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Cuidar la anchoveta hoy garantizará la nutrición del mañana
La anchoveta peruana es un recurso abundante y de gran reproducción que posee una alta concentración de ácidos grasos, Omega 3 y micronutrientes. De estos últimos, tiene una gran variedad: aminoácidos esenciales, minerales, vitaminas A y D, entre otros.
Pese a su gran valor nutricional y las campañas del sector privado y el Estado, su consumo entre la población aún no logra difundirse. Principalmente, porque el sabor y olor de la anchoveta no son los favoritos frente a otras opciones como el bonito, jurel o caballa. ¿Qué hacer con este recurso cuando posee tantos beneficios nutricionales?
La FAO, agencia de la ONU que lidera el esfuerzo para acabar con el hambre en el mundo, plantea aprovecharlo para la alimentación de peces criados en la acuicultura, así como también en la porcicultura y avicultura. De esta manera, a través de la harina y aceite de anchoveta que se produce en Perú de manera sostenible, en empresas como TASA, es posible trasladar estos nutrientes de gran valor a otras especies que son ampliamente consumidas por la población.
Además, la producción de alimentos a base de harina y aceite de anchoveta multiplica la cantidad de alimento disponible. Con un kilo de anchoveta se puede producir hasta 4 kilos de peces de acuicultura. Y eso no es todo, en contraste con otras industrias alimenticias basadas en la crianza de especies, la pesca no requiere de terrenos de cultivo que pueden afectar espacios naturales y ecosistemas terrestres. Los científicos Francois Gerlotto y Ray Hilborn ahondan más en este último punto.
Ellos indican que la pesca de anchoveta cumple un rol determinante en la conservación de ecosistemas en tierra. El dejar de pescar y producir harina y aceite de pescado solo haría que los sectores de acuicultura, porcicultura y avicultura busquen reemplazos como la soya, aumentando su demanda y, por ende, aumentando los terrenos para su cultivo. Esto incidirá negativamente en hábitats de vida silvestre y pondría en peligro especies protegidas.
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La anchoveta peruana es sinónimo de nutrición, pero con una historia amplia de obstáculos para su consumo. Hoy por hoy, es posible nutrir a las personas a través de otros sectores gracias a la harina y aceite de pescado.
Sin embargo, la pesca no puede desarrollarse en un entorno que no sea controlado, debe ser administrado y evitar la sobrepesca y pesca ilegal, además de implementar prácticas de pesca sostenible como lo plantea el ODS 14 “Vida Submarina” y la “Agenda 2030 de las Naciones Unidas”. El caso peruano avanza excepcionalmente hacia ello, gracias a la Ley de Cuotas que regula la captura de anchoveta y quiénes la capturan. Normas complementarias fijan, además, mecanismos que preservan la especie joven (vedas, suspensiones preventivas, bitácoras electrónicas, entre otros).
Autoría: TASA
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