Expectativas y realidad de los grandes proyectos
Operaciones como Mina Justa, Quellaveco, Toromocho y Yanacocha Sulfuros mantienen sus metas trazadas para este año.
Redacción ContentLab
Las empresas que están detrás de los grandes proyectos mineros han tenido que hilar fino —y lo siguen haciendo— para enfrentar la particular coyuntura de la COVID-19. Según Carlos Torres, director de Ingeniería de Gestión Minera de la UPC, en general, las empresas del sector han tenido ya metas trazadas para el año en curso, pero el desafío está en lograrlas pese a los obstáculos de la pandemia.
En el caso de Toromocho, advierte el especialista, el reto es la ampliación de sus operaciones con una inversión de alrededor de US$1355 millones, para lograr una producción aproximada de 172 mil TM por día (47% más de lo que se produce) al finalizar este proceso. “Para los casos de Mina Justa y Quellaveco, a cargo de Marcobre y Anglo American, respectivamente, el reto es iniciar la producción. En el caso de Mina Justa, la propuesta era empezar operaciones a fines del presente año; y para Quellaveco, en el 2022”.
Torres señala que, en los tres casos, el objetivo principal es cumplir lo previsto, pero con la aplicación de protocolos de bioseguridad que aseguren la salud de los trabajadores y permitan la continuidad de las operaciones.
José Luis Abeo, superintendente de Comunicaciones Externas en Marcobre, es contundente cuando señala que el país necesita que la industria minera opere al 100% a corto plazo. Afirma que ellos están enfocados en concluir la construcción del proyecto cuprífero Mina Justa en línea con su cronograma. “Tenemos un avance de obra significativo y esperamos poder iniciar operaciones en el primer semestre del 2021”.
TRABAJO EN CONJUNTO
Yuri Sáenz More, gerente general de Minera Yanacocha, recuerda que cuando se decide una inversión minera y su posterior operación se toma en cuenta plazos de muchos años, que exceden los periodos electorales, de campañas políticas o de gobierno.
“Nos corresponde trabajar con las autoridades que sean elegidas, para continuar operando en cumplimiento con las regulaciones vigentes, de las que esperamos estabilidad y respaldo”.
Sáenz More refiere que —más allá del trabajo conjunto que vienen realizando con el gobierno local para realzar el valor del Cuarto del Rescate de Atahualpa en la ciudad de Cajamarca, y que esperan que se plasme el 2021— se tendrá que tomar decisiones importantes de negocio, como la aprobación de fondos para la ejecución de Yanacocha Sulfuros. Este proyecto tiene el potencial de extender la vida de la operación hasta el 2041, pero a menor escala productiva.
EMPRESAS CONTRATISTAS
Para Marcobre, el rol que juegan las empresas contratistas es fundamental. En Mina Justa han logrado trabajar como un solo equipo, en un ambiente de respeto mutuo y colaboración, para sacar adelante el proyecto protegiendo el negocio de todas las partes. “Los contratistas han hecho suya la cultura empresarial de Marcobre y comparten nuestro compromiso por la salud y la seguridad de todos los trabajadores del proyecto Mina Justa”, explica José Luis Abeo.
Sáenz More afirma que, “en general, las empresas contratistas son parte integrante de la operación y así son vistas por la sociedad”. Por lo tanto, su rol será asumir su responsabilidad social empresarial en este esfuerzo, que es de todos. Esto incluye cuidar la sostenibilidad de sus emprendimientos como generadores de riqueza, pero también de su gente y proveedores, y ser solidarios con la comunidad.
El ejecutivo de Minera Yanacocha añade que en Cajamarca destaca la sensibilidad de muchas de sus contratistas, que han hecho importantes donaciones a centros de salud. Entre ellos se cuentan equipos de protección, camas hospitalarias, respiradores tipo snorkel, cilindros de oxígeno, entre otros. “El efecto multiplicador de los beneficios de la minería formal puede ser el motor fundamental para recuperarnos de esta crisis económica y generar la cultura del cuidado de la vida”.
En opinión de Yang Chang, docente de Posgrado en Finanzas de la Universidad de Piura, las empresas contratistas pueden tratar de captar personal de zonas aledañas y capacitar a la población que tenga deseos de integrarse a la cadena del negocio, directa o indirectamente.
ALIADOS PERMANENTES
En opinión del ingeniero Roberto Maldonado, vicepresidente del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), las empresas contratistas son un socio estratégico clave para la marcha de las empresas mineras. Sus protocolos sanitarios, explica, son exactamente los mismos que aquellos implementados por las empresas mineras.
“Gracias a la cultura de salud y seguridad que se practica incluso desde antes de la pandemia es que se ha logrado desplegar de forma casi natural los nuevos lineamientos del Ministerio de Salud y el Ministerio de Energía y Minas. Estas empresas abarcan todas las etapas de la producción minera, pero donde más se encuentran es en exploración, desarrollo y explotación”, puntualiza.
PRECIOS A FAVOR
Antes de que acabe el año, el sector podría estar al nivel de productividad que tenía antes de la pandemia, pues hay una tendencia al alza de los precios de los principales metales que exporta el Perú, como el cobre y el oro.
Estos metales incluso han superado los niveles que teníamos antes de la crisis sanitaria, lo que genera un impacto positivo en las perspectivas del sector para los próximos meses.
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