COVID-19: ¿por qué un sector de la población desconfía de las vacunas?

Las múltiples implicancias de la pandemia en nuestras vidas han generado dudas y expectativas comprensibles sobre las vacunas.
REDACCIÓN CONTENTLAB

Jan 12, 2021

Durante los primeros 18 meses de vida, los peruanos y peruanas reciben vacunas contra la tuberculosis, la hepatitis B, la poliomielitis, el rotavirus, el neumococo, el sarampión, la rubéola y las paperas, entre muchas otras. Sin embargo, las condiciones de emergencia han generado una expectativa y unos cuestionamientos particulares respecto a las que se han desarrollado para detener la pandemia del coronavirus. Es el caso de la vacuna Sinopharm, recientemente comprada por el Gobierno para ser aplicada de manera voluntaria, a partir de este mes. 

Como señala la Organización Mundial de la Salud (OMS), la aplicación de vacunas es una forma sencilla, inocua y eficaz de protegernos contra enfermedades dañinas, antes de entrar en contacto con ellas. De distintas maneras, estas preparaciones activan las defensas naturales del organismo para que aprendan a resistir ante ciertas infecciones específicas.

Pese a ello, las encuestas realizadas por Ipsos Perú para el El Comercio indicaron que, en diciembre pasado, alrededor del 40% de las personas no estaban dispuestas a vacunarse, si en ese momento hubiese existido una vacuna aprobada y gratuita.

LAS RAZONES DETRÁS DEL RECHAZO A LAS VACUNAS
El caso peruano es solo una muestra de una tendencia mundial. Intentando entender este fenómeno, la facultad de Medicina de la Universidad de Michigan (EE.UU.) ha ahondado en algunos mitos que se han creado en torno a las vacunas

Por ejemplo, se confunde la rapidez con la cual las vacunas se han puesto a disposición, con la idea de que esto se ha debido a la eliminación de pruebas y revisiones habituales. Sin embargo, la celeridad se debe en realidad a que las herramientas científicas modernas son más veloces que las antiguas, y se ha dado un esfuerzo mundial para reducir o eliminar retrasos habituales en la investigación, producción y distribución. A esto se ha sumado la disposición de un gran número de voluntarios que han permitido obtener respuestas rápidamente, sin necesidad de eliminar las revisiones y aprobaciones independientes que exigen los reglamentos.

Otro temor difundido es que el nuevo uso del material genético ARN mensajero (ARNm) en las vacunas es capaz de alterar el ADN de forma permanente. Sin embargo, esto es falso: el ARNm no se coloca en el núcleo de las células, donde se almacena el ADN. La sigla “m”, de “mensajero”, hace mención precisamente a que la vacuna envía un mensaje al cuerpo para que el sistema inmunológico pueda reconocer al coronavirus, si es que este ingresara al organismo. 

Se habla también de casos de personas que han enfermado a causa de la vacuna, a partir de lo cual se ha creado la teoría de que los riesgos de la vacuna se mantienen en secreto. Pero la realidad es que decenas de miles de personas han recibido y están recibiendo las vacunas, y son esas personas las más indicadas para rastrear e informar cualquier síntoma que experimenten. Al igual que con otras vacunas, esta puede causar dolores de cabeza, escalofríos o fiebres que se alivian con un analgésico común. “Aunque pueden ser incómodos durante un corto período de tiempo, no son graves y significan que el sistema inmunológico está practicando cómo combatir el virus o las bacterias”, señala la Organización Panamericana de la Salud (OPS) al respecto. Sin embargo, debido a la particularidad del contexto que vivimos hoy, los pocos casos de reacciones alérgicas entre los cientos de miles de personas vacunadas han recibido una comprensible mayor atención, pese a no ser representativos cuantitativamente.

Se ha difundido también un temor a la posibilidad de efectos secundarios a largo plazo. Al respecto, es evidente que estos efectos no pueden conocerse todavía. Sin embargo, la OPS es categórica en señalar que las vacunas aprobadas para distintas enfermedades existentes en el mundo no generan ningún tipo de reacciones a largo plazo.

 

REFORZAR LA INMUNIDAD NATURAL
Como ha explicado la jefa del Grupo de Patógenos Emergentes del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, Nuria Izquierdo-Useros, si hay personas que sin vacuna logran superar una infección, se sabe que es posible conseguir una vacuna que funcione contra esa infección, ayudando a potenciar esas defensas. Esto es lo que ha sucedido en la pandemia del COVID-19. Alrededor del 80% de personas infectadas ha logrado superar la enfermedad sin mayores complicaciones, según la OMS. 

Entonces, ¿por qué es necesaria la vacuna? El objetivo es acabar con la transmisión de la enfermedad a personas vulnerables que puedan ver afectada gravemente su salud por este virus, al punto de poner en peligro su vida. Hasta la fecha, más de un millón novecientas mil personas han fallecido en el mundo. Y se calcula que solo alcanzando la vacunación del 70% de la población mundial se podría detener definitivamente esta tragedia. 

CONTENIDO PATROCINADO Producido para un anunciante que puede haber aprobado el contenido.
Compartir

Patrocinado por plazaVea
Copyright© Elcomercio.pe – Grupo El Comercio – Todos los derechos reservados.

Share This