¿Qué tan exigentes son los estándares ambientales en minería?
En 1996 se establecieron estándares de calidad ambiental para la minería, y desde entonces se actualizan constantemente.
Redacción ContentLab
Históricamente, la implementación de los estándares de calidad ambiental (ECA) y los límites máximos permisibles (LMP) han estado acompañados de debates tensos entre el sector corporativo industrial y las organizaciones ambientales, sean estas estatales o de la sociedad civil. El sector minero no ha sido ajeno a estos intercambios. Los ajustes realizados a los parámetros ambientales siempre han estado polarizados por la polémica entre las dos aristas de la discusión: la pérdida de competitividad del sector o las importantes exigencias ambientales.
Los ambientalistas sostienen que la competitividad no puede ser un criterio para definir estándares que van a darle sostenibilidad a la calidad de vida de las personas, mientras que el sector minero pone énfasis también en criterios para que no se ahogue la actividad productiva. ¿Quién tiene la razón?
Marita Chappuis, consultora en temas económicos y ambientales relacionados a la industria minera y ex directora general de Minería del Ministerio de Energía y Minas, indica que la legislación ambiental de supervisión industrial, por lo regular, ha sido pensada para controlar y fiscalizar la actividad minera, lo cual no está mal. Sin embargo, “se descuidan otras actividades industriales y domésticas como el tratamiento y control de la basura, las aguas servidas, la emisión de partículas por un parque automotor antiguo, la producción ladrillera, entre otros”, revela.
En el sector minero, los ECA —que delimitan la concentración de elementos y sustancias en aire, suelo y agua, y cuya transgresión, según las autoridades ambientales, podría perjudicar la salud humana y del ambiente— han sido establecidos desde 1996, y desde entonces se han hecho cada vez más exigentes. Estos estándares son revisados permanentemente. La situación contrasta con otras actividades industriales para las que aún no se terminan de regular los LMP. En el sector cementero, por ejemplo, recién este año se plasmarán los LMP para las emisiones atmosféricas de sus plantas industriales.
CRITERIOS DE LOS ECA Y LOS LMP
Por lo regular, los ECA y los LMP son establecidos en función a cuatro criterios:
– Afectación de sustancias a la salud humana
– Afectación a la flora y fauna
– Mantenimiento del patrimonio natural
– Acuerdos de control ambiental multilaterales
Luis Ayala, gerente del área Socioambiental de la consultora Gema, indica que, para el caso minero, los LMP han sido actualizados en el 2017, siguiendo parámetros mundiales y aspectos como las escalas seguidas en países con características productivas similares a las del Perú, como Chile, Australia o Canadá, países a los cuales no se les podría acusar de descuidar sus estándares ambientales.
Muchas de las escalas adoptadas se hicieron a partir de las evaluaciones y recomendaciones del Banco Mundial, cuyas exigencias ambientales también son altamente estrictas. Por ejemplo, el LMP de arsénico, que en el Perú es de 0.1 microgramo por litro (mg/l), en la legislación chilena es de 0.5 mg/l en aguas fluviales, mientras que en Estados Unidos es de hasta 1 mg/l y, en Canadá, es 0.5 mg/l. El Banco Mundial recomienda 0,1 mg/ l.
En el caso del plomo, la legislación peruana permite 0.2 mg/l, mientras que en aguas fluviales en Chile se permite hasta 0.05 mg/l; en Estados Unidos, hasta 0.6 mg/l; y en Canadá, hasta 0.2 mg/l. El Banco Mundial recomienda 0.1 mg/l.
Es importante saber que cada actualización de los LMP representa una modificación del sistema de producción de las empresas mineras. Según Ayala, el mayor temor de las empresas formales y la gran minería es entrar en incumplimiento normativo o mucho peor: ser sancionado, lo que puede tener un efecto reputacional grande.
LA MINERÍA MODERNA
La gran minería posee criterios exigentes para los aspectos ambientales y los protocolos son muy enfáticos. Esta exigencia es trasladada hacia sus trabajadores y a las empresas contratistas que colaboran en sus operaciones.
Pero no solo el factor humano está presente en el mantenimiento de los LMP. Chappuis indica que la tecnología también está haciendo su trabajo en el aspecto ambiental. Por ejemplo, cada vez que se encapsulan más actividades en el sector minero. La especialista asevera que la normativa vigente no le sigue el paso a la tecnología aplicada.
“La tecnología está yendo a una velocidad más alta de la que se está regulando. Tenemos reglamentos muy específicos y las minas están usando nuevos implementos, nuevos procedimientos, que falta que sean asimilados a la normativa”, señala. Chappuis explica que el reflector sobre la gran minería es tan potente y constante en temas de control de los LMP, que hay un descuido por la fiscalización en la mediana y pequeña minería.
En ese sentido, la minería no es estática. Su complejidad se renueva tanto en tecnología como en normativa. El tema ambiental también posee un componente dinámico, ya que la actividad científica cada vez descubre componentes perjudiciales para la salud humana y la naturaleza. Y las grandes mineras, principalmente las formales, consciente de su impacto, buscarán adecuarse a estas exigencias, tal como lo han venido haciendo.
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