Trabajo conjunto para enfrentar la crisis del coronavirus
Nadie estaba preparado para la aparición de la COVID-19. Su irrupción en nuestras vidas, más allá de las cifras dramáticas de muertes, contagios y escasez de recursos, ha significado un cambio radical en los diferentes aspectos de nuestra cotidianeidad.
Redacción ContentLab
El nuevo coronavirus no afectó solo a las vidas individuales: la gran mayoría de empresas también tuvo que adaptarse a la presencia del virus y a lo que muchos llaman una nueva normalidad. Entre las empresas, las mineras fueron puestas realmente a prueba durante la pandemia: primero tuvieron que reducir sus operaciones al mínimo, solo para realizar labores críticas como: servicios de cuidado ambiental, tratamiento y descarga de agua, seguridad, limpieza y desinfección, entre otras.
Fueron retomando paulatinamente sus niveles de producción, al mismo tiempo que enfrentaban casos de contagio en sus propias filas. Ahora están preparadas para asumir el rol clave de motores de la reactivación económica del Perú. Pero, simultáneamente a todo lo descrito en el párrafo anterior, las empresas mineras también asumieron con decisión y prontitud un rol de soporte a las comunidades donde operan. La crítica situación que vivía la población en todas las regiones del país, hacía dirigir las miradas hacia las empresas mineras en busca de respuestas.
VALOR SOSTENIBLE
“Nuestro propósito es muy claro -dice Raúl Farfán, director de Asuntos Externos de Newmont en el Perú-: tenemos que generar valor y mejorar la calidad de vida a través de una minería responsable y sostenible”. De hecho, en Yanacocha (donde Newmont es el operador y accionista mayoritario), ya se habían tomado algunas acciones preventivas desde antes que el gobierno declare la situación de emergencia en el país.
Pero, si bien los trabajadores de Yanacocha, los contratistas y sus familias recibían atención en sus necesidades, el gran reto estaba en cómo trasladar esa preocupación y apoyo hacia las comunidades vecinas. Fue entonces que la Corporación Newmont creó el Fondo Global de Apoyo a las Comunidades, que puso US$20 millones de dólares a disposición de sus diferentes operaciones en el mundo para atender a la población vecina en tres rubros principales: seguridad alimentaria, salud del empleado y la comunidad, y resiliencia económica local. De ese monto, US$3 millones fueron destinados a Cajamarca.
En el primer rubro, y casi de inmediato con la declaración de emergencia, se repartieron más de 11 700 canastas con víveres a las familias más vulnerables en diversos caseríos de la zona de influencia, con el fin de ayudarlas a superar el impacto económico de l a COVID-19. “Es importante señalar que hicimos un gran esfuerzo por mantener nuestra planilla con las mismas condiciones durante toda la emergencia, brindando las facilidades necesarias a nuestros colaboradores. En la primera etapa de la emergencia otorgamos un bono especial a nuestros trabajadores que estuvieron laborando en la operación”, añade Farfán.
EN SALUD
En el rubro salud es quizás donde más notorio se hizo el aporte de Yanacocha, con acciones como la donación de una planta de oxígeno medicinal al Hospital regional Docente de Cajamarca. La planta tiene capacidad para producir 30 m3 de oxígeno medicinal por hora, y la inversión total bordea los 500 mil dólares. Además, la empresa donó dos compresoras y más de 40 balones de oxígeno para ampliar la capacidad de atención de la planta. Ahora es muy satisfactorio ver que colectivos civiles de Cajamarca se organizan para comprar balones que serán llenados con el oxígeno que provee la planta y así atender a quienes lo necesitan.
Raúl Farfán muestra orgullo cuando comenta: “También donamos 8 ventiladores electrónicos para la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital regional Docente de Cajamarca. Con esta donación, la capacidad instalada de ventiladores en el hospital se incrementó en cerca del 70%. Además, entregamos casi 30 mil equipos e implementos de protección para el personal de Salud de diversos hospitales e instituciones en la ciudad de Cajamarca, así como establecimientos de salud en algunas provincias como bambamarca y San Pablo”.
Yanacocha también distribuyó 2 mil pruebas rápidas para descarte de la COVID–19 entre el Gobierno regional de Cajamarca, la red Asistencial Cajamarca de EsSalud y el Hospital “TitoVillarCabezas”, de Bambamarca.
Por otro lado, la empresa se sumó a la compra de 500 mil kits de pruebas realizada por la Sociedad Nacional de Minería Petróleo y Energía. Como parte de sus planes de responsabilidad social, 17 empresas contratistas de Yanacocha donaron 235 camas hospitalarias tipo I y tipo II para atención primaria y para atención a enfermos de COVID-19, incrementando en cerca de 16% la capacidad instalada de camas hospitalarias en Cajamarca. Igualmente, otras empresas contratistas donaron 64 snorkels (dispositivos de ventilación no invasiva), que están sirviendo para atender a pacientes críticos con coronavirus.
EN ECONOMÍA LOCAL
En cuanto a la reactivación económica local, al principio de la emergencia, Yanacocha cubrió un porcentaje de los salarios de 1300 trabajadores locales, en calidad de apoyo solidario. Estos colaboradores pertenecen a 35 contratistas que trabajan con la compañía.
“Finalmente –añade Farfán–, creamos el Fondo de Crédito Solidario para comunidades rurales, beneficiando a 817 familias a través de créditos con bajas tasas de interés. Este proyecto se canalizó a través de 87 Uniones de Crédito y Ahorro–UNICA. Los créditos otorgados, destinados principalmente a la compra de insumos, cosechas, transporte y comercialización de productos, alcanzaron la suma de 810 mil soles”.
Un aspecto interesante de toda esta disposición hacia la prevención y colaboración se puede observar en el siguiente hecho: para atender las necesidades de cuarentena o aislamiento de sus trabajadores que no residen en Cajamarca, Yanacocha contrató a diferentes hoteles de la ciudad, acondicionó las habitaciones y dispuso todas las medidas de bioseguridad necesarias. Así, se contó con espacios adecuados para atender el aislamiento, pero al mismo tiempo se dio un apoyo importante a los hoteles, que habían visto muy disminuidas sus actividades debido a la drástica reducción del turismo en general.
La pandemia nos está dejando muchas enseñanzas, quizás la principal es que se necesita, como empresa y como Estado, un mayor enfoque en labores de prevención. Desde el trabajo de educación y concientización de la población hasta desarrollo de infraestructura adecuada en los sectores salud, educación y de comunicaciones a nivel nacional.
“Desde el punto de vista de la respuesta a la emergencia, creo que la enseñanza fundamental es que el trabajo conjunto del empresariado con el Estado es fundamental para tener respuestas rápidas y eficaces. En nuestro caso particular, hago un reconocimiento especial a las autoridades regionales, que han colaborado estrecha y coordinadamente con nosotros, demostrando que es posible trabajar juntos por un fin común: el beneficio de la gente de Cajamarca”, finaliza Raúl Farfán.
Medidas adoptadas por Yanacocha en la mina
✓ Evitar el contacto físico, mantener la distancia de al menos 1,5 metros, lavarse las manos frecuentemente, usar alcohol en gel.
✓ Todos los trabajadores que van a desplazarse hacia las operaciones necesariamente deben pasar por pruebas moleculares.
✓ Disminuimos los pasajeros por vehículo en los buses de transporte de personal. Ventilamos y desinfectamos las unidades con mayor frecuencia.
✓ En el campamento solo se asigna una persona por habitación, se ha aumentado la frecuencia de limpieza de los cuartos y áreas comunes.
✓ Todas las instalaciones de campamentos y comedores han sido acondicionadas para facilitar una distancia interpersonal mínima de 1,5 metros.
✓ Instalamos dispensadores de alcohol en gel y lavamanos portátiles en lugares clave de la operación.
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