Tener una vivienda propia es un sueño de miles de peruanos, pero ha originado también una problemática alarmante en nuestro país. Sin recursos y sin conocimientos, muchas familias llevan décadas buscando cumplir con ese objetivo a como dé lugar y construyen viviendas inseguras que ponen en riesgo sus vidas y su patrimonio. Según datos de la Cámara Peruana de la Construcción (CAPECO), hoy en día, casi el 80% de las viviendas del país son informales.

Esta realidad es consecuencia de los pocos recursos con los que cuenta gran parte de la sociedad para acceder a servicios de especialistas y, por ende, la poca posibilidad de los profesionales de la arquitectura y de la ingeniería para generar proyectos rentables en sectores de menos recursos económicos que permitan construir viviendas seguras.

Por ello, Mutuo —proyecto social que brinda asesoría técnica para la construcción de viviendas—  ha creado una plataforma digital que busca reconectar el conocimiento arquitectónico y las necesidades de la población.  En ella, las familias presentan sus casos y estos son puestos a disposición de arquitectos e ingenieros que diseñan propuestas específicas para las necesidades de los candidatos. Un jurado, finalmente, es el encargado de determinar cuál es el proyecto más adecuado y viable.

“Es un programa de asesoría, desarrollo y acompañamiento en el diseño y construcción de la vivienda autoconstruida cuya misión es impulsar el acceso al diseño y construcción de viviendas dignas, habitables y seguras”, señala Mutuo en sus bases.

LOS ALIADOS DE LOS HOGARES 
A pesar de que existen aproximadamente 66 mil profesionales de ingeniería y arquitectura, según lo registrado por el Colegio de Ingenieros del Perú (CIP) y el Colegio de Arquitectos del Perú (CAP), se calcula, por ejemplo, que solo el 6% de las autoconstrucciones en Lima cuenta con el visto bueno de un profesional.

Las consecuencias son abismales: la mayoría del déficit de viviendas que existe en el país, son edificaciones que no cumplen con los estándares adecuados. Si el déficit se calcula en un 1.8 millones de construcciones, el 80% de esta cifra se debe a casas existentes, pero que no pueden ser catalogadas como tales debido a sus defectos.

Para el sociólogo y urbanista Gustavo Riofrio, para lograr una reconexión entre los sectores más desfavorecidos y los profesionales de la construcción se requiere primero respeto y humildad.

“No se suele reconocer que si no fuera por ese trabajo informal, la gente estaría durmiendo en las calles porque en el Perú nunca existió un serio esfuerzo por construir viviendas sociales”, explica. “Hay que aceptar que es una clientela que no conocemos suficiente y que la universidad no nos ha enseñado a trabajar para ellos. No hay que olvidar que el 40% de la población de Lima primero vivió y luego recién construyó”.

Desde el Estado, además, se trató desde el inicio esta problemática con un enfoque inadecuado. “Cuando las ciudades empezaron a crecer, el Estado resolvió el problema enfocándose en el problema del terreno, pero no de la vivienda”, explica. “Y hoy los subsidios existentes están dirigidos a la compra de materiales, pero se debería considerar subsidios específicamente para la asistencia técnica y la contratación de profesionales”.

Mutuo busca crear un círculo entre la comunidad civil no atendida, los profesionales de la Arquitectura, los programas de vivienda del Estado y la empresa privada para empezar resarcir los pendientes en este sector. La necesidad está trazada: cumplir uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible como es ciudades y comunidades sostenibles trazados por el PNUD.

► Si tienes iniciativas como el proyecto Mutuo, debes saber que Perú Sostenible, el encuentro de Sostenibilidad más grande del país, reunirá a empresas líderes, organizaciones internacionales, expertos y ciudadanía en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se realizará en la explanada del Museo de la Nación, el 20 y 21 de agosto del 2019. Participa ingresando aquí.