¿Cómo se recuperan los espacios ocupados por las minas?

El plan de cierre de una mina se trabaja por etapas y debe contar con fondos desde el inicio de las operaciones.

Redacción ContentLab

Cuando los biólogos de la minera Antapaccay vieron a un ratón orejón andino en lo que alguna vez fue el botadero central de la mina Tintaya, se sintieron entusiasmados. Con esta especie pasaron a ser nueve las que ya habían tomado la zona recuperada de la mina como parte de su hábitat. La presencia de los animales silvestres era evidencia de que las acciones para hacer de ese un espacio nuevamente apto para la vida estaban funcionando.

Eso es lo que busca un plan de cierre de minas: desarrollar actividades que rehabiliten las áreas utilizadas, una vez concluidas las operaciones mineras. El plan no se inicia al finalizar la operación minera, sino que se ejecuta en paralelo con el desarrollo de la operación. En la medida en que se liberan áreas que dejaron de ser productivas, se hace presente el equipo de gestión de cierre de minas cuyo objetivo es retornar, en la medida de lo posible, a las condiciones naturales previas al desarrollo minero.

En una exposición en el Instituto de Ingenieros de Minas, Jorge Vargas, gerente de Medio Ambiente en Compañía Minera Antapaccay S.A., indicó que el cierre progresivo de dicha mina se realiza desde el 2012 y se proyecta hasta el 2030. 

Sin embargo, los trabajos de cierre no se detendrán en ese momento: entre 2031 y 2035 se realizaría la etapa de postcierre, donde, por ejemplo, se procederá a una revegetación con especies endémicas.

Solo después de esta etapa se dará paso al cierre final, que implicará monitorear que la naturaleza haya asimilado el área y no existan rezagos o consecuencias de la producción minera. En el caso de Antapaccay, este cierre se iniciaría en el 2036 y probablemente tomaría cinco años más. Después de eso, se entregará el área al Estado para su evaluación final.

FONDOS GARANTIZADOS
Para asegurar el cumplimiento de los cierres, las mineras deben depositar una garantía que permita orientar los fondos necesarios para cumplir con las etapas previstas de cierre. Estas etapas deben estar detalladas en los Estudios de Impacto Ambiental que presenta la mina antes de iniciar su operación.

La mina aurífera Pierina es uno de los ejemplos de cierre de minas más exitosos que existen en el país. Su plan contempló la inversión de alrededor de US$ 400 millones. El cierre no solo consideraba restablecer el área a sus condiciones naturales sino convertirla en un activo turístico, aprovechando su proximidad a la Cordillera Negra, en Áncash.

MONITOREO PERMANENTE
La parte más compleja del cierre de una mina es asegurar que el sistema hídrico de la zona mantenga las condiciones adecuadas para permitir que la naturaleza vuelva a establecer un orden. La presencia de aguas ácidas producidas, por ejemplo, por lluvias sobre una pila de desmonte, podría generar problemas posteriores. Este tipo de situaciones debe ser controlado y monitoreado como parte del plan de cierre. Otro aspecto relevante de este sistema de control es la evaluación de la consistencia de los suelos.

Los cierres de mina en operaciones subterráneas también podrían tener problemas en el aspecto hídrico, por lo que se hacen estudios que analizan cada escenario y se ejecutan acciones para neutralizar cualquier amenaza antes de taponear el socavón y determinar que no existe ningún riesgo de derrumbe. Estos procesos son monitoreados de manera permanente por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), con el objetivo de que se cumplan los compromisos de cierre.

Hoy, las empresas mineras también incluyen programas sociales como parte de los cierres. De esta manera, logran que las comunidades participen de este proceso y, a la vez, puedan evaluar si existe alguna posibilidad de producción en la zona. Estos planes son de largo aliento y demandan de un trabajo especializado, como el de ingenieros ambientales, biólogos, científicos sociales, entre otros. Con este trabajo en equipo y la continua supervisión de la OEFA, se busca recuperar los espacios utilizados por la mina y devolver a la naturaleza lo que es suyo.