La cultura, en Perú, es un sector históricamente postergado por los diferentes niveles de gobierno y, por ello, la característica común de los trabajos artísticos es la precariedad laboral. Según el estudio Hacia el diseño de un plan de recuperación al 2030, del Ministerio de Cultura, incluso antes de la pandemia que agudizó las carencias de este sector, el país ya padecía de “un limitado ejercicio de los derechos culturales de la población” debido a la escasa valoración de la diversidad cultural, una limitada participación cultural en las expresiones artístico culturales y un débil sistema sostenible de la gobernanza de la cultura.

“La gobernanza cultural son las instancias e instituciones que desde el gobierno facilitan el acceso de las personas a sus derechos culturales”, explica el coordinador del sector Cultura de la UNESCO Perú, Enrique López-Hurtado. “Nosotros tenemos derecho a la creación cultural, al disfrute de la cultura y a la participación en la cultura y por participación nos referimos a ser consultados y ser tomados en cuenta a la hora que se diseñan políticas culturales”

Sin embargo, el estado de la gobernanza cultural es crítico. Como ha recordado la gestora cultural Gloria Lescano en La cultura en campaña: de 24 departamentos, 196 provincias y 1.874 distritos del país, solo 1 región, 2 provincias y 1 distrito han trabajado un plan de cultura. Esto, ha explicado, dificulta múltiples aspectos del desarrollo de la cultura: la asignación de presupuestos, la posibilidad de generar alianzas estratégicas y la incapacidad de establecer políticas que respondan a las necesidades de la población.

“Es por esto que en todo el Perú tenemos prácticas culturales que se van perdiendo; trabajadores y trabajadoras culturales ‘pagados’ con refrigerios y pasajes; niños y jóvenes en riesgo sin oportunidades para el buen uso del tiempo libre; plazas y parques inseguros y sin vida cultural; ciudadanos con altos índices de depresión y ansiedad, sin alternativas públicas de recreación y expansión de su creatividad”, ha escrito Lescano. “Y, sobre todo, cada vez menos espacios que permitan generar sentido de comunidad y pertenencia que mitiguen la división, el individualismo y la desconfianza que estructuran hoy los vínculos sociales”.

Por ello, UNESCO Perú y la Asociación Civil Transparencia, han lanzado la campaña Suma Cultura, que presenta 10 recomendaciones en materia de cultura para sumar en los planes de gobierno de los candidatos de las Elecciones Regionales y Municipales de Perú en el 2022 e instaurar a este sector como parte esencial de los debates electorales. Estas han surgido en base al Plan de Recuperación de las Industrias Culturales y las Artes al 2030, del Ministerio de Cultura: 

1. Elaboración de un plan local de cultura.

2. Creación de una gerencia de cultura.

3. Creación de un registro local de trabajadores de la cultura.

4. Creación de una agenda cultural local.

5. Elaboración de una ordenanza para el uso de los espacios públicos para la cultura.

6. Creación de una mesa o consejo local de cultura.

7. Creación del patronato local de cultura.

8. Creación de licencias de funcionamiento para espacios culturales.

9. Asignación de presupuestos para fondos concursables locales de cultura.

10. Implementación de cuentas públicas en cultura.

“El patrimonio cultural o las industrias culturales pueden entrar en el debate, pero la mirada de las políticas -la producción consensuada y participativa de instrumentos de gestión- es lo que quisiéramos que se coloque en el debate”, explica López-Hurtado. “No se trata de saber qué va a hacer un alcalde con un centro arqueológico, sino qué políticas va a desarrollar para proteger el patrimonio, fomentar los espacios culturales y acercar a la gente a sus derechos culturales”.