¿Cómo la energía limpia y renovable ayuda a las comunidades a salir de la pobreza?
Bastó instalar un lote de lámparas en hogares que no contaban con suministro eléctrico para que la empresa social Power Mundo, fundada en 2008, advirtiera una necesidad latente de muchas familias que habían sido afectadas por el fenómeno del Niño en 2017, en zonas como Loreto, Mazan, Santa Cruz en Yurimaguas y zonas de Piura. Estas no contaban con acceso a suministro eléctrico.
Según el INEI, un 4.3% de la población aún no cuenta con el servicio de energía eléctrica. Si bien la cifra ha disminuido de forma constante en los últimos 20 años, aún un 17.8% de la población rural vive sin acceso a una red de alumbrado público, de acuerdo al informe técnico trabajado por la institución antes de la pandemia. Por ello, los esfuerzos por reducir esta brecha vienen tanto de parte del sector privado como del público.
PowerMundo, tras comprobar esta necesidad de energía eléctrica, inició el proyecto Comunidades Iluminadas. A través de paneles solares, portátiles y autoinstalables, comenzaron a conectar a más peruanos sin acceso a la electricidad con productos solares para satisfacer sus necesidades de energía, como lámparas que se pueden cargar durante el día y utilizarlas por la noche, transportarlas a las chacras o a los viajes en botes que los pobladores realizan hacia otras comunidades.
Estas lámparas, además, cuentan con un puerto USB que permite recargar celulares, son resistentes a las caídas, avisan cuando la energía se va a acabar, y su ciclo de vida es de hasta cinco años. Pero, no solo se trata de evitar emisiones de Co2 al ambiente, sino, sobre todo, cerrar ciclos de pobreza, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de las personas de muchas comunidades alejadas.
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PowerMundo calcula que una persona en zonas rurales puede gastar hasta un 15% más de sus ingresos al mes en iluminarse que en zonas urbanas. Siendo así, las lámparas no solo permiten a las familias reducir el gasto en velas y mecheros a gasolina, sino también ganar hasta cuatro horas extras de luz totalmente limpia para estudiar, trabajar y continuar con sus actividades diarias sin afectar la flora y fauna de las comunidades.
En septiembre de 2021, la empresa social expandió el proyecto a las escuelas para que los niños afectados por la pandemia del Covid-19 pudieran retomar sus clases a través de una radio, con una tarjeta SD incluida con contenido precargado de cuentos, audiolibros y canciones. Así, en sus 13 años de operación, PowerMundo ha logrado mejorar la calidad de vida de 100 mil usuarios en todo el país.
Desde el sector público, también han identificado en el aprovechamiento de las tecnologías de energía limpia una oportunidad para mejorar las condiciones de vida en las zonas rurales y más pobres del Perú. Por ejemplo, como parte del proyecto “Acciones de mitigación apropiadas a nivel nacional”, implementado por el Ministerio de Energía y Minas y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), surgió E-Mujer: la Escuela de Energía para Mujeres de Perú.
El programa contempla la capacitación de mujeres para utilizar, instalar, mantener y comercializar paneles solares y cocinas mediante el uso de tecnologías de energía limpia. Esto ha permitido mitigar la emisión de gases de efecto invernadero, pero también marcar una diferencia en la vida de cientos de mujeres y sus comunidades, cambiando hábitos tan sencillo como cocinar: según la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), un 12% de los peruanos utiliza combustibles sólidos como leña o carbón vegetal para este fin, entre otros usos domésticos.
Con E-Mujer, 290 mujeres de Cajamarca, Cusco, Loreto y Puno, aprendieron a asegurar el uso y mantenimiento de tecnologías de energía limpia y, además, a iniciar y administrar un negocio de estas características. El objetivo, señalan desde el PNUD, es replicar el proyecto en todo el Perú, buscar más oportunidades para expandir el espíritu empresarial, hasta crear un centro de innovaciones para que las mujeres diseñen otras tecnologías de energía limpia que se adapten a sus realidades y necesidades.
De esta manera, las energías limpias se convierten en una solución rentable y que contribuye al Objetivo de Desarrollo Sostenible 7, sobre energía asequible y no contaminante. A su vez, permite alcanzar los objetivos climáticos asumidos por el Perú y sacar a muchas personas de la pobreza.
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