Quizá estamos acostumbrados, pero no debemos olvidar que, en muchos casos, la contaminación ambiental y sonora que produce gran parte del transporte industrial —así como la congestión vehícular que genera— es evitable. La empresa de cemento y clínker UNACEM, por ejemplo, detectó que el transporte de sus productos desde la Planta Atocongo al Muelle Conchán generaba una serie de problemas, como la emisión de partículas en suspensión por erosión del viento, gases de efecto invernadero, contaminación sonora, congestión vehicular, riesgo de accidentes de tránsito y hasta desvalorización de los bienes inmuebles de la ruta.

En UNACEM se preguntaron cómo transportar alrededor de 1.5 millones de toneladas de material sin perjudicar a la comunidad y el planeta, y encontraron una respuesta: a través de fajas transportadoras subterráneas y con un corto tramo aéreo.

Gracias a esta ambiciosa apuesta, la empresa logró trasladar, de forma ecoamigable, sus materiales y productos. Así, dejando de movilizar más de 37 mil camiones cada año, han evitado la emisión de un equivalente a 9714 toneladas de CO2 y 44 toneladas de material particulado al año, además de dejar de contaminar con el ruido de 75 decibeles que causaba el tránsito de sus camiones. Esto ha impactado en el bienestar de 140 mil familias dentro del área de influencia del proyecto, entre los distritos de Villa María del Triunfo y Villa el Salvador, al punto que los bienes inmuebles de la zona aumentaron de 65 a 400 dólares por metro cuadrado.

El camino que está transitando UNACEM y dicho sector industrial, es el camino de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos dentro de la Agenda 2030 por el Desarrollo Sostenible, promovida por Naciones Unidas. El ODS 13: Acción por el Clima, subraya la necesidad de que el sector privado juegue un papel protagonista con estrategias para reducir sus emisiones de CO2 a la atmósfera, impulsando las energías renovables en detrimento de las fósiles, invirtiendo en innovaciones tecnológicas y trabajando coordinadamente con la comunidad internacional para alcanzar los compromisos mundiales.  

Dar pasos hacia la sostenibilidad
Decisiones como la de UNACEM requieren compromisos reales. Como parte del proyecto, la cementera midió su impacto ambiental para determinar cómo reducir su huella de carbono y compartió sus estudios con la población. “En UNACEM estamos comprometidos con la protección del ambiente y con la minimización de los impactos ambientales de nuestras operaciones en los sitios y comunidades donde operamos”, explica Carlos Adrianzén, gerente de Seguridad, Medio Ambiente y Sostenibilidad de la empresa. “Por ello, a través de nuestro Sistema de Gestión Ambiental, buscamos el mejoramiento continuo de nuestras operaciones, que cuentan con la aprobación de los Instrumentos de Gestión Ambiental por parte del Estado peruano”. 

La empresa suscribió en el año 2021 el proyecto climático del Global Cement and Concrete Association (GCCA) hacia el año 2050: la ambición de alcanzar el concreto neutro en carbono. “Creemos que es posible alcanzar nuestra aspiración porque nuestra industria ya ha hecho progresos importantes reduciendo estas emisiones”, señala la GCCA en su compromiso. “Desde 1990, hemos alcanzado una reducción del 19,2% de las emisiones de CO2 por tonelada de material de cemento y aumentado nueve veces el uso de combustible alternativo, reemplazando combustibles fósiles”, añade.

Por este trabajo, UNACEM es uno de los finalistas al Reconocimiento Perú por los ODS (PODS), en la categoría Planeta, que premia las iniciativas empresariales que, a través de la protección y manejo de recursos, del consumo y la producción sostenible, toman acción para cuidar el planeta y las comunidades.