Todos los 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente, una fecha propicia para evaluar cómo nuestros hábitos pueden afectar o ayudar a nuestro planeta. Podemos empezar analizando cómo nuestras acciones afectan a nuestro entorno. Un ejemplo de ello es Lima, una ciudad considerada una de las más áridas del mundo: al año, registra 9 milímetros de lluvia. Para abastecer a sus más de 9 millones de habitantes, cuenta principalmente con el agua proveniente del derretimiento de los glaciares de los Andes, pero estos podrían desaparecer antes de 2045 como consecuencia del cambio climático, según un informe del la agencia GIZ en el Perú.

El río Rímac es también un importante proveedor de agua y luz para Lima y el Callao, pero esto depende de las lluvias de la sierra central, donde se encuentra la naciente de la cuenca del río. Cuando las lluvias disminuyen por el Fenómeno El Niño que afecta el medio ambiente, el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima reduce la presión del agua durante la noche y madrugadas para cubrir el abastecimiento. 

De este modo, Lima sufre lo que se conoce como ‘estrés hídrico’: pese a que concentra el 70% de la población del país, solo cuenta con el 1.8% del total de agua que se produce en el Perú. Esto afecta, por otro lado, al 50% de la producción de la electricidad que generan las plantas hidroeléctricas, las cuales usan directamente la fuerza del agua para funcionar. Además, el 92.6% de los hogares peruanos tienen, al menos, un celular, o teléfono fijo, o internet, o TV por cable, por lo que el gasto de energía de estos diversos equipos electrónicos que necesitan estar conectados a la corriente es cada más frecuente, mientras que el agua es cada vez más escasa.

Si ya sabemos lo importante y lo escaso que son estos recursos, ¿cuál es la responsabilidad como ciudadanos y qué acciones se pueden realizar para combatir el cambio climático y sus efectos?

MÁS RECOMENDACIONES

Bruno Monteferri, ambientalista y director de la empresa Conservamos por Naturaleza (CxN) recomienda hacer pequeños cambios de hábitos urgentes en casa porque estos pueden marcar la diferencia.

✔ Reemplazar en casa los focos antiguos por luces LED y focos ahorradores. Esta simple acción puede reducir un gran gasto de energía y, además, repercute en el bolsillo de las personas pues representa una tarifa de consumo de electricidad menor.

✔ Apagar o desconectar los aparatos eléctricos cuando no se usen y tomar en cuenta el consumo de electricidad de los equipos que se compran. “Hay refrigeradoras y otros electrodomésticos que buscan ser más ecoeficientes”, explica Monteferri, y agrega que para las empresas existen certificaciones LEED de edificios sostenibles.

✔ Llamar a un gasfitero para comprobar que no hay fugas, especialmente en edificios o casas antiguas.

✔ Tomar duchas cortas, de no más de cinco minutos. Cerrar la ducha al jabonarse y el caño al lavarse los dientes.

✔ Reemplazar inodoros antiguos por unos eficientes o ecofrienfly que tengan diferentes botones de descarga de agua, según el uso del inodoro. 

“Con ciudadanos y consumidores más conscientes, hay mayor presión para exigir a las empresas certificaciones, cumplimientos de estándares y garantizar la transparencia en los procesos de trazabilidad (es decir, desde el origen hasta el destino final de un producto). Blindarse los ojos y no mirar o investigar, es responsabilidad de cada uno. La información está disponible”, dice Monteferri.

UNA TAREA DE TODOS
Los esfuerzos por garantizar el acceso al agua y luz de la población no provienen solo del Gobierno, sino también de empresas ecoamigables y organizaciones sociales como la empresa Conservamos por Naturaleza (CxN), dedicada a involucrar a más ciudadanos en acciones de conservación y cuidado al medio ambiente, ayudando a cumplir el Objetivo de Desarrollo Sostenible de la ONU número 13: acción por el clima.

“Convivimos con otras personas y especies. Tenemos que asumir responsabilidad ética en cómo nuestras formas de producción y consumo impactan positiva o negativamente en los demás”, explica el ambientalista y director de CxN, Bruno Monteferri.