Vuelta a clases: ¿es buena idea la educación presencial?

Este año, estará en manos de los padres decidir por una educación remota, presencial o semipresencial. ¿Qué factores tomar en cuenta?

REDACCIÓN CONTENTLAB

Jan 29, 2021

Ni las clases remotas lograron complicar tanto a los padres como la necesidad de decidir si sus hijos volverán o no este año a las aulas. Después de un 2020 que cambió la enseñanza tal y como la conocíamos, la posibilidad de que todo vuelva a ser como antes con los estudiantes en el salón de clases y un profesor al frente parece ser un alivio. Aunque, en medio de una segunda ola de contagios y la implementación de nuevas medidas en todo el país, también podría parecer una idea totalmente descabellada.

Veamos un caso concreto. En Wausau, una ciudad de Wisconsin (EE.UU.), se decidió iniciar el año escolar a distancia, pero la presión de la comunidad los obligó a abrir las aulas en noviembre, justo cuando los casos de coronavirus aumentaban. El resultado: cientos de estudiantes expuestos al virus y obligados luego a permanecer en sus casas durante dos semanas. 

El caso de Wausau demuestra que la decisión de que los niños vuelvan a clases no se puede tomar a la ligera, ni poner otras prioridades como la comodidad de los padres por sobre la salud. Tomando esto en cuenta, las autoridades peruanas determinaron que el retorno a clases sea en tres modalidades: remota, semipresencial o presencial completa. 

La aplicación de estas medidas dependerá de las condiciones territoriales, del estado de la pandemia después de la segunda ola y del alcance que pueda tener la vacuna en la población. Todo eso está por verse.

AFOROS REDUCIDOS
El ministro de Educación, Ricardo Cuenca, eso sí, dijo que lo más probable es que se aplique un modelo híbrido: es decir, algunos estudiantes participarán de clases presenciales tres veces por semana—, mientras otros lo harán a distancia, con el objetivo de mantener aforos reducidos hasta un 40% y evitar contagios. Aunque, ojo: a fin de cuentas, esto dependerá, como ya dijimos, de la decisión de los padres.

Quienes prefieren que sus hijos no asistan a clases deben estar tranquilos, ya que podrán continuar con la modalidad Aprendo en casa a través de clases en plataformas virtuales y en programas de radio y televisión en casa durante todo el año. El Gobierno, de hecho, ha iniciado la entrega de tablets con servicio de internet y otros que funcionan de manera offline, de forma que estudiantes y docentes ubicados en zonas rurales y de mayor pobreza, sin cobertura de internet, puedan reintegrarse a las clases a partir del 15 de marzo.

En el caso de los colegios privados, también será decisión de los padres si envían a sus hijos a la escuela o se mantienen en modalidad virtual. Si bien la educación remota no se compara con el aprendizaje en el salón de clases ¿vale la pena asumir los riesgos de propagar el COVID-19 en la escuela y en la comunidad, con tal de recibir los múltiples beneficios de la escolaridad presencial? 

Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) indican que las clases presenciales pueden ser seguras o, al menos, de riesgo moderado si, en adición a las estrategias de mitigación que ya conocemos como el uso de mascarillas, limpieza y desinfección de superficies, lavado de manos y distanciamiento social, los padres exigen ciertas medidas:

✓ Agrupación en cohortes o ‘burbujas’: conformar grupos pequeños de estudiantes y maestros o miembros del personal, y mantenerlos juntos a lo largo de la jornada escolar, para evitar la interacción entre distintos grupos o reducirla al mínimo indispensable.

✓ Horarios escalonados: establecer horarios alternados y escalonados, así como lugares de llegada y recogida de grupos de estudiantes, para reducir el aforo en las aulas, promover el distanciamiento social y evitar la transmisión a gran escala.

✓ Objetos de uso personal: evitar que se compartan artículos, particularmente aquellos que son difíciles de limpiar o desinfectar.

✓ Guías y barreras físicas: instalar barreras físicas, como protectores o divisores, especialmente en áreas donde es difícil para las personas mantener una distancia de al menos dos metros, como, mostradores de recepción.

Limpieza y desinfección: implementar un cronograma de constante limpieza y desinfección de las superficies que se tocan con frecuencia.

Si algo quedó demostrado el año pasado, es el esfuerzo que han realizado miles de familias por seguir llevando adelante la educación de sus hijos. Por eso, no hay que abrumarse: sea cual sea la decisión que se tome estudiar en casa o de manera presencial será la correcta si se actúa de forma informada y responsable.

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