Cada año, el Día Internacional del Cambio Climático nos recuerda la urgencia de tomar medidas para contrarrestar las emisiones de dióxido de carbono en el planeta. Como parte esencial de su estrategia para combatir el calentamiento global, Perú ha adoptado un compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente con el ODS 13: Acción por el Clima.

En el sector privado existen algunos ejemplos alentadores, como el de la herramienta Empresa con Gestión Sostenible (EGS), desarrollada por Perú Sostenible. Según datos de su edición 2022, el 40% de las empresas que participaron en EGS se han comprometido a alcanzar cero emisiones en sus operaciones. Sin embargo, un 23% de ellas aún no han establecido un plazo concreto para lograr la neutralidad de carbono. 

La herramienta Empresa con Gestión Sostenible permite a las empresas evaluar su desempeño en sostenibilidad y tomar medidas concretas para reducir su impacto ambiental. Los datos recopilados a través de EGS empoderan a las empresas para tomar decisiones más informadas en su lucha contra el cambio climático.

Volviendo al contexto mundial, la próxima COP 28, programada para noviembre de 2023 en los Emiratos Árabes Unidos, representa un momento crucial en la lucha global contra el cambio climático. En esta edición se espera la conclusión del primer balance mundial de las Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC), un proceso que se inició en 2022 y se repetirá en 2028. Sin embargo, el balance global no es el único objetivo en el centro de la conferencia.

La COP 28 también busca avanzar en áreas fundamentales, como establecer un mecanismo de financiación para pérdidas y daños que ayude a las comunidades más vulnerables a enfrentar los efectos inmediatos del cambio climático, lograr un objetivo mundial de financiamiento para apoyar a los países en desarrollo, acelerar la transición energética de manera justa y cerrar la brecha de emisiones. Pero, sobre todo, para alcanzar el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados, teniendo en cuenta el impacto devastador del cambio climático en América Latina y el Caribe.

Perú: compromiso decidido
Como parte de su lucha contra el cambio climático, Perú ha asumido un compromiso a través de su Contribución Nacionalmente Determinada (NDC): se ha propuesto reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 40% para el año 2030, con la meta de convertirse en un país carbono neutral para 2050. Esta estrategia abarca tanto la mitigación como la adaptación al cambio climático, siendo esta última fundamental para reducir los daños causados por eventos climáticos extremos.

Además, Perú ha implementado la Estrategia Nacional ante el Cambio Climático al 2050 (ENCC 2050), que guía las acciones a nivel nacional, regional y local. Esta estrategia se encuentra en proceso de actualización y se ha publicado el Plan Nacional de Adaptación, que aborda áreas clave como agricultura, bosques, salud, pesca y acuicultura, agua, turismo y transporte.

La declaración de la emergencia climática en 2022 marcó otro hito en el compromiso de Perú por construir una economía verde, que promueve el crecimiento económico sin dañar el medio ambiente. Los impactos del cambio climático se hacen evidentes, con el 67% de los desastres en Perú relacionados con este fenómeno, afectando a millones de personas y teniendo consecuencias significativas en el sector agrícola con riesgos de lluvias intensas, sequías, heladas y friajes. La reducción en el suministro de agua debido al derretimiento de los glaciares y la frecuencia creciente de eventos climáticos extremos pueden tener un impacto significativo en el sector agrícola, con pérdidas estimadas en el PBI de hasta el 3.1% hasta 2040.

El esfuerzo en adaptación es crucial, ya que por cada sol invertido en esta área, el país ahorra diez soles en futuros costos de impactos.

Finanzas verdes
Un esfuerzo relevante en este marco es la aprobación en junio de 2023 de la Hoja de Ruta de Finanzas Verdes (HRFV) en Perú, un marco para la movilización de recursos financieros para proyectos y actividades que contribuyan a la mitigación y adaptación al cambio climático. Esto ha permitido iniciar acciones en los distintos sectores del Perú.

El sector energético, por ejemplo, emite solo el 0.4% de los gases de efecto invernadero a nivel global, pero se considera altamente vulnerable a los riesgos climáticos. En 2019, Perú fue catalogado como un país vulnerable a eventos climáticos adversos, ocupando el séptimo lugar entre los países de América. Las emisiones de GEI en este sector han estado en aumento, y se destaca el transporte, las industrias de energía, el petróleo y el gas natural como fuentes significativas de emisiones.

En Perú, la adaptación a los efectos del cambio climático es una tarea igualmente crucial. El sector energético tiene el potencial de reducir el 17% de las emisiones comprometidas para alcanzar la meta del país al 2030.

El sector financiero tampoco es ajeno a los riesgos del cambio climático. Eventos climáticos extremos pueden aumentar riesgos financieros como el de crédito, liquidez y mercado. Incluso el sector del cemento, aunque vital para el crecimiento económico, también tiene un impacto en el ambiente. Contribuye con un 7% de las emisiones globales de GEI, principalmente debido al dióxido de carbono generado en su producción.

El sector pesca, por otro lado, especialmente el subsector industrial, es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático. La acidificación del océano y el aumento de la temperatura plantean desafíos significativos.

Perú se encuentra trabajando en la lucha contra el cambio climático, con un compromiso hacia los ODS y una estrategia integral que abarca la mitigación y adaptación. Los desafíos son significativos, pero el país avanza hacia un futuro más sostenible y resiliente.