Socializar en pandemia: ¿por qué es mejor hacer un pícnic que ir a un bar?

Conoce qué actividades son las menos riesgosas en esta nueva normalidad y enfrenta la nueva normalidad con seguridad.

REDACCIÓN CONTENTLAB

Nov 30, 2020

A partir del 15 de marzo de 2020, cuando se declaró el confinamiento obligatorio en el Perú, nuestras vidas cambiaron. Socializar se convirtió, de pronto, en un peligro —salvo si era a través de una pantalla o una videollamada—. Pero, conforme se desarrolla la fase 4 de reactivación económica, se presentan más opciones para seguir nutriendo nuestras relaciones sin exponernos al contagio.

Ahora, no hay que entusiasmarse demasiado porque el riesgo de contagio se mantiene vigente. Sin embargo, como ha detectado la psicóloga danesa Marie Helweg-Larsen, del Dickinson College, después de tantos meses en confinamiento, muchos han pasado a un estado de optimismo respecto a la gravedad del COVID-19 que podría hacerles subestimar los riesgos a los que se exponen o, incluso, abandonar las precauciones, con tal de volver a vivir la ansiada normalidad.

Pero el COVID-19 no es ninguna cuestión menor, por lo que, para actuar, debemos guiarnos por la información, antes que por nuestros deseos o creencias. Para facilitar esa tarea, el periodista de datos David McCandless, autor de la plataforma Information is beautiful, recogió datos de más de 500 epidemiólogos y profesionales de la salud citados en medios y los plasmó en una infografía llamada Coronavirus Riskiest Activities (actividades más arriesgadas para el coronavirus).

En dicha infografía se establecen tres niveles de riesgo: bajo, medio y alto. Para ello, se tomó en cuenta factores como cuánta gente se reúne en un espacio determinado, cuán cercano es el contacto, qué tan largo es el tiempo de exposición, cuál es la localización y qué posibilidades hay de que se cumplan las normas.

 

Así, se estima que entre las opciones preferidas, entrar a un bar es definitivamente la más peligrosa, no solo porque se trata de un lugar cerrado sino porque el consumo de alcohol puede hacernos bajar la guardia y reducir nuestros cuidados. ¡Ojo con eso! Pero, vamos, también hay otras alternativas. Por ejemplo: tener una tarde de pícnic en tu parque favorito o en el barrio, o acampar y entrar en contacto con la naturaleza. Eso sí, debes evitar siempre compartir comidas y espacios cerrados con gente con la que no vivas.

Sí, no es fácil, e incluso puede resultar agotador realizar actividades a las que comúnmente no estamos acostumbrados. Pero no hay que olvidar que estar en contacto cercano con gente que no vive con nosotros aumenta el riesgo de exposición. Cualquier actividad que permita mantener una distancia de por lo menos dos metros se considera de bajo riesgo, según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ir a piscinas, playas o museos, por ejemplo, son algunas de ellas.

Paradójicamente, comer en un restaurante —una de las actividades que se da con mayor frecuencia en Perú, desde que estos locales reabrieron sus puertas en julio—, presenta el mismo riesgo de contagio que ir al cine, al teatro o a un concierto, aunque estas últimas no están permitidas, principalmente porque se realizan en espacios cerrados.

Si bien socializar es parte de la naturaleza humana y contribuye a nuestra salud mental, debemos priorizar la información que esté sustentada por los especialistas y no dejarnos llevar por lo que queramos creer para sentirnos más seguros. Ante la incertidumbre, es mejor quedarnos en casa.

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