Con 4400 especies vegetales nativas, 1700 especies cultivadas y 182 domesticadas, el Perú es uno de los corazones de la biodiversidad mundial y, por ende, un lugar ideal para el desarrollo de la agricultura. 

Sin embargo, como detalla el podcast Archivo Emergente, del proyecto Bicentenario, el atraso en este sector es “histórico” y “abismal”. 

La mayor parte de la producción de alimentos de origen agrícola en el país se da gracias a los pequeños agricultores, es decir, familias con parcelas más o menos pequeñas. Alrededor del 98% de las parcelas agrícolas del Perú son de este tipo. Según el Ministerio de Agricultura, el 70% de los alimentos surgen de esos espacios, aunque, paradójicamente, es uno de los sectores que menos apoyo recibe. 

Ese escenario nacional es un reflejo de la situación mundial. Según detalla la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, si bien el crecimiento del sector agrícola ha desempeñado un papel crucial en la mejora de la renta de las personas pobres, en los países en desarrollo se requieren reformas internas en los sectores agrícolas para que el libre comercio contribuya a la reducción de la pobreza. 

El potencial agropecuario
El fortalecimiento de la agricultura, sumado al de la ganadería, guarda amplias posibilidades de desarrollo en el país. La Sociedad de Comercio Exterior del Perú indica que durante los últimos años, el sector agropecuario ha logrado un crecimiento productivo del 41.9%, lo que ha posicionado al Perú como “uno de los principales exportadores a nivel mundial en diversos productos agropecuarios no tradicionales”. 

En este marco surge el programa Agroemprendimientos, desarrollo productivo y encadenamiento comercial, de la empresa ENGIE Energía Perú. El proyecto, desarrollado en la zona de operación de la central hidroeléctrica de Yuncán (Pasco), ha sido recientemente elegido ganador del Reconocimiento Perú por los ODS, de la organización Perú Sostenible. 

“Consiste en transferir tecnología y asesorías técnicas a los agricultores y productores agropecuarios de nuestra zona de influencia, transfiriendo conocimiento, desarrollando sus capacidades y asesorándolos en actividades comerciales para que puedan vender sus productos, agregándoles valor”, explica Suan Quiroz Molina, responsable de Asuntos Sociales de ENGIE Perú.

El jurado destacó el impacto directo del proyecto en más de 9 mil habitantes de los centros poblados pertenecientes a los distritos de Paucartambo y Huachón, quienes han ampliado sus conocimientos técnicos agrícolas. A la vez, la organización subrayó cómo esta mejora se ha reflejado en la competitividad y la articulación con mercados especializados y de exportación. “Esta iniciativa resalta por su modelo organizacional y de negocio sostenible, respaldado por el cultivo de frutales diversificados durante más de una década, priorizando la innovación y la industrialización en la comunidad y generando capacidades en los socios para potenciar la actividad agrícola”, señalaron en la premiación. 

Algunos de esos ejemplos son la instalación y manejo de campos de cultivo de granadilla, aguaymanto, rocoto y palta, así como el trabajo con semillas y abonos orgánicos. Organizacionalmente, se destacó el fortalecimiento de la asociatividad. Esto ha permitido el incremento de los ingresos promedio por beneficiario de alrededor de 7 mil soles anuales, a alrededor de 25 mil.

El proyecto, además, ha financiado y acompañado la conformación legal de dos asociaciones de productores: CEPROVAPP, que agrupa a 48 agricultores en el distrito de Paucartambo, y CEPROSACQ, que reúne a 52 en el distrito de Huachón.

“El objetivo es terminar nuestra intervención para que ellos, de forma sostenible, puedan vender sus productos sin el apoyo nuestro, pero ya contribuyendo y desarrollando oportunidades en la zona de influencia”, aclara Quiroz.