La noticia de su embarazo le tomó por sorpresa. A sus 25 años, Marilyn no había planeado tener un hijo. Pero el anuncio tampoco la inquietó. Tenía una pareja estable y un trabajo desde hace dos años. Ella sabía que por ley le correspondía un permiso pre y postnatal, un subsidio y no podía ser despedida. Lo que nunca contempló era que su jefe estaría dispuesto a cambiarle las condiciones de su contrato, para no cumplir con los derechos laborales asociados a su maternidad.

Cuesta creer que en el siglo XXI la fertilidad siga viéndose como una desventaja en el campo laboral. Ningún empleador lo expresa de forma abierta por ser un acto de discriminación, pero lo evidencia al realizar preguntas que poco tienen que ver con la preparación de la postulante: “¿está casada?”, “¿tiene hijos?”, “¿tiene pareja?”.

La maternidad se asume como un agente distractor de la productividad y un gasto adicional para el empleador, pero esto no es así.  Según explica Ítalo Mórtola, ex viceministro de trabajo, el subsidio de los días de descanso es otorgado por la Seguridad Social. Mientras que la asignación familiar es un beneficio que se concede tanto a hombres como a mujeres.

“Las empresas deben adaptarse a una condición natural como es la maternidad. No seguir midiendo la productividad por horas de trabajo sino por metas. Las madres están en capacidad de cumplir con sus objetivos; por tanto, no debería haber perjuicio”, afirma.

CARGA DOMÉSTICA
El Perú ha logrado avances en igualdad de género, en respuesta a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En 1996, se logró el descanso pre y postnatal. Mientras que en el 2001, se aprobó el permiso por lactancia materna. Pero aún hay deudas con las trabajadoras en cuanto a la brecha salarial con los hombres y la dificultad de ocupar cargos ejecutivos.

Avanzar hacia esa meta supone aligerar a la mujer de las tareas domésticas, que han recaído sobre sus hombros por un tema cultural. Hugo Ñopo, economista regional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), lo demuestra con cifras. “Un hogar peruano necesita 30 horas semanales para funcionar, de las cuales 24 las asume la mujer”, explica.

Brindar igualdad de oportunidades se traduce en un mejor clima laboral. Cuando un trabajador percibe que no tiene un techo dentro de la organización, será más productivo. “Saber que por tu condición de mujer no vas a ascender, impacta negativamente en tu esfuerzo y la empresa podría estar perdiendo trabajadoras calificadas por no tener una visión de equidad”, concluye Mórtola.

DERECHOS LABORALES
1. Descanso pre y post natal. Las madres trabajadoras tienen derecho a tener 49 días de descanso antes y 49 días de descanso después del parto. Puede extenderse 30 días en caso de parto múltiple o niño con alguna discapacidad.

2. Subsidio por maternidad. Los días de descanso serán subsidiados por EsSalud, siempre que la madre haya hecho tres aportaciones consecutivas.

3. Hora de lactancia. Las madres tienen derecho a tomarse una hora para lactar a su bebé hasta que cumpla el año.

4. Lactario. Las empresas con al menos 20 trabajadoras en edad fértil tienen la obligación de implementar un lactario.

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