La gestión humana y la seguridad en el sector minero
Una operación segura combina la gestión de la acción de los colaboradores con tecnología que ayude a reducir incidentes.
Redacción ContentLab
El futuro de la minería está más allá de tener instrumentos suficientemente mecanizados y conectados a un sistema inteligente que permita procedimientos industriales a bajos costos y alto rendimiento. Muchas empresas, incluso aquellas que se integran al credo de la llamada “Industria 4.0”, se vienen dando cuenta de que digitalizar y automatizar sus operaciones en el futuro no será suficiente para mantener su competitividad. La dimensión de la eficiencia minera implicará mucho más y está asociada a habilidades completamente humanas, como talento, criterio y creatividad.
El informe “Los 10 principales riesgos de la industria minera”, elaborado por EY, detalla que la industria peruana tendrá que equilibrarse y superar desafíos próximos en aspectos como:
– Fraude
– Disrupción
– Futuro de la fuerza laboral
– Aumento de costos
– Matriz energética
– Ciberseguridad
– Efectividad digital
– Licencia para operar
Como podemos ver, pocos factores se relacionan con la capacidad tecnológica. Al contrario, la mayoría de riesgos están vinculados a criterios humanos.
Las innovaciones tecnológicas están poniendo foco en la seguridad desde el inicio de su diseño y en ello continúan sorprendiendo no sólo a la industria minera, sino a todas las demás.
COMPORTAMIENTOS SEGUROS
El sector minero se conduce siempre por criterios de exigencia, y la seguridad es uno de ellos. En efecto, si bien la integración de la tecnología ha permitido reducir la intensidad de accidentes en las operaciones, la cultura de seguridad ha sido también decisiva para que las operaciones mineras hoy tengan los más altos estándares. Hoy, gracias a un conjunto de protocolos, según el área, la unidad de operación, el puesto o la maquinaria, los incidentes y accidentes se han reducido enormemente. Según el Instituto de Seguridad Mineras (ISEM), mientras que en 1996 se producían 23,4 accidentes fatales por cada 10 mil trabajadores, hoy se registran en promedio 1,71.
Freddy Toribio, gerente de Seguridad y Salud Ocupacional de Gold Fields, remarca que el desarrollo de una cultura de seguridad no es sencillo, ya que demanda de una gestión del comportamiento para entender que la prevención de los accidentes pasa, en la mayoría de los casos, por decisiones del trabajador.
En ese sentido, la tecnología es un componente que favorece la seguridad. Las unidades mineras actuales cuentan con un sinnúmero de sensores y detectores de fatiga en la operación de equipo pesado que, a partir de la lectura de rasgos faciales, previenen accidentes. Igualmente, las operaciones mineras trabajan con radares que detectan posibles movimientos en los taludes o sensores tan sensibles que permiten detener la maquinaria en marcha en el momento en que detecta presencia humana.
Fernando Armas Tamayo, vicepresidente de Gran Minería de Ferreyros, sostiene que se han instalado en vehículos mineros sensores con alarmas sonoras y visuales en las cabinas, que permiten detectar la proximidad de personas. “En un nivel mucho más avanzado, por ejemplo, hay camiones autónomos que cuentan con un paquete de módulos de control electrónico, radares y sensores que le permiten construir una imagen digital del entorno de operación”, añade.
En base a esta información y a los parámetros que brinda el sistema de autonomía, los camiones toman decisiones de manera inmediata, explica Armas Tamayo. “De este modo, pueden detenerse si encuentran un obstáculo o pueden reducir la velocidad si se acercan a otro vehículo, permitiendo la interacción tanto con equipos tripulados como no tripulados”, señala.
Las innovaciones tecnológicas están poniendo foco en la seguridad desde el inicio de su diseño y en ello continúan sorprendiendo no sólo a la industria minera, sino a todas las demás. Sin embargo, la minería del futuro continuará teniendo como eje de toda la operación al factor humano, es por ello que Freddy Toribio considera importante el tema de la capacitación, pues el “comportamiento funciona a través de un proceso de retroalimentación continuo”, donde se involucra el personal directamente contratado por la empresa minera y los contratistas.
EL IRREMPLAZABLE FACTOR HUMANO
Hoy no sólo se habla de seguridad sino de gestión del comportamiento. Una cultura de seguridad continuará siendo importante en la medida que el recurso humano la asimile como tal. La minería se desplaza por un entorno seguro pues ya ha alcanzado un alto nivel de desarrollo tecnológico en la implementación de controles de seguridad. En el caso del Perú, estos son propios de operaciones de países desarrollados.
Por esa razón, en la actualidad, conducir dentro de una operación minera en el Perú es mucho más seguro que conducir en una ciudad. Las empresas globales han entendido que, para que la industria sea sostenible, se debe pensar en el bienestar y la integridad de los trabajadores desde los planes de gestión humana. Es decir, involucrar el trabajo de las gerencias de capital humano con las de seguridad para gestionar las capacidades de los colaboradores con foco en la seguridad.
Según la evaluación de EY, la fuerza laboral será uno de los aspectos clave que la minería deberá evaluar en el futuro próximo para continuar sus operaciones. Probablemente el tema tecnológico estará resuelto, pero es el factor humano el que demandará desafíos nuevos: capacidades, nuevos ambientes de trabajo, sistemas de mantenimiento y operación, y, por supuesto, nuevas exigencias. A cambio, la minería seguirá solicitando que se mantengan los estándares de seguridad. Es decir, que se preserve una cultura que ha tomado muchos años en construir.
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