En los últimos meses, la desaprobación ciudadana de los principales poderes del Estado ha alcanzado cifras graves. Mientras el 63% desaprueba la gestión del presidente, un 87% califica de la misma manera al Congreso de la República. 

Según los sondeos realizados por la encuestadora Apoyo durante los últimos meses, este trágico escenario se debe a que la sociedad percibe que estos poderes priorizan sus intereses personales, no canalizan leyes a favor de la población e incluso toman decisiones que la perjudican. 

En las y los jóvenes parecen habitar posibles alternativas políticas. Según información del Instituto de Estudios Peruano (IEP), el 50% de los y las participantes en las protestas de 2020 eran jóvenes de entre 18 y 29 años y el interés de las juventudes en la política se ha mantenido por encima del 60% hasta el año 2021.

Sin embargo, el Informe Nacional de Juventudes de la Secretaría Nacional de la Juventud (SENAJU), indica que este potencial se ha topado históricamente con tres barreras: la falta de capacidades y conocimiento sobre el funcionamiento del Estado y sus instituciones; la falta de espacios de participación que valoren los aportes de la juventud; y las dificultades para generar alianzas y lograr financiamiento desde la organización juvenil. 

“En la medida que una sociedad que progresa es una en la cual se desarrollan iniciativas colaborativas, es necesario pensar en discursos y políticas que generen condiciones adecuadas para que estas surjan”, señala dicho estudio. “Esto implica generar iniciativas, herramientas y recursos para promover espacios plurales de participación y lograr tanto el empoderamiento de organizaciones juveniles como el reconocimiento de su aporte a la sociedad”.

Atender a la población
En esa línea ha nacido el proyecto Redpública, del PNUD-Perú, que viene trabajando como un espacio de participación digital y presencial para recoger propuestas de la población e integrarlas a la creación de una Agenda Ciudadana para ser canalizada a las autoridades y tomadores de decisiones. 

De esa manera, se busca generar un espacio de aprendizaje y creación colectiva: un canal que acerca a las juventudes a quienes toman las decisiones y una plataforma que facilita la generación de alianzas.

“La oportunidad que le abre Redpública a las personas encargadas de tomar decisiones públicas es la de alimentar sus procesos con el conocimiento, no sólo técnico sino también de experiencia vivida, de cientos de ciudadanos y ciudadanas, principalmente jóvenes, que tienen ganas de aportar”, explica el coordinador de proyectos de gobernabilidad democrática del PNUD del Perú, Rodolfo Benites. “Redpública es una plataforma que habilita precisamente el recojo rápido, permanente y transparente de este tipo de conocimiento. La comunidad de Redpública no está solo expresando necesidades, está brindando propuestas de solución”.

Hasta la fecha, entre las más de 280 ideas que han recopilado, Redpública indica haber encontrado cinco temas particularmente relevantes: la educación de calidad a lo largo de toda la vida; la reducción de las desigualdades, con énfasis en poblaciones históricamente excluidas; la consolidación de instituciones fuertes, transparentes y efectivas para la democracia; la reimaginación de las ciudades hacia modelos más sostenibles, inclusivos y productivos; y la articulación entre diferentes niveles de gobierno y otros actores sociales, incluido el sector privado y la sociedad civil.

La urgencia es latente. En Perú, más del 90% de jóvenes considera que la democracia es importante, pero dos tercios consideran que esta no funciona adecuadamente en el país. La canalización de necesidades y soluciones ya ha demostrado tener éxito en países como Panamá, que permitió alimentar el Pacto Bicentenario, y en Chile para el desarrollo del último proyecto constitucional.