La Amazonía peruana es un tesoro natural de incalculable valor para el mundo. Sin embargo, la creciente presión humana, la deforestación y la agricultura migratoria la amenazan constantemente. En este contexto, organizaciones como Bosque Guardián están desempeñando un papel crucial en la preservación de este ecosistema único.

Bosque Guardián nació hace cuatro años en Tarapoto, San Martín. La región, marcada por la violencia del terrorismo y la proliferación de cultivos de coca, fue objeto de numerosos esfuerzos de erradicación convencional que resultaron en fracasos.

Melisa Ramos, oficial de Planeamiento y Desarrollo en Bosque Guardián Ramos, recuerda los intentos previos de cambiar los cultivos de coca a café o cacao. Aunque en un principio prometían, con el tiempo demostraron ser insostenibles para las familias agricultoras debido a la disminución de la demanda y la aparición de plagas destructivas. Esto, a su vez, condujo a un aumento en las tasas de deforestación, un fenómeno conocido como agricultura migratoria.

“Si un cultivo no es sostenible y no te produce lo suficiente, tienes que buscar nuevas tierras que te vayan a producir la cantidad que tú necesitas para que puedas satisfacer las necesidades de tu familia”, explica. “Este valle es un espacio donde todas las personas que han llegado son migrantes, principalmente de Cajamarca, especialmente de la sierra norte del Perú, y se instauraron en esta zona para tener nuevas oportunidades, porque las tierras, justamente donde ellos practicaban agricultura u otras actividades, ya no les favorecían”, agrega Ramos.

Fue esta problemática la que motivó a abordar la raíz del problema y adoptar una estrategia integral para la conservación de los bosques, y en ello contribuyó la ubicación estratégica de Bosque Guardián.

El Valle Tiraco, dentro del área de conservación regional Cordillera-Escalera, les brindó la oportunidad de trabajar en la creación de corredores biológicos. Esto permitió unir la zona norte y sur del área de conservación regional, contribuyendo a la conservación de los ecosistemas terrestres, un objetivo alineado con el ODS 15: Vida de Ecosistemas Terrestres.

Fortalecimiento local
El Área de Conservación Regional en la que opera Bosque Guardián no siempre ha tenido una relación armoniosa con la población local. Inicialmente, las restricciones impuestas por esta área generaron una visión negativa en la comunidad. Sin embargo, a lo largo del tiempo, el Estado ha flexibilizado su enfoque, reconociendo la necesidad de promover el ecoturismo como una alternativa viable. Así, Bosque Guardián se ha sumado a esta iniciativa, ofreciendo un ‘lodge’ con doce cabañas construidas de manera sostenible con bambú, promoviendo así un turismo responsable y cercano a la naturaleza.

Bosque Guardián también reconoció la interacción fundamental entre las poblaciones agrícolas y los bosques. En ese sentido, han implementado programas de desarrollo sostenible que involucran a las comunidades locales —como el Caserío Progreso— en la cadena productiva. Estos esfuerzos buscan reducir la dependencia de la extracción insostenible de recursos forestales —como la madera y la caza—, así como el regreso a prácticas agrícolas no tecnificadas y extensivas.

También están comprometidos con la promoción de una economía circular en la comunidad, que incluye la gestión de residuos y reciclaje. A través de su taller Bosques de Papel se reciclan papel y cartón, además de trabajar con fibras naturales, transformando lo que antes se consideraban desechos en productos como cuadernos, abanicos y aretes.

Uno de los proyectos más notables es la producción de miel de abejas nativas sin aguijón. Este proyecto no solo contribuye a la conservación de estas especies, sino que también fomenta la reforestación con plantas florales y medicinales, para brindar un entorno propicio para las abejas. Además, han incursionado en la producción de cacao, rescatando cultivos abandonados y promoviendo sistemas agroforestales más resilientes al cambio climático y las plagas.

También han establecido acuerdos de conservación con socios y han brindado capacitación técnica y apoyo a las familias locales, promoviendo la independencia económica y el desarrollo sostenible. Han beneficiado directamente a 51 familias a través de empleo y asociaciones en diversas actividades, incluida la producción de miel. Además, su trabajo se alinea con la propuesta nacional de protección del jaguar, un depredador crucial para el equilibrio del ecosistema amazónico, contribuyendo a la creación de corredores biológicos en toda Sudamérica.

Bosque Guardián es finalista del Reconocimiento Perú por los ODS (PODS), un premio que busca identificar y reconocer a organizaciones de diversos sectores que se alineen con uno o varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en cinco categorías fundamentales: Personas, Planeta, Prosperidad, Paz y Pactos.