EL RETO DE CRECER
La obstetra convertida en gerente de una empresa constructora acepta hoy que no estaba preparada para asumir el cargo, pero tuvo que aprender. “Arriesgué todo”, dice, y en su voz se esconde un tono de orgullo. El de una mujer empoderada. La que ha superado todo, la que puede todo.

Para cumplir con los contratos y acceder a líneas de crédito bancario, se la jugó: puso como garantía la casa donde vivía con sus hijos, José Alberto y Bruno. Hizo lo mismo con un departamento que tenía en Lima, con el hogar de sus padres y con algunos terrenos que eran patrimonio familiar. Era apostar a ganador. Con todo lo que estaba en juego, perder sencillamente no era una posibilidad para Marlene.

“Tuve miedo, pero nunca estuve sola”, dice. “Las personas que tienen una empresa saben el riesgo que se corre. Pero cuando haces las cosas de manera correcta y puedes dormir tranquila, queda mirar atrás y ver todo lo logrado”. 

Entonces, queda disfrutar. No solo cumplió con todos los contratos y mantuvo sus propiedades, sino que hizo crecer a su empresa. Después de ocho años como gerenta general de B&B Murillo SAC, la organización tiene hoy 200 colaboradores, todos arequipeños, entre personal administrativo, ingenieros civiles y encargados de seguridad. El año pasado, la firma facturó 30 millones de soles, lo que la coloca entre las más importantes constructoras del sur del país.

Los servicios que ofrece son el legado que dejó su esposo: mantenimiento y construcción de vías, trabajos en metalmecánica y construcción de departamentos; además, presta servicios a empresas mineras.

“Quienes tienen una empresa saben el riesgo que se corre”