El desafío de las pymes para crear valor compartido en tiempos difíciles

REDACCIÓN CONTENTLAB

En el Perú existen 3,1 millones de pymes, según el INEI. El impacto que estas producen en la economía nacional es indiscutible: representan el 98% del tejido empresarial y son las grandes generadoras de empleo, pues dan trabajo a más de la mitad de la PEA. Sin embargo, a pesar de ello, el gran desafío que anhelan superar es asegurar la sostenibilidad de sus negocios creando mayor valor compartido, económico y social, e incrementar su productividad y competitividad. 

Para Rodolfo Ojeda, presidente del del Gremio de la Pequeña Empresa de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), una de las dificultades que impiden el crecimiento de las pymes es el hecho de que el Estado no brinda las facilidades para que estas se desarrollen adecuadamente. Por ende, muchas terminan operando en la informalidad y sin ningún tipo de incentivo para salir de ella. “El Estado debe regular y, al mismo tiempo, motivar al pequeño empresario para que opte por la formalidad y contribuya con el país”, refiere. 

A criterio suyo, el Estado tendría que arriesgarse con las pymes y plantearles, por ejemplo, la posibilidad de que la carga tributaria sea escalonada, con tasas preferenciales que les permitan adecuarse mejor a la formalidad. “Debería haber un incentivo en materia de financiamiento, con eso las pymes se fortalecerían y estarían en mejores condiciones de desarrollarse en sus mercados”, afirma. En paralelo, el representante gremial asegura que otro factor clave para que las pymes eleven su competitividad es la formación y capacitación permanente. 

DISPONIBILIDAD DE RECURSOS
A diferencia de las grandes empresas, que tienen el respaldo suficiente para afrontar épocas de crisis, las pymes tienen que ingeniárselas para sobrevivir. Juan O´Brien, director de Maestrías Especializadas de Centrum PUCP, señala que, en este tipo de empresas, por lo general, las situaciones que se enfrentan son más de corto plazo y, por ende, las metas que deben cumplirse también se acortan para buscar la sostenibilidad.    

El quid del asunto pasa por un tema de acceso a recursos. Al tener un bagaje limitado de recursos, las pymes necesitan ser muy cuidadosas para identificar qué usos van a dar a los suyos.

Desde luego, estos recursos no solo son de naturaleza financiera o tecnológica, sino también humanos. “En las pymes, el recurso humano es, en esencia el emprendedor, quien a veces tiene un pequeño equipo que lo acompaña, pero no le alcanza para cubrir todos los requerimientos”, refiere O´Brien.   

En virtud de ello, el catedrático plantea que hay oportunidades de mejora en lo que concierne, por ejemplo, a la atención de los clientes. Según su visión, la base del potencial crecimiento de este tipo de empresas es la atención que dan a sus clientes y ese es un punto que falta trabajar. Otro tiene que ver con el uso de la tecnología y la introducción de cambios en la forma de trabajar para mejorar la productividad, lo cual él cataloga como “la necesidad imperiosa de hacer cambios importantes en lo que vienen haciendo”. 

VALOR COMPARTIDO
Un tercer punto que O´Brien aborda es cómo las pymes pueden crear valor compartido. Considerando que todas las empresas, más allá de su tamaño, se desarrollan dentro de una sociedad, para que el crecimiento sea sano y sostenible, tiene que darse de la mano con la sociedad y no a costa de ella. Es ahí donde las prácticas de valor compartido tienen un efecto positivo. 

Cuando una empresa incorpora una perspectiva de sostenibilidad, entiende que no hay otra forma de que la sociedad se vea beneficiada por su actividad. “Parte importante del trabajo consiste en hacer mucha reflexión, en generar conciencia en los empresarios y capacitarlos para que entiendan que la forma de progresar en el mundo es viéndonos como sociedad, como un conjunto de personas”, refiere. 

En esa línea, comenta que el valor compartido no implica ser generosos, no pasa por un acto de bondad. “La sostenibilidad, el valor compartido, bajo una perspectiva empresarial, es el claro entendimiento de que mi propósito tiene que engranar en un propósito más grande que es la sociedad. Por lo tanto, yo, como empresario, debo colaborar en el logro de los objetivos de esa sociedad porque eso me va a permitir ser más grande en el tiempo”, afirma. Y subraya: “es un tema de convicción”.

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