En un entorno social y político complejo, las empresas mineras en Perú están desempeñando un papel cada vez más crucial en la gestión de sus relaciones, tanto con sus colaboradores como con las comunidades cercanas a sus operaciones. 

Un ejemplo destacado es el proyecto “Juntos Trabajamos por el Respeto a los Derechos Humanos”, de Minera Antapaccay, que opera en la provincia cusqueña de Espinar. Esta iniciativa, liderada por Carlos Cotera, gerente general, y Magali Candia, superintendente de Derechos Humanos de Antapaccay, busca promover una cultura organizacional basada en valores fundamentales, el respeto a los derechos humanos, la igualdad de género y la inclusión de personas con discapacidad en la industria minera. 

De forma mensual, esta estrategia maneja indicadores de gestión que luego son reportados al Comité de Derechos Humanos. “En el Perú, estos conceptos pueden ser algo difusos”, explica Cotera. “Por eso, comenzamos trabajando en la concientización e incorporación de estas políticas dentro de la compañía. Sin embargo, nos dimos cuenta de que no era suficiente, razón por la cual ampliamos la implementación de estos estándares a nuestros contratistas y zonas de influencia”.

El proyecto ha logrado que 50 contratistas implementen sus propios planes de gestión en derechos humanos, pero su impacto abarca incluso a las comunidades locales mediante cursos y charlas, promoviendo la igualdad de género y la inclusión. Así, desde mediados de 2020 buscan asegurar que sus operaciones se desarrollen en un marco total de respeto y promoción de los derechos humanos.

“No se trata de una iniciativa temporal, sino de una política de gestión integral alineada a los estándares internacionales, al marco normativo nacional y al marco corporativo de empresas”, enfatiza Cotera.

Impacto transversal
Como parte de este compromiso, Minera Antapaccay ha trabajado en la prevención de la violencia de género y ha implementado programas de capacitación a mujeres para desempeñar roles no tradicionales en la empresa, como operadoras de maquinaria pesada.

“Incorporar a las mujeres en la organización significa también prepararlas. Muchas de ellas han continuado en programas de ‘part-time’ y en programas permanentes, y se han incorporado a la organización. De igual manera, nuestros programas formativos, como el programa de graduados, tuvo un enfoque de género”, explica Magali Candia.

También han incorporado a la empresa a personas con discapacidad, brindándoles las adaptaciones necesarias para su inclusión. “Un ejemplo concreto de este esfuerzo es un joven con discapacidad visual, quien está realizando prácticas profesionales con nosotros de manera remota desde su hogar. Hemos proporcionado todas las condiciones necesarias para que pueda conectarse a través de su computadora y participar activamente en nuestro proceso de desarrollo organizacional”, agrega Candia.

Derecho a reclamo
La construcción de un plan de gestión en derechos humanos incluye la identificación de los procesos de la compañía para poder generar acciones frente a alguna vulneración a los derechos humanos. Así, por ejemplo, frente a un movimiento de tierras o un manejo de relaves en la zona minera, Antapaccay realiza una gestión preventiva para identificar los riesgos y, en caso de presentarse alguna vulneración, se establecen mecanismos de mitigación. Uno de estos es el mecanismo de quejas y reclamos.

“Tenemos siete canales de atención a través de los cuales cualquier persona, tanto interna como externa, miembro de la comunidad, puede hacer llegar su inquietud respecto a alguna situación real o potencial de afectación a los derechos humanos”, explica Candia.

Estas estrategias de Minera Antapaccay intentan generar un ambiente de trabajo inclusivo y respetuoso de los derechos humanos, una tarea que está alineada con el ODS 10: Reducción de Desigualdades. Como resultado, están forjando un futuro en el que la igualdad, la diversidad y el respeto a los derechos humanos sean los pilares fundamentales de su operación, contribuyendo al desarrollo sostenible de la comunidad y la industria minera en el Perú.

Por estas acciones, Antapaccay es finalista del Reconocimiento Perú por los ODS (PODS), un premio que busca identificar y reconocer a organizaciones de diversos sectores que se alineen con uno o varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por Naciones Unidas.