La pandemia del Covid-19 tuvo como consecuencia un gran retroceso en el progreso social de las regiones del Perú. Según los resultados del Índice del Progreso Social Regional del Perú, de Centrum PUCP, al año 2022 aún la mayoría de las regiones presentaban un avance muy lento en términos de bienestar, atención de necesidades básicas y oportunidades. 

En promedio, las regiones habían logrado crecer tan solo un punto con respecto al año anterior; luego de disminuir 3.9 puntos en la pandemia. Si bien ninguna presenta un nivel alto de progreso social, Moquegua ha logrado los mejores resultados.

Justamente en esta región existe la iniciativa Moquegua Crece, nacida en 2019 como parte del Plan de Minería Sostenible de Anglo American. Su propósito es consolidar un modelo de minería sostenible basado en el desarrollo colaborativo y territorial, con una visión de largo plazo que trascienda los ámbitos de influencia y el ciclo de vida de la propia operación minera. Se trata de una asociación civil sin fines de lucro que hoy está integrada por cinco actores: el Gobierno Regional de Moquegua, M.C. Inversiones Perú, ENGIE Energía Perú, la Corporación Financiera Internacional (IFC) y Anglo American.

Mediante esta iniciativa, la empresa que opera en Quellaveco busca alinear, priorizar y lograr una ejecución efectiva de iniciativas públicas, fortalecer el sistema productivo regional y fomentar una gestión integral, responsable y eficiente de los recursos. 

Trabajo que da frutos
Para graficar estas intenciones sirve como ejemplo una de sus primeras acciones, cuando apoyaron la elaboración del Plan de Desarrollo Regional Concertado Moquegua. También han impulsado el programa Moquegua Crece por un Buen Gobierno, liderado por la IFC e implementado por el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), para brindar asistencia técnica enfocada a la gestión de la inversión pública en el gobierno regional y en cuatro municipalidades. 

Además, Moquegua Crece está promoviendo el desarrollo de nuevas cadenas de valor, como el de las algas marinas cultivadas en la costa; la espirulina, en el desierto; y el cushuro, en zonas altoandinas.

“Lo retador es generar cercanía y un mecanismo de trabajo entre los socios de Moquegua Crece que nos permita tener una relación horizontal y de colaboración, algo que hemos conseguido reconociendo en el proceso que el trabajo en colaboración tiene mucho más impacto, pero también requiere de más tiempo y mayores compromisos”, explica Sergio Gonzales, director ejecutivo de Moquegua Crece. “Por otro lado, encontramos que la economía regional en Moquegua es poco diversificada, lo cual es un reto, pero también una oportunidad para plantear cómo, a partir de la dinámica de desarrollo que da la minería, es posible impulsar otros sectores de su economía”.

A la fecha, además de las mencionadas previamente, Moquegua Crece ha sensibilizado a entidades públicas y privadas sobre la necesidad de diseñar una visión común para el desarrollo sostenible. Para ello, ha generado estudios que identifican las potencialidades de Moquegua y se ha entrenado a 222 líderes en procesos participativos de planificación, ciclo de vida de la minería y liderazgos inclusivos. Además, se ha colaborado con el desarrollo regional de los distintos actores, así como con el desarrollo del primer estudio regional que confirma la competitividad de clase mundial de la región sur del país para la producción de hidrógeno verde.

Es por ello que Moquegua Crece, de Anglo American, se ha convertido en uno de los finalistas del Reconocimiento Perú por los ODS (PODS) en la categoría Paz. Este reconocimiento, promovido por la organización Perú Sostenible, busca destacar aquellos proyectos ejemplares que se alinean a uno o más de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por Naciones Unidas.