¿Cómo favorecen los contratistas el desarrollo de sus zonas de influencia?

Las empresas tercerizadoras capacitan y generan empleo en las comunidades de las áreas mineras.

Redacción ContentLab

El término Responsabilidad Social Empresarial (RSE) contempla un abanico de definiciones. Pero, a decir del Pacto Mundial de Naciones Unidas —que agrupa a decenas de empresas de todo el mundo comprometidas con los derechos humanos, el trabajo digno, el medioambiente y la lucha contra la corrupción— la RSE debe expresar la voluntad del sector privado por hacer suyas las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y las relaciones con sus clientes, colaboradores y la comunidad.

En el caso del sector minero peruano, se ha trabajado en esa dirección. Ya en 2007, el reporte “Responsabilidad Social Empresarial en el sector minero”, elaborado por Oxfam y SCG, señalaba que las compañías mineras en el Perú comprenden la RSE como una filosofía, adoptada por la alta dirección, para actuar en beneficio de sus colaboradores, sus familias y el entorno social en las zonas de influencia de la empresa. “Es una perspectiva que no se limita a satisfacer al consumidor, sino que requiere asumir un compromiso con el desarrollo de la comunidad con la que se involucra”, señala el documento.

Bajo esa perspectiva, el Ing. Edgar Pelaes, jefe y responsable de Control de Calidad en MDH, empresa contratista especializada en servicios mineros y de perforación diamantina, comenta que los proveedores y los contratistas son aliados fundamentales para dar soporte y contenido a las estrategias de RSE del sector. “Son principalmente las empresas tercerizadoras las que están en permanente contacto con la población que rodea las operaciones, por lo que somos los primeros interesados en mejorar las relaciones entre la población y la mina”, explica.

Esta preocupación ha llevado a MDH a desarrollar un programa propio de RSE llamado “Mujer Emprendedora”, dirigido a fortalecer la independencia económica y el aporte de la mujer al hogar. A través de un taller participativo, MDH implementa esta iniciativa en Orcopampa, una operación subterránea de oro y plata que se ubica en el distrito del mismo nombre, provincia de Castilla (Arequipa). Gracias a este esfuerzo, alrededor de 30 esposas y familiares de los trabajadores mineros se capacitan en temas productivos.

Así mismo, en Campoy, San Juan de Lurigancho, donde se ubica la sede central de MDH, la empresa busca relacionarse con la comunidad y apoyarlos con sus necesidades, generando acciones que van desde actividades con la iglesia hasta chocolatadas para niños en fechas festivas. 

Esta cercanía con la población ha permitido a la empresa contratista desarrollar campañas de concientización frente a la COVID-19, en consonancia con los cuidados que tienen al interior de sus operaciones. “Somos responsables de la salud de nuestro personal y de las personas de las comunidades en las que estamos presentes, por lo que contamos con un protocolo de seguridad para la COVID-19”, puntualiza Pelaes.

VISIÓN DE FUTURO
Con la finalidad de generar desarrollo en las poblaciones cercanas a su área de influencia, MDH ha logrado que en localidades como Orcopampa el 77% de sus colaboradores sean pobladores de la comunidad. A ellos, la empresa contratista les ofrece capacitación para trabajar de forma directa o para ofrecer servicios de transporte.

Para su personal, MDH ofrece capacitación continua en tres áreas: técnica, de seguridad y de gestión. Si bien muchos residentes de las zonas de influencia empiezan trabajando en labores de limpieza, gracias a esta capacitación algunos se han convertido incluso en perforistas, accediendo a un oficio que les permite elevar su nivel de empleabilidad. 

El interés de MDH por evolucionar continuamente en su visión de RSE ha llevado a la empresa a conseguir certificaciones clave en medio ambiente (ISO 14001), salud ocupacional y seguridad (ISO 45001) y calidad (ISO 9001). Estas certificaciones ratifican su compromiso con sus diferentes stakeholders.