Planeta

Centro de Rescate Amazónico: educación para proteger a los animales del bosque

REDACCIÓN CONTENTLAB

Sep 9, 2022

La primera vez que el biólogo amazónico Javier Velásquez vio un manatí -también conocido como vaca marina-, fue en cautiverio, en una oficina estatal de Iquitos. El manatí había sido rescatado, pero lo habían dejado en una bandeja, en malas condiciones, y no existía en ese momento ninguna institución en el Perú con la capacidad de rehabilitar y cuidar a esa especie. 

“Es imposible decomisarlos y tenerlos en una oficina”, pensaba Javier. Era el año 2007 y decidió fundar la Asociación para la Conservación de la Biodiversidad Amazónica.

“Contabilizamos 15 bebés de manatíes que habían muerto en cautiverio debido al tráfico ilegal. Para una especie que está en peligro de extinción y vulnerable, perder a las crías es un golpe muy fuerte”, explica Vásquez. Junto con su equipo, buscó apoyo en el extranjero y lo consiguió.

De la mano con el Dallas World Aquarium de EE.UU., los procesos de rehabilitación comenzaron a ser exitosos. “Los manatíes que venían con 15 kilos, muy delgados, empezaban a ganar peso rápidamente y llegaban a pesar 100 kilos. En un par de año estaban listos para ser devueltos”, narra Velásquez. 

Miles de animales salvados
Con el apoyo de más organizaciones extranjeras, construyeron en 2009 las instalaciones del Centro de Rescate Amazónico, un refugio natural en la selva peruana, a una hora de Iquitos, creado para albergar y llevar de regreso a su hábitat natural a manatíes. Hoy, este espacio también contribuye al rescate de otras especies, como los perezosos, las tortugas, delfines de río, primates, y muchas variedades de aves. Hasta la fecha, han logrado el rescate de más de 60 manatíes, de los cuales 28 fueron devueltos a la naturaleza. Y, en el caso de otras especies, ya son más de 10 mil ejemplares liberados, entre tortugas, aves, perezosos, en áreas naturales protegidas.

En el Perú, según el “Libro rojo de la fauna silvestre amenazada”, del Servicio Nacional de Flora y Fauna Silvestre (Serfor), alrededor de 389 especies han sido consideradas con algún grado de vulnerabilidad, de las cuales 64 se encontrarían en estado crítico. Primeras en la lista están las aves, seguida de los anfibios y los mamíferos. Sin embargo, de nada sirve rescatar decenas de manatíes, dice Javier, si la gente los sigue matando para vender su carne o para conservarlos en sus casas como mascotas. 

En ese sentido, una de las actividades del Centro de Rescate que más esfuerzos y trabajo les demanda es la educación. Además de visitar colegios, el Centro de Rescate Amazónico está abierto al público para que los visitantes puedan conocer los impactos negativos del tráfico ilegal sobre la fauna y, también, los esfuerzos de rehabilitación que necesita un animal para poder regresar a la naturaleza. 

Ya han trabajado con más de 300 mil niños de Iquitos y comunidades cercanas, logrando reducir a cero el tráfico de manatíes en Iquitos en los últimos cuatro años. Así, contribuyen a restaurar en parte el equilibrio del ecosistema amazónico.

Conocer la naturaleza para valorarla
Pero la importancia de la educación cobró aún más urgencia para el biólogo marino tras una encuesta que realizó con el equipo del Centro de Rescate Amazónico en Iquitos. Pese a ser la ciudad amazónica más grande del Perú, el 80% de estudiantes de escuelas primarias nunca habían visitado el bosque.

“Los adultos que cuidan la naturaleza tienen en común que, de menores, tuvieron una vinculación positiva con entornos naturales. De acá a 15 años, cuando los niños y niñas tomen las riendas de esta región tan importante para el mundo, y sean empresarios, académicos, tomadores de decisiones políticas, ¿con qué criterios de conservación lo van a poder hacer si nunca tuvieron una relación cercana con el bosque?, se pregunta Javier Velásquez.

Para reducir esa frase alarmante, Javier y su equipo pusieron, nuevamente, manos a la obra y encontraron una manera para que niños y niñas puedan empezar a relacionarse tempranamente con el bosque, a través del programa Un día en el Bosque.

En un área privada de conservación de once hectáreas de bosques de arena blanca y ecosistemas de aguajal, construyeron el Amazon Forever Biopark. Este espacio fue creado para promover el cuidado ambiental a través de la educación didáctica. Allí, niños y niñas realizan un completo recorrido de exploración en la naturaleza a través del bosque, donde realizan juegos que les permite aprender sobre la importancia de la Amazonía para sus vidas y para la del planeta. Hasta ahora, más de 3 mil niños y niñas han visitado el bosque.

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