El irlandés del norte Lord John Alderdice tiene muy clara la importancia del ODS 16: Paz, Justicia e Instituciones Sólidas. “Ninguno de los ODS puede ser aplicado en un contexto de guerra. Ni uno solo”, aseguró recientemente en el lanzamiento de la Mesa de Acción del ODS 16, organizado por Perú Sostenible.

Alderdice ganó reconocimiento en los años 90, cuando tuvo un rol fundamental para lograr acuerdos entre el Ejército Republicano Irlandés (IRA) y el gobierno, poniendo fin a un conflicto largo y complejo. Más adelante, participó en misiones de paz en Medio Oriente y en nuestro país. 

Esta vez, de regreso al país invitado por Perú Sostenible, Alderdice hizo énfasis en el momento histórico de crisis que vivimos y se atrevió a decir que “muchos países líderes no quieren ninguna mención al ODS 16. No quieren a nadie en las Naciones Unidas diciendo que ‘tener una guerra es únicamente destructivo, es muy malo para la humanidad’”. 

Y es que a este miembro de la Cámara de los Lores del Reino Unido no le hace sentido que un tema tan importante como la paz ocupe el penúltimo espacio en la lista de Objetivos de Desarrollo Sostenible. Si dependiera de él, afirma, lo ubicaría en primer lugar. Tiene sentido, pues la ONU plantea para el ODS 16 metas tan ambiciosas como reducir significativamente todas las formas de violencia y las correspondientes tasas de mortalidad en todo el mundo, poner fin al maltrato, la explotación, la trata y todas las formas de violencia y tortura contra los niños, y garantizar la igualdad de acceso a la justicia para todos.

¿Es posible alcanzar la paz?
A pesar de haber pasado por dos guerras mundiales y una guerra fría, seguimos siendo una especie que tolera los enfrentamientos armados. A su entender, se trata de un problema que va más allá de las regulaciones, las constituciones y los sistemas de justicia: es un tema que radica principalmente en la incapacidad para lograr entendimientos entre comunidades con visiones distintas. 

Lograr la paz en el mundo suena a quimera, pero no lo es. Aunque se trata de un reto gigantesco, Alderdice confía en que estamos en un momento histórico propicio para lograrlo. Su experiencia como psiquiatra y psicoterapeuta lo lleva a pensar que el ser humano es más abierto a cambios cuando sus problemas llegan a un límite. En un momento en el que enfrentamos, entre otras, la amenaza del cambio climático, ¿qué mayor evidencia de problemas podría necesitarse?

Para poner fin a las guerras y los conflictos armados al interior de las naciones es indispensable escuchar y valorar al otro como a uno mismo. “Si tu comunidad insiste en que su perspectiva debe tener prioridad, ya está en problemas con otras comunidades”, explica. 

Esta visión es muy relevante para lograr una convivencia pacífica en nuestro país, donde existen 55 pueblos indígenas con necesidades, intereses y demandas particulares. “Las personas hacen las cosas de maneras muy diferentes y tienen diferentes formas de pensar. Es crucial encontrar formas de relacionarse entre sí para apreciar esas diferentes formas, especialmente aquellas fuera de las estructuras gubernamentales”, sostiene el político británico.

El Plan Estratégico de Desarrollo Nacional al 2050 se plantea como su cuarto objetivo el “garantizar una sociedad justa, democrática, pacífica y un Estado efectivo al servicio de las personas, en base al diálogo, la concertación nacional y el fortalecimiento de las instituciones”. En nuestro país, donde a la fecha, según la Defensoría del Pueblo, existen 165 conflictos sociales activos y 60 latentes, enrumbar hacia este objetivo dependerá de nuestra capacidad para valorar la postura del otro, y a partir de ello establecer un diálogo. No es nada fácil pero, siguiendo a Alderdice, ¿no estamos en el momento más propicio para hacerlo?