Sumado a ello, el 24,5% de la población no tiene ningún tipo de cobertura sanitaria, ya sea público o privado, según el INEI, abriendo aún más las brechas de acceso a la salud de calidad.

Las poblaciones pobres y alejadas son las más afectadas, pues no cuentan con los recursos para atender a tiempo enfermedades que, en el 90% de los casos, pueden ser totalmente prevenibles, explicó Andrés Velarde, rector de Universidad Privadas del Norte (UPN). Luego de que identificaran poblaciones vulnerables cercanas al campus sin ningún establecimiento médico de calidad cercano, en 2019 decidieron construir el Preventorio de Salud La Ensenada, en el distrito de Puente Piedra. 

Según datos de la Dirección de Redes Integradas de Salud (DIRIS) Norte, solo existe un establecimiento médico similar al Preventorio Ensenada -es decir, de categoría I-1- en el cono Norte de Lima Metropolitana. Pero, desde la fundación de La Ensenada, ahora miles de personas del distrito de Puente Piedra, el segundo con mayores índices de pobreza en Lima Metropolitana, tienen acceso gratuito a salud de calidad.

Los pacientes son atendidos a través de la participación rotativa de 150 personas, entre estudiantes y docentes de las carreras de Psicología, Obstetricia, Nutrición, Terapia física y Enfermería de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UPN, en la sede Los Olivos. Además, acompañados de la Brigada de Salud de la Municipalidad de Puente Piedra, despliegan ocasionalmente servicios descentralizados, acercándose a primera hora de la mañana a las zonas más alejadas, como Los Rosales, en Zapallal, para brindar servicios gratuitos en dichas especialidades.

EELa pandemia no fue una excepción. También pasaron casa por casa para examinar a cada una de las familias, con oxímetro de pulso para medir la saturación, un tensiómetro para la presión arterial y un termómetro digital para descartar fiebre.

Logros de un enfoque comunitario
Autogestionar plazas de internado ha permitido que los estudiantes y los beneficiarios del preventorio se vinculen de una manera más eficaz, promoviendo, a su vez, una mayor experiencia formativa y una perspectiva de salud social y comunitaria. Brindan atención a adultos, adolescentes y niños no solo en el control de crecimiento y desarrollo, sino también en problemas que van desde violencia familiar, violencia a la mujer, aprendizaje o bullying escolar hasta salud sexual, nutrición, dieta saludable, entre otros servicios.

Uno de los principales retos ha sido una adecuada articulación con los actores y líderes locales y, además, trabajar en la concientización de la población respecto a la importancia de prevenir, explica Mercedes Cáceres gerente de Responsabilidad Social de la UPN.

Los resultados ya están a la vista. A la fecha, han logrado más de 15 mil beneficiarios en 40 mil atenciones, priorizando a la población más vulnerable: niños menores de 5 años, adolescentes, mujeres y adultos mayores. Cuentan con más de 12 aliados, entre ellos instituciones como la Demuna, Omaped, Conadis, la Comisaría La Ensenada y algunos centros educativos de la zona, lo que les han permitido incrementar las atenciones preventivas de salud en nivel primario.

“El proyecto espera poder seguir escalando principalmente en las zonas aledañas a nuestras sedes”, concluye Cáceres tras recibir el Reconocimiento Perú por los Objetivos del Desarrollo Sostenible en la categoría Personas, en el marco del Evento Perú Sostenible En Vivo. Los frutos de este trabajo son una muestra más de la importancia de generar alianzas con los gobiernos locales para encontrar soluciones efectivas que permitan cerrar las brechas de salud en las poblaciones más vulnerables.