El 42% del plástico utilizado en el mundo se destina al empaquetado de alimentos y productos manufacturados. Tras pasar solo unos minutos en las manos de los consumidores, este plástico tarda miles de años en degradarse. 

El impacto medioambiental de estos productos ha planteado una serie de desafíos ecológicos en casi todos los países. Y, en el Perú, afecta especialmente a la cadena del plátano orgánico. En Piura se produce más del 90% del banano orgánico del país y su cadena de valor genera alrededor de 410 toneladas de plásticos cada año. 

Aproximadamente 20 millones de fundas plásticas son utilizadas para cubrir y proteger los racimos de plátanos contra pájaros e insectos. Se utilizan también porque crean un microclima que ayuda a que el racimo crezca más rápido. Pero había un problema: las fundas de plástico no contaban con una gestión de residuos sólidos adecuada. Por ello, una vez utilizadas, las bolsas y fundas plásticas de polietileno eran desechadas en el campo o en un relleno sanitario o, peor aún, quemadas, contaminando el medioambiente y afectando a la salud de las personas. 

Un negocio sostenible
En febrero de 2022, después de un largo trabajo de organización, se encontró una solución: la planta de conversión Ecoban en Sullana, que se logró con el apoyo estatal, empresas privadas, fondos nacionales e internacionales, y asociaciones de banano. Ahora, las bolsas y fundas de plástico son recicladas para la fabricación de esquineros hechos con material de plástico reciclado que son vendidos a precios competitivos a la industria de exportación y permite un ahorro de costos de insumos para las asociaciones bananeras. 

“Primero tuvimos que formar grupos de trabajo y buscar fondos para poder concebir la idea. Se sumaron muchas instituciones, como el gobierno regional, la Municipalidad Provincial de Sullana y el sector privado, así como asociaciones de pequeños productores de banano de Piura. Fuimos conversando, generando soluciones y logrando superar pequeños retos para lograr un sector bananero más competitivo”, dice Diego Balarezo Camminati, gerente general de Ecoban.

Además de contribuir a la protección del medioambiente, la gestión integral de residuos ayuda al cumplimiento de la certificación por parte de las asociaciones que donan sus plásticos en puntos de recolección para que posteriormente sean trasladados a la planta de Ecoban. Así, crean oportunidades para cientos de familias productoras, al integrar un proceso de economía circular en su cadena de valor.

Ecoban es sustentable financieramente, debido a que obtiene sus ganancias a través de sus propias ventas. Además, ofrecen precios más competitivos a las organizaciones y cuentan con una gran oportunidad de expandirse a otras industrias. “La capacidad instalada en este momento es para alcanzar el 20% de los plásticos y creemos que todavía podemos tener más maquinarias para recoger más plásticos y poder vender más esquineros”, afirma Balarezo. 

Por su potencial brindando una solución integral en el control de residuos plásticos, Ecoban ganó el Reconocimiento Perú por los ODS en la categoría MIPYME, entregado por la organización Perú Sostenible.