La brecha digital acentúa las diferencias económicas, sociales y culturales de las poblaciones más vulnerables; es decir, de aquellas que no tienen acceso a internet y a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Esta grieta alimenta el círculo de pobreza, exclusión y la falta de igualdad de oportunidades entre las personas. 

En Perú, el acceso a este servicio está reconocido como un derecho fundamental, ya que es un medio para obtener información, educación, comercio, salud, trabajo y entretenimiento.  Sin embargo, la desafiante geografía de nuestro país ha impedido que millones de peruanos y peruanas dispongan de esta herramienta. 

Así lo demuestran los reportes. Un estudio elaborado por la Defensoría del Pueblo en mayo del 2021, referido al acceso a internet y a las tecnologías durante el estado de emergencia nacional, revela que Huánuco solo cuenta con internet fijo en el 0,28% de sus localidades y que en Loreto únicamente el 21,11% de sus centros poblados tiene internet móvil. En otras palabras, en la región más extensa del país, de cada diez comunidades que visite, solo en dos encontrará señal de internet. 

Esta necesidad de conexión ha llamado la atención del Estado, de la ciudadanía y de la  empresa privada, que han puesto manos a la obra para que todos los peruanos y peruanas tengan la misma oportunidad de desarrollo y nadie se quede atrás en el proceso. 

En este contexto, se implementó el canon móvil, un mecanismo creado por el Ministerio de Transporte y Comunicaciones para acercar la tecnología a los lugares más apartados del territorio nacional con apoyo de la empresa privada. De esta manera, busca incentivar la expansión de infraestructura de telecomunicaciones en zonas de difícil acceso y la ejecución en forma directa de obras y servicios de internet móvil de alta velocidad.

Desde el 2019 Entel forjó una alianza con Internet Para Todos (IPT) en la que suman esfuerzos para llevar conectividad a los poblados más alejados de la costa, sierra y selva, donde nunca ha llegado esta tecnología, y así eliminar la exclusión digital que venían sufriendo.

A la fecha, la operadora e ITP han implementado más de 1.100 antenas de internet móvil de alta velocidad 4G en zonas rurales, beneficiando a más de 1.4 millones de personas, en más de 9.000 comunidades. Para este 2022, proyectan desplegar más de 1.500 antenas para que los 1.8 millones de habitantes de 11.000 comunidades rurales tengan conectividad y mejoren su calidad de vida.

Esta iniciativa de Entel se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, en especial con el ODS 10 referente a la Reducción de Desigualdades, fomentando la equidad de oportunidades, promoviendo la inclusión social, económica y política de todas las personas; y con el ODS 17 relacionado con las Alianzas para lograr Objetivos y alcanzar un desarrollo sostenible.

“La conectividad es clave para crear las condiciones necesarias para el desarrollo de las peruanas y peruanos, ya sea a través de la educación, salud o trabajo” refiere Rosa Bonilla, jefa de Gestión de Reputación y Desarrollo Sostenible de Entel tras señalar que el camino para reducir la brecha digital es seguir creando alianzas entre empresas privadas, autoridades, organizaciones sin fines de lucro y comunidad, para que todos caminen en una misma dirección.

La brecha digital es un gran reto que vale la pena enfrentar para que todos y todas aprovechemos los beneficios del mundo globalizado y caminemos hacia un desarrollo sostenible.