Los bosques tropicales son ecosistemas terrestres generados por sucesión natural, dominados por árboles y arbustos de por lo menos 5 metros de altura en su madurez. Son la base de una serie de beneficios que contribuyen a mantener la salud del planeta. Por ejemplo, ayudan a contener  aproximadamente 470 mil millones de toneladas de carbono, más de la mitad del carbono terrestre del mundo y casi el doble de la cantidad que se ha acumulado en la atmósfera desde que comenzó la revolución industrial.

En el Perú, más del 60% del territorio peruano está cubierto por ellos, somos el cuarto país con mayor superficie de estos ecosistemas. Nuestros bosques tropicales generan importantes beneficios para el planeta: son fuente de recursos naturales, albergan pueblos indígenas y contienen una gran biodiversidad, desempeñando además un rol fundamental en la estabilización del clima. 

Asimismo, son una gran oportunidad para desarrollar la conservación productiva, que articula bosques, comunidades y empresas, y genera condiciones para impactar positivamente en la calidad de vida y en la economía local, regional y nacional.

Siguiendo la recomendación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 13 y 15 (Acción por el Clima y Vida de Ecosistemas Terrestes respectivamente), desde el Grupo AJE, por ejemplo, trabajamos para fortalecer cadenas de valor libres de deforestación que generan la apertura comercial de los superfrutos de la Amazonía peruana, potenciando el valor de los bosques en pie. 

Así, producimos en alianza con las comunidades indígenas, los jugos Bio Amayu, hechos a base de superfrutos (aguaje, camu camu y aguaymanto) recolectados y cultivados desde el corazón del Amazonas, usando técnicas de agricultura sostenible que ayudan a mitigar el cambio climático.  Estos superfrutos provienen de áreas naturales protegidas, lo que asegura la conservación y empoderamiento de las comunidades amazónicas, y los bosques que protegen.

Liliana Dávalos, bióloga e investigadora de la Universidad Stony Brook de Nueva York, asegura que el desarrollo acelerado que existe hoy, perjudica como nunca a la región amazónica. “Esta transformación cambia los climas locales e influye en el clima mundial. Tiende a destruir lentamente las culturas indígenas. El impulso desmedido (además) de infraestructura afecta los bosques. Se está dando una transición violentísima”.

El cuidado y protección de la biodiversidad y los ecosistemas a través de la conservación productiva ayuda a mitigar los efectos del cambio climático y permite que nuestro Planeta pueda seguir albergando toda forma de vida que lo habita. Sin el papel crucial de los bosques tropicales en el ciclo global del carbono, será imposible alcanzar el objetivo de reducir el aumento de la temperatura global.

Por ello, es trascendental, y así lo creemos en el Grupo AJE, apoyar con todos los medios posibles a conservar a nuestra Madre Tierra. Las empresas tenemos la capacidad y el deber de aportar a estas causa. Ojalá se multipliquen estas iniciativas.

Escribe: Jorge López-Dóriga, Director Global de Comunicaciones y Sostenibilidad del Grupo AJE.