Consentimiento: una relación de respeto y confianza

El consentimiento en un encuentro sexual es libre, voluntario, deseado y se traduce en una relación placentera para sus participantes. A continuación, aprende todo lo que debes saber al respecto de la mano de tres especialistas.

REDACCIÓN CONTENTLAB

Oct 7, 2019 | Sexpertos | 0 comments

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“Él desea y ella desea y sino, adiós. No me preguntes si consentí, pregúntame si deseaba”, dice la escritora española y feminista, Judith Bosch. Y es que en ocasiones, puede existir una línea muy delgada entre una relación sexual consentida, segura y deseada y un encuentro forzado, donde existe agresión sexual o abuso.

Sin embargo, contrario a lo se piensa, todos podemos ser víctimas de una situación así, sin importar cuál sea el género, la orientación sexual o la edad. Aunque, tal como señala la ONG estadounidense Planned Parenthood, los más propensos a sufrir agresiones sexuales durante su vida son las mujeres, personas LGTB y personas con discapacidades de desarrollo.

“El consentimiento es la base de cualquier relación sexual e implica que las dos partes estén totalmente de acuerdo con lo que van a hacer. Un “sí” no significa que pase a un “sí en todo sentido”. Un “sí” es un “sí, estoy de acuerdo a hacer esto contigo”; si se va hacer otra cosa dentro del encuentro, se pregunta y se espera la respuesta antes de actuar”, indica la coach sexual, Pamela Castañeda. En ese sentido, un sí es siempre reversible, agrega la especialista.

Por su parte, la psicóloga especialista en sexualidad, Romina Castro, agrega que debe existir una voluntad explícita y hablada por ambas partes, y que no se debe dar nada por sentado. “Debe ser positivo, voluntario y verbal. Porque muchas veces podemos caer en la trampa de que supuestamente sí hay consentimiento por la forma de vestir o de hablar pero eso no tiene nada que ver. El consentimiento debe ser explícito y completamente natural y verbal”, explica Castro.

 En ese sentido, la especialista indica que muchas veces se confunde “consentimiento”, con “convencimiento”: “Para que haya consentimiento, uno tiene que venir con un “sí” entusiasta, libre y por decisión propia sin haber tenido que ser antes manipulad@, convencid@ o presionad@”. Castro pone como ejemplo que en muchas ocasiones ocurre en los más jóvenes y sus primeras experiencias sexuales, que se ven en la obligación de tener sexo por convencimiento o presión de grupo o incluso de sus propias parejas.

 Tal como señala la  ONG Planned Parenthood, la violencia sexual no se presenta de una única forma. No es necesario que haya un arma ni que la víctima se resista, grite o diga “no” repetidas veces para que una acción cuente como violación o agresión sexual. “La mayor parte de las agresiones sexuales no involucran a desconocidos en callejones oscuros. Por lo general, es alguien que la víctima conoce o incluso una pareja romántica”, explica la organización.

Para Gabriela Oporto, abogada y Coordinadora del área de Litigio Estratégico del Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (PROMSEX), se debe entender que el consentimiento implica dos conceptos bases que son la libertad y el deseo sexual. “Una persona no debe dar el consentimiento porque se le hostigó hasta que dijo que sí, o porque se trata de su jefe o alguien que se encuentra en alguna posición de poder sobre esa persona. El consentimiento debe ser dado como producto de un deseo sexual construido de forma libre y positiva”, dice Oporto.

Sin embargo, la especialista explica que aún subsiste en algunos sistemas legales el concepto que solamente existe agresión sexual o violación cuando una persona se resiste al acto sexual o cuando está inconsciente; sin tomar en cuenta que también existe otras circunstancia donde la persona puede dar un aparente consentimiento, pero previamente haber sido forzada por circunstancias particulares, como amenazas, extorsiones o manipulación por alguien que se encuentre en una posición de poder frente a esa persona.

Además, Oporto señala que es muy importante destacar que los hombres también pueden ser víctimas de una agresión sexual o violación, pero que ello normalmente no se habla ni se denuncia debido a estereotipos de género y machismo. “Hablar de violencia sexual contra hombres, por hombres o por mujeres es algo que no se habla. Hay un montón de tabúes que todavía tenemos que trabajar como sociedad respecto a la violencia sexual. Los hombres no denuncian violencia sexual por los estereotipos, el machismo. Los hombres que son víctimas de violencia sexual, no son necesariamente homosexuales, pueden ser heterosexuales, pero no denuncian por miedo a estos estereotipos, por miedo al proceso, al igual que las mujeres, a ser re victimizados y estigmatizados”, explica. Y agrega que esto tiene que empezar a cambiar.

 

¿POR QUÉ ES IMPORTANTE HABLAR DE CONSENTIMIENTO Y CÓMO HACERLO?
Para que los adolescentes y jóvenes interioricen el concepto de consentimiento en su real dimensión, explica Gabriela Oporto, es importante que en las escuelas y en el hogar, se hable y se explique conceptos íntimamente relacionados al consentimiento que son el deseo sexual y su construcción en el ser humano. “Si en las escuelas no nos educan para construir relaciones interpersonales saludables y dependiendo de la relación interpersonal, pasar a tener relaciones sexuales de forma positiva, respetando la autonomía y respetando al otro como un ser humano, no veo como podemos desterrar estas ideas que todavía existen de “cómo conseguir” que alguien tenga relaciones sexuales con uno”, señala Oporto.

La especialista pone como ejemplo algunas frases comúnmente usadas como “dale unos tragos y cae” o “dale esta pepa y la flaquita va a caer” que son conceptos completamente erróneos respecto al consentimiento y a aproximarse hacia un encuentro sexual. Del mismo modo, Oporto señala que hoy en día el internet está plagado de mucha desinformación al respecto y supuestos consejos para acceder a relaciones sexuales que solo causan confusión a los más jóvenes.

“Los adolescentes tienen deseos sexuales y el problema no es ese, el problema es que nosotros como adultos tenemos que enseñarles a cómo manejarlos de manera que no caigan en practicas sexuales inseguras, de manera que puedan construir relaciones sexuales, afectivas o sexo-afectivas con otros adolescentes de manera segura, adecuada, respetando la autonomía y asegurándose de obtener un consentimiento real antes de cualquier actividad sexual”, explica Oporto. En ese sentido, la especialista destaca la importancia del enfoque de género en las escuelas, que hace posible que se traten este tipo de temas y se informe así a los jóvenes.

 

BENEFICIOS DE UNA RELACIÓN SEXUAL CONSENTIDA
En suma, los beneficios de un encuentro sexual consensuado o consentido se traducen en una relación sexual placentera y plena para ambos participantes. Tal como señala la especialista Romina Castro, con ello, se logra una relación sexual mucho más placentera y, además, se favorece a la mejor comunicación entre la pareja sexual. Por su parte, la couch sexual Pamela Castañeda, agrega que con ello se logra un encuentro sexual con respeto, confianza, libertad y mucha complicidad  entre la pareja.

Contrario a ello, las consecuencias de una relación sexual sin consentimiento, además de involucrar una agresión o abuso sexual, crea precedentes muy negativos para la vida sexual de una persona a lo largo de su vida. “Es totalmente negativo y como efecto crea mucha desconfianza y miedos en las personas para desenvolverse en sus próximas relaciones sexuales o afectivas”. Además, indica Romina Castro, esta situación crea un sentimiento de culpa, vergüenza y arrepentimiento por parte de la persona que no otorgó un consentimiento real y libre.

 ¿CÓMO ACTUAR ANTE UNA RELACIÓN NO CONSENTIDA?
Ante una relación sexual no consentida, existen alternativas para pedir ayuda y formalizar una denuncia. Una primera opción es ponerse en contacto con la Línea 100, es un servicio telefónico gratuito de información, orientación, consejería y soporte emocional para personas afectadas o involucradas en hechos de violencia familiar o sexual. Para acceder a este servicio solo hay que marcar 100 desde cualquier teléfono fijo o móvil. Otra opción similar es la que brinda el Chat 100, un servicio digital en tiempo real que trabaja de la mano de profesionales especializados en temas de prevención y ayuda a víctimas.

Para una atención más directa existen los Centros de Emergencia Mujer (CEM) y el Servicio de Atención Urgente. Los CEM son servicios públicos especializados y gratuitos, de atención integral a víctimas de violencia familiar. Por su parte, el Servicio de Atención Urgente brinda asistencia especializada y gratuita, se caracteriza por atender eficaz y oportunamente a víctimas con acciones inmediatas. Para esto último, coordina acciones con las entidades competentes y, según sea el caso, desplaza un equipo de profesionales al lugar donde se encuentra la persona afectada.

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