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Transitemos: la urgente reforma del transporte público limeño

REDACCIÓN CONTENTLAB

Sep 27, 2022

El tránsito vehicular es la principal fuente de contaminación en Lima. De hecho, en 2021, los niveles de contaminación del aire fueron hasta siete veces superiores a los valores que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera nocivos para la salud. 

Este dato, tan real como inquietante, no es el único ni el problema más grave del transporte público limeño. Para la Policía Nacional, por ejemplo, son los accidentes de tránsito, que le quitan la vida a un promedio de 500 personas al año. Para los usuarios del transporte público, son las casi cinco horas diarias que pueden llegar a perder a bordo de un bus para llegar a sus lugares de trabajo; esto, sin contar que, en los últimos diez años, se han duplicado las horas de mayor tráfico vehicular, de acuerdo a la empresa especializada en tránsito TEC Corporation.

Detrás de todos estos problemas hay un denominador común: “el caótico sistema del transporte público”, señala el gerente general de la fundación Transitemos, Alfonso Flórez. Esta organización reúne a un grupo de profesionales especializados en buscar soluciones en materia de transporte y tránsito eficiente, seguro y saludable. A través de la investigación, estudios y diagnósticos, informes y opiniones técnicas, buscan generar conocimientos, propuestas de políticas y legislación específica, así como acciones para solucionar los problemas detectados en el transporte público. 

De acuerdo al Informe de Observancia: Situación del Transporte Público Urbano de Lima y Callao de 2018, las condiciones deplorables del transporte urbano afectan la economía, retrasan el crecimiento de la industria, disminuyen la eficiencia y perjudican la calidad de vida de los ciudadanos. Las malas condiciones de movilidad, además, exponen a los pasajeros a un riesgo mayor de accidentes de tránsito y limita el acceso a servicios básicos como empleo, educación y salud. Y los más afectados terminan siendo los sectores más vulnerables. 

Así, a través de campañas como “Nunca bloquees el cruce”, “Dame una mano para un tránsito seguro” o “La velocidad mata”, Transitemos no solo promueve la educación vial y ambiental para un cambio de conductas y actitudes en beneficio de la movilidad, sino también para un mayor desarrollo económico y para la inclusión social. Pero, quizá una de sus mayores contribuciones ha sido la creación de la Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao, ATU.

“Antes teníamos diversas autoridades -la Gerencia de Transporte Urbano de Lima, la Gerencia de Transporte Urbano del Callao, la Autoridad Autónoma del Tren, el Metropolitano-, todas independientes, cada una haciendo sus planes, sin interactuar unos con otros. Por eso nace la idea de crear una Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao”, explica Flórez.

Reforma en pie
El problema del transporte público parte de una total ausencia del Estado y la desregulación excesiva del servicio. “Un transporte que ha estado desregulado ha traído como consecuencia que cualquiera pueda hacer transporte público… así se convirtió en el colchón social del desempleo”, señala el especialista en transporte.

Esto, explica Flórez, ha provocado un caos desproporcionado en la forma como se trasladan las personas. Y aún peor: ha generado el establecimiento del negocio de los colectivos informales, que cubren una demanda no satisfecha por el transporte masivo. “Tenemos combis donde todos viajan apretados, inseguros, sin revisiones ni controles. Así, la calidad del servicio es pobrísima”, afirma Flórez.

El punto de partida para el cambio, propone Flórez, son los modelos de concesiones, las autorizaciones de rutas y conductores en planillas, entre otras acciones que permitirán cambiar la cultura del transporte informal. En ese sentido, explica que la Hoja de Ruta para una Movilidad y un Transporte Sostenibles en Lima y Callao al 2025 -planteada en 2013 por diez organizaciones privadas y de la sociedad civil- sigue en pie, pese a los retrasos. La ATU, explica Flórez, fue creada por ley en 2018; recién el 2020 le asignaron presupuesto. Debido a la pandemia, el proceso de capacitación de chóferes se retrasó, por lo que las primeras licitaciones se lograrán una vez culmine el proceso de capacitación, en 2023, y las licitaciones de nuevas rutas se darán recién en 2025. 

“Lima y Callao tienen 80 años de atraso en transporte público. Revertir 80 años con la tecnología y teniendo un plan maestro que los sigan todas las administraciones, se podría revertir en 20. Si hubiéramos continuado con la reforma del transporte (impulsada en 2011), hoy día tendríamos 5 mil buses en los corredores complementarios, en los corredores de integración y sus alimentadores, pero solamente tenemos 300. Solo se licitaron 15 de los 40 paquetes”, dice Flórez. Sin embargo, está convencido de que la única manera de lograr un transporte eficiente para el desarrollo económico y la inclusión social, requiere seguir impulsando esta reforma hasta conseguirlo.

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