Trasladar los residuos que generamos en casa hasta el centro de acopio más cercano es una tarea que, en el Perú, está lejos de ser considerada un hábito. De las 23 mil toneladas de residuos que generan al día solo un 1,9% a nivel nacional es correctamente reciclado, según el Ministerio de Ambiente. Para Ecoins —el nuevo programa de recolección de desechos del Perú— la respuesta es evidente: no hay incentivos para que el consumidor practique el reciclaje.

Ecoins es una plataforma digital que, a cambio de que las personas entreguen sus residuos en centros de acopio y valorización —desde plástico, vidrio y papel, pasando por aluminio, llantas y cartón hasta medicamentos vencidos, aceite vegetal y artículos electrónicos, entre otros— reciben ecoins o puntos acumulables para canjearlos en promociones y en una variedad de productos o servicios.

“El centro de valorización anota tu correo electrónico junto con la cantidad de material que llevaste limpio, seco y separado. Levanta esa información, la carga en tu cuenta y te asigna los ecoins. Cada botella de plástico te paga 10 ecoins como recompensa. Esta es una nueva forma de abordar la responsabilidad del consumidor y premiarlo por hacer lo correcto con sus residuos”, explica Karla Chaves, directora regional de Ecoins, cuyo trabajo contribuye principalmente al Objetivo del Desarrollo Sostenible (ODS) número 12: Producción y Consumo Responsables.

PROYECCIÓN REGIONAL
Perú es el tercer país donde se presenta Ecoins, después de Costa Rica y Panamá. El proyecto se inició a inicios de 2018 bajo el nombre de ecolones —en alusión a la moneda costarricense— y el éxito que consiguió el programa, más de 20 mil personas inscritas en un mes, impulsó la expansión regional.

“En Perú hay un programa que funciona hace diez años que se llama Reciclaje con propósito, liderado por Ciudad Saludable y PepsiCo. Ya con esos diez años de trabajo en acopio de base, en organizar centros de acopio, de conocer el mercado y trabajar en política pública, fuimos incorporados a este grupo”, explica Karla Chaves de Ecoins.

De esta manera, se unen al trabajo que empresas, ONG’s y el Gobierno ya vienen realizando en el Perú y buscan convertirse, al igual que en Panamá y Costa Rica, en la única moneda que invita al consumidor —quien siempre había estado fuera— a ser parte de esta cadena de transformación del material. El objetivo es expandirse a más de 10 países al 2021.

EDUCAR AL CONSUMIDOR
Las ventajas que brinda Ecoins son numerosas. En casa, el consumidor puede usar los puntos de canje para disfrutar, por ejemplo, desde una salida al cine con su familia o comprar un producto de belleza. Los centros de valorizaciones o acopiadores de base, o las empresas que transforman materia prima, reciben más material de mejor calidad y con mayor rapidez sin necesidad de ir a buscarlos a otros lugares.

Los gobiernos también ganan, porque reducen la cantidad de camiones que recogen el material y pueden enfocarse en educar a la ciudadanía. Y, por último, las empresas tienen la posibilidad de vender sus productos con descuento y mejorar su gestión ambiental y sus programas de voluntariado.

“Los consumidores tenemos el deber y el derecho de exigirles a las empresas que se vayan acomodando a formas de producir que sean cada vez más sostenibles y que ayuden en esta recuperación de material”, sostiene Chaves.

Cada persona puede producir, en promedio, un kilo de residuos al día. Actualmente, la mayoría de ese material termina en un relleno sanitario que emite gases de efecto invernadero y no se reincorpora a la cadena productiva. Por ello, educar al consumidor es fundamental.

“No es solo sacar la bolsa de basura el día que corresponda. Es repensar lo que estoy comprando, reducir la cantidad de recursos innecesarios, reparar en vez de desechar, reutilizar, y lo que ya no tiene otro uso llevarlo a reciclar”, explica Chaves, convencida de que el verdadero cambio parte por nosotros, los ciudadanos.