Desde que se propuso generar la menor cantidad de basura en su casa, Sandra De La Torre, una joven comunicadora y amante de la naturaleza, lleva siempre en su bolso un tomatodo, una bolsa reutilizable, un táper; y en invierno, un termo para evitar usar productos desechables de plástico y no contaminar. Adicional a estas acciones, ella comprendió que el reciclaje es fundamental, pero también que es solo una de las tantas cosas que podemos realizar a favor del medio ambiente. Y qué mejor que empezar hoy, en el Día Mundial del Reciclaje. 

La primera vez que se preguntó cómo empezar una vida más sostenible fue en 2017. Sandra y tres amigas habían obtenido la certificación internacional PADI en buceo en Máncora. La experiencia de conectarse con el océano las ayudó a dimensionar realmente el daño que el ser humano ocasiona acumulando basura en las playas y el mar.

Por eso, luego de esta experiencia, Sandra de La Torre, Alessandra Causillas, Valeria Bendezu y Rommy Tejerina encontraron un objetivo en común: concientizar a las personas mediante sus propias experiencias en la búsqueda de una vida más sostenible. Y para ello fundaron ‘Por dónde empiezo’, una plataforma digital que brinda información y consejos para adoptar medidas urgentes para llevar una vida más amigable con el medio ambiente y combatir el cambio climático y sus efectos, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) establecidos por el PNUD.

5 FORMAS DE CUIDAR EL PLANETA
La UNESCO declaró el 17 de mayo como el Día Mundial del Reciclaje para recordar la estrategia de reducir, reutilizar y reciclar, que busca reorientar el comportamiento de todos los ciudadanos con el objetivo de mejorar el medio ambiente. Por ello, las fundadoras de ‘Por dónde empiezo’ recomiendan comenzar aplicando las 5R de la ecología en nuestras vidas: rechazar, reducir, reutilizar, reincorporar y reciclar.

“La mayoría de las personas cree que reciclar es la solución. Yo también lo creía hasta que descubrí que es la última opción”, dice Sandra. Primero -explica- se debe rechazar aquellos productos de un solo uso, sobre todo los plásticos que no se biodegradan en cientos de años.

Antes, por ejemplo, Sandra se podía llevar cinco productos de la bodega y si le daban cinco bolsas ella las recibía. “Es parte de tu día a día y no te das cuenta. Pero ahora, antes de que me las entreguen, yo digo no. Y si voy a cocinar para pocas personas, no compro de más”, explica.

También pudo reducir el consumo de agua y de luz, e incluso las compras en el supermercado. Por ejemplo, prefiere preparar su propia salsa de tomate casera en vez de comprar salsas empaquetadas. O en lugar de ir a una cafetería y comprarse un café en un envase de cartón plastificado que va a terminar siendo basura, prefiere reutilizar: es decir, llevar un termo y que sirvan el líquido allí. Lo mismo con la comida: antes de usar plástico o tecnopor, prefiere llevar un taper.

Sandra también prepara abono con los residuos orgánicos de su cocina, lo que se conoce como reincorporar. Los separa, los pica en pedazos y los convierte en abono en un compostero. “Somos la única especie en el planeta que genera desechos que no se reincorporan en la naturaleza”, señala Sandra.

EL PODER DE LA INFORMACIÓN
Para cuida el planeta “el primer punto para empezar es tener la información”, dice Sandra, cofundadora de ‘Por dónde empiezo’. -Ella explica que como mucha gente no se informa, no se preocupa y finalmente no hace nada. Sandra, en cambio, sigue los consejos de la bloguera y activista colombiana, Mariana Matija, y otras fuentes de información como ‘Lo que más puedo’ de Chile, ‘Trash is for Tossers’ de Estados Unidos y ‘Vivir Sin Plástico’ de España.

Para convencer a su familia de que siguieran su ejemplo, les enseñó un documental: A Plastic Ocean, que cuenta cómo la utilización del plástico -uno de los grandes inventos del siglo XX- ha convertido los mares del planeta en cúmulos de basura que acaban con la vida animal y el medio ambiente. “Ese fue el punto de quiebre para que ellos se vieran tan involucrados como yo”, afirma Sandra.

Una vez informados, podemos ejercer mejor nuestro poder como ciudadanos y consumidores: usar la bicicleta, no usar cañitas o bolsas de plástico, o visitar restaurantes ecoamigables cobran sentido. “Por ejemplo, si consumes marcas locales y de pequeños productores es más fácil saber de dónde provienen sus productos y cuál ha sido su proceso de producción”, explica Sandra.

Si todos realizamos estas acciones claves y nos convertimos en consumidores o compradores responsables, nuestro planeta tendría menos desechos contaminantes. Todos y todas podemos ser parte del cambio. 

► Para promover el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y lograr un efecto multiplicador, lo primero es reconocer y celebrar los proyectos sostenibles. Por eso, si tienes una iniciativa que contribuye al desarrollo de las comunidades y el país, postúlalo en pods.pe