritos de intervención del área de influencia operativa de Antamina. 

EL DATO:
5.6 millones de peruanos dependen de manera directa e indirecta del sector minero.
Fuente: Instituto de Ingenieros de Minas del Perú.