Solo nosotros, los peruanos y peruanas, podemos sacar al país de la espiral de polarización, violencia y corrupción en la que está inmerso. Nuestra nación ha pasado por tiempos duros y complejos que han alejado a la ciudadanía de la participación en la toma de decisiones y la construcción de consensos que permitan apuntalar el desarrollo del Perú. Por eso, escucharnos y empatizar es una tarea ineludible.

Esta es una de las conclusiones a las que se llegó en la Mesa de Acción por el ODS 16: Paz, Justicia e Instituciones Sólidas, impulsada por Perú Sostenible. En dicho encuentro participaron representantes de gremios empresariales, el sector público y la cooperación internacional, entre otros actores.

La mesa observó que la forma de política participativa, que debería estar encarnada en un régimen democrático, no funciona como tal. Las últimas crisis políticas por las que ha pasado el país desencadenaron violentas protestas y respuestas represivas que han minado el ánimo del público por involucrarse en la vida pública y el manejo del Estado.

Para Alvaro Henzler Vernal, presidente de Asociación Civil Transparencia, la clase política no está respondiendo a su razón de ser. Al contrario, se avoca a intereses mercantilistas y personales, alejados del bien común.

“Esa misión fundacional de la política, que nace como un grupo de personas que son elegidas por los ciudadanos para representarlos y asegurar las leyes y las reformas para el bien común, se ha perdido por completo”, comenta Henzler.

El especialista sostiene que es imperativo que los partidos políticos, independientemente de su ideología, formen cuadros nuevos, con nuevos liderazgos que puedan lograr un mayor protagonismo del bien común y que logren la transformación de sus propios partidos, para que puedan servir a la ciudadanía.

Además, indica, se requiere un cambio estructural a partir de un conjunto de reformas políticas electorales mínimas que están en discusión hace muchos años, pero que “lamentablemente el Congreso de la República —ni este ni los anteriores— ha tenido la decisión ni la convicción de aprobar”.

Más allá de los partidos
Sin embargo, la salida a la crisis no depende solamente de las organizaciones políticas. El principal motor de este cambio debe provenir de la ciudadanía misma. Hay muchas otras maneras de participar de la vida pública y hacernos cargo como ciudadanos y ciudadanas de lo que también es nuestra responsabilidad.

Henzler afirma que “los peruanos tenemos que animarnos a regresar a lo público y a la política con ‘P’ mayúscula. No necesariamente desde un partido político, sino a hacernos cargo de lo público: qué pasa en nuestro edificio, en nuestro barrio, en nuestra región”.

En ese sentido, se han generado una serie de iniciativas orientadas a renovar el diálogo político y fomentar la participación de las personas en la cosa pública desde diversos espacios. Uno de ellos es la Coalición Ciudadana, una red de más de 300 organizaciones de la sociedad civil que, junto con la ONU, está abriendo espacios de escucha para entender la crisis y buscar alternativas para avanzar como país.

También hay otros espacios como Es Hoy, un programa experiencial de escucha promovido por los gerentes generales de 50 compañías, con la intención de que empresarios y líderes civiles puedan encontrarse, aprender y escuchar puntos de vista diferentes.

De igual forma, la Asociación Civil Transparencia lanzó su “Plan por la Democracia”, con el que, en palabras de su presidente, conversarán “con los líderes de los partidos políticos, los gremios, sindicatos y jóvenes en distintas regiones para encontrar los problemas que aquejan a la democracia y, ojalá, encontrar consensos mínimos que puedan promoverse a futuro”.

También vale la pena destacar la iniciativa Patria C, de Perú Te quiero, que busca formar una nueva generación de jóvenes interesados en activar su ciudadanía, mediante 150 becas que les permitan potenciar su liderazgo y los animen a participar en la vida política.

Y es que, como decía el estadista francés Charles de Gaulle, “la política es un asunto demasiado importante para dejarla solamente en manos de los políticos”. Por eso, aceptemos esa misión e involucrémonos en la conducción de los destinos de nuestra patria. El Perú lo necesita con urgencia.