La cuarentena mantuvo detenido a casi el 90% de los vehículos de la ciudad de Lima, según el Ministerio de Ambiente, por lo que la contaminación del aire se redujo hasta los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud. El color del cielo y del mar, así como la tranquilidad del silencio que caracterizó a la capital durante más de cien días, contrastaron con el caos cotidiano al que nos habíamos acostumbrado.

Como ha señalado el catedrático Joseph Dager Alva, del programa de Humanidades de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, la crisis ha creado dinámicas que, si bien representan retos y riesgos, han generado cambios necesarios. 

En el ensayo “¿Un mundo mejor después de la COVID-19?”, Dager Alva indica que el teletrabajo y la educación a distancia han permitido estar más cerca a la familia, evitar la pérdida de tiempo en traslados innecesarios y dar un salto largamente esperado hacia las herramientas digitales. Respecto a la salud, señala el catedrático, se ha evidenciado que el crecimiento de un país debe estar centrado en el ciudadano y en sus necesidades.

NUEVOS MODELOS
Pero, ¿cómo aprehender estas lecciones para nuestro futuro? “Necesitamos una conversación abierta entre el sector público, el privado, el académico y la sociedad respecta a qué país queremos tener y cuáles son los caminos que nos pueden llevar en esa dirección”, apunta Augusto Townsend, miembro del directorio de las plataformas de fomento de empresas sostenibles Kunan y la asociación Perú 2021. “Si pensamos que el único camino es el crecimiento económico, estamos perdidos. Hay que generar instituciones que se ocupen del progreso social y la calidad de vida. Para eso existen los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU”. 

El reto es hoy mayor que antes. El Banco Mundial calcula que alrededor de 50 millones de personas podrían entrar o regresar a la pobreza en el América Latina y el FMI ha pronosticado que la economía de este lado del mundo se reducirá un 9,4% este año, alcanzando un desempeño por debajo de África, Medio Oriente o Asia.

“Lo que tenemos al frente es un reto abismal”, acepta Townsend. “Las empresas se tienen que concentrar en desarrollar nuevos modelos para hacer negocios con menos impacto en el medio ambiente, que permitan más el crecimiento personal y profesional de las personas y que hagan entender a las empresas como agentes de cambio”.

ACCIONES Y ALTERNATIVAS CONCRETAS
Por ello, en este espacio creado por la asociación Perú 2021 y el diario El Comercio, daremos a conocer las iniciativas privadas que, desde diversos sectores, encaminan al país hacia los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por las Naciones Unidas para el año 2030.

En Perú Sostenible el lector podrá conocer iniciativas de una o más instituciones trabajando en alianzas claves para reducir las múltiples brechas sociales del país, a través de un desarrollo humano y ambiental equilibrado.

Proteger el medio ambiente, alcanzar la paz y generar prosperidad pueden parecer objetivos demasiado ambiciosos y etéreos, pero la verdad es que distintas empresas, emprendimientos y organizaciones trabajan día a día por lograrlo. Hoy más que nunca, es urgente conocer el trabajo de cada uno de estos actores.