Almensor Gómez lleva cerca de medio siglo dedicado a la pesca artesanal en Chimbote, una actividad con la que ha logrado dar sustento a su familia y salir adelante. Hoy, la pesca que alguna vez lo sostuvo ha menguado, a raíz del aumento de pescadores: según datos del Ministerio de la Producción, 55 mil personas se dedican a esta actividad marítima. 

La sobrepesca ha comenzado a evidenciar sus consecuencias con la desaparición de ciertas especies, por ello se ha hecho urgente la implementación de prácticas mucho más sostenibles dentro de las primeras cinco millas.

Frente a esta problemática, la pesquera industrial peruana TASA inició en 2019 un modelo de pesca artesanal sostenible en Chimbote: La Red. Este proyecto promueve buenas prácticas de pesca artesanal responsable para el uso adecuado de los ecosistemas marinos y estimula el desarrollo de emprendimientos sostenibles entre la comunidad pesquera artesanal, una cadena que incluye a pescadores, procesadores y comercializadores. A la fecha, La Red ha logrado convocar a cinco mypes para el proceso operativo y 13 caletas a lo largo de la costa del país para proveer insumos marinos.

La Red opera gracias a la planta inaugurada por TASA en diciembre de 2021, se trata de la primera planta de procesamiento primario para la pesca artesanal sostenible en nuestro país, ubicada en la ciudad de Chimbote. Gracias a esta obra, los hombres de mar pueden sumar valor a su pesca a través del eviscerado, fileteado y empaque al vacío. Con ello, se accede a mercados más competitivos, ofreciendo productos obtenidos respetando zonas intangibles de pesca, vedas y tallas mínimas.

Según el estudio “Promoviendo la pesca artesanal competitiva y sostenible en la provincia del Santa”, de la consultora PCS, 13 de cada 20 pescadores reducen sus potenciales ganancias al tener que pagar intermediarios. Gracias a la planta de procesamiento primario inaugurada por La Red, pescadores como Almensor obtienen una mejor remuneración por su trabajo, al vender directamente y eliminar a los intermediarios. Además, se ofrecen alimentos de la más alta calidad, a la vez que se promueve la sostenibilidad de los recursos hidrobiológicos y en cumplimiento con estándares sanitarios. 

“La Red es, si no el primero, uno de los pocos esfuerzos que convocan a la pesca industrial y a la pesca artesanal a trabajar juntos. Esto, gracias a una visión conjunta para la conservación de los recursos marinos. Si bien nuestras operaciones no se ejecutan en las mismas millas, la visión de sostenibilidad debe ser compartida”, explica Ernesto Montagne, gerente legal y de asuntos corporativos de TASA.

La pesquera es consciente de los desafíos alrededor de la conservación marina y que se contemplan en el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 14 de las Naciones Unidas, referida a la vida submarina y uso sostenible de océanos, mares y recursos hidrobiológicos. Por ello, TASA ejecuta desde hace más de diez años una serie de iniciativas que buscan conservar las especies marinas, reducir la huella ambiental y, con La Red, mejorar las condiciones de trabajo de los pescadores artesanales.

Alianzas que generan mejores oportunidades
La planta de procesamiento primario es el resultado de una iniciativa público – privada entre TASA, la municipalidad provincial del Santa y el Programa Nacional de Innovación de Pesca y Acuicultura (PNIPA), que apuesta por fortalecer el crecimiento sostenible de la pesca artesanal, mejorando la infraestructura, equipamiento, habilitación y capacitación de la comunidad pesquera que opera exclusivamente dentro de las cinco millas.

Desde enero, la demanda de los productos de la procesadora ha mantenido un crecimiento sostenido, hasta llegar a los 600 kilos de productos vendidos al mes. Este logro se apoya también en la diversificación de los canales de venta, que hoy incluyen a concesionarios, empresas, comercialización directa con familias a través de las redes sociales y el Programa Nacional A Comer Pescado. 

“Buscando los mercados adecuados, los pescadores artesanales van a poder incrementar sus ingresos en un 18% y tener acceso a un desarrollo económico inclusivo y sustentable”, refiere Montagne, tras anunciar que próximamente la planta contará con un túnel frío que permitirá congelar hasta seis toneladas de pescado.

El trabajo no se detiene y, al contrario, sigue un proceso de franco crecimiento. Recientemente, La Red ganó dos nuevos financiamientos del PNIPA: el primero, para implementar una cámara de frío en la procesadora; y el segundo, destinado a la ejecución de una planta de elaboración de biol para la reducción de la huella ambiental.