Ética y valores: los pilares que sostienen los buenos negocios

REDACCIÓN CONTENTLAB

El día a día de una empresa implica la toma constante de decisiones de todo calibre: desde las menos trabajosas, como la compra de tintas para impresoras, hasta las más complejas, como buscar socios comerciales o entablar alianzas estratégicas para expandir el negocio. En ese ejercicio cotidiano interviene un actor silencioso, pero esencial: la ética empresarial. 

La European Business Ethics Network (EBEN), define a la ética aplicada a los negocios como “una reflexión sobre las prácticas empresariales en las que se implican las normas y valores de los individuos, de las organizaciones y de la sociedad”. En ese sentido, Cecilia Villegas, CEO de Capitalismo Consciente, destaca que las empresas son, justamente, entidades sociales porque están formadas por personas, por lo cual la ética que una compañía muestre dependerá, en gran medida, de cómo se comporten los individuos que forman parte de ella. Además, tendrá repercusión directa en su imagen y reputación. 

La ejecutiva explica que una empresa está interconectada con sus stakeholders y con la zona de influencia donde realiza sus operaciones. Por ende, no debe velar solo por la obtención de sus beneficios propios, sino buscar un impacto positivo que alcance a todos los que de alguna forma se ven afectados por sus decisiones.

“Una empresa es tan fuerte como su eslabón más débil”, sostiene. Añade que una organización no puede ser considerada ética si no ha incorporado políticas que reconozcan a todos sus stakeholders —proveedores, accionistas, trabajadores, clientes, opinión pública, entre otros—, e ilustra su afirmación con una situación hipotética: “Si yo tengo una política de pago a 100 días a una microempresa que es mi proveedora, ¿puedo considerar que eso es ético, sabiendo que las empresas pequeñas casi no tienen la capacidad para negociar condiciones?”. He ahí el tema. 

✓ CONSCIENCIA Y CULTURA ORGANIZACIONAL
Villegas asegura que las organizaciones que tienen muy bien trabajado el aspecto de la ética son empresas conscientes. Estas, a su criterio, son las que poseen un propósito previamente definido por sus directorios, por sus altos mandos. En esa línea, Óscar Caipo, presidente de la CONFIEP, señala que la ética y los valores son determinantes en el mundo empresarial y están íntimamente ligados con el propósito; es decir, con la razón de ser de una compañía. 

“En las empresas donde se realizan estas prácticas por convicción y no por marketing, el propósito, la ética y los valores son pilares fundamentales sobre los cuales se construye la visión del negocio, la estrategia y la cultura organizacional. Son pilares que perduran en el tiempo”, afirma.

En el caso de la cultura organizacional, esta tiene que ver con la personalidad de una empresa: su forma de ser, de actuar y de comunicar. Y es, además, lo que cohesiona a una organización. Para Caipo, esta cultura se refleja en cada una de las acciones, prácticas, iniciativas, programas, servicios, atención y en el contacto que se tiene con todos los actores involucrados en la dinámica de una compañía. 

“No solo es importante que una empresa y sus trabajadores sepan quiénes son y cuál es su rol en la sociedad, también es fundamental el cómo se van a hacer las cosas: siempre con ética e integridad”, subraya. La CEO de Capitalismo Consciente refiere que las empresas pueden medir su desempeño en el terreno de lo ético. Para ello pueden generar KPI’s (Key Performance Indicators) específicos que se ajusten a los objetivos que, a su vez, se desprenden del propósito real de la empresa.

No obstante, más allá de mediciones —que son importantes—, Caipo considera que las acciones concretas que se ejecutan en el día a día de una organización son las que demuestran cómo se viven el propósito y los valores, y cómo se construye la reputación empresarial.

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