Minería verde: 5 claves para tener energía sostenible
La descarbonización del sector minero está llevando a las empresas a buscar que sus fuentes de energía sean renovables.
Redacción ContentLab
El modelo de negocio de la minería moderna y mundial del siglo XX ha estado atado a la construcción de centrales eléctricas para su autoabastecimiento de energía. El Perú no ha sido la excepción: ese enfoque ha sido el principal motor para el desarrollo de la electricidad con fines industriales en el país. A su vez, ha promovido la descentralización en la construcción de centrales hidroeléctricas. Casi a la par con la llegada del nuevo siglo, la minería se enfocó en lo que mejor sabía hacer y dejó la producción de electricidad a las empresas especializadas en este negocio.
Sin embargo, no por ello la minería se ha despreocupado de las características de la energía que consume. Al contrario, el sector ha apuntado a objetivos de sostenibilidad: reducción de los gases de efecto invernadero, operaciones de carbono neutro y promoción del desarrollo de energía limpia en el país.
Al representar el 27% del consumo del país, según el Ministerio de Energía y Minas, la minería es el sector más demandante de energía, por lo que las empresas eléctricas no dejan de tener los oídos abiertos a sus preocupaciones. En ese sentido, se pueden destacar cinco acciones que están permitiendo cristalizar políticas de sostenibilidad en materia de energía:
1. Producción eléctrica de bajo contenido de carbono
El presidente del Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES), César Butrón, explica que el Perú tiene un 44% de producción eléctrica de fuente renovable —principalmente hídrica—, mientras que un 45% proviene de la producción de electricidad en base a gas natural, 6% de recursos energético renovables no convencionales y 5% de fuentes como el diésel.
“Perú tiene el suficiente potencial para desarrollar energía solar en el sur y eólica en el norte para producir ‘hidrógeno verde’, ya que estas energías son también insumo para producir hidrógeno”
Entre las fuentes hidrocarburíferas, explica Butrón, el gas es el de menor efecto ambiental. A diferencia de otros sistemas en el mundo, el Perú cuenta con plantas a diésel, pero básicamente a modo de respaldo o emergencia, mientras que las plantas a carbono —las más contaminantes del mundo— han desaparecido. Las empresas mineras —en su mayoría clientes libres— escogen el tipo de empresa que los abastecerá.
Por otro lado, Butrón explica que, debido a la configuración del sector, no es posible saber con certeza si la energía usada por una minera proviene de una fuente renovable, pues cada minera se alimenta de una misma “bolsa”, desde donde se distribuye a todas. Además, son pocas las que poseen la capacidad de producción exigida por el sector minero y, a la vez, son 100% renovables.
2. Incursión de nuevas tecnologías
La demanda de electricidad del sector minero se concentra en mayor medida en su proceso de molienda. Sin embargo, la minería también hace un uso intensivo de otros tipos de energía, como la derivada del petróleo, en especial en el transporte, siendo necesario neutralizarla con el objetivo de lograr la descarbonización de sus operaciones. Daniel Cámac, deputy country manager de Engie Perú, indica que el sector minero ya ha puesto sus ojos en la electromovilidad a partir del uso del hidrógeno para lograr el desplazamiento gradual de los combustibles fósiles.
El ejecutivo señala que la tecnología del hidrógeno hoy ya es almacenable, lo que la hará tan competitiva frente a los hidrocarburos líquidos. A nivel global, Engie tiene un acuerdo con Anglo American para desarrollar un camión minero impulsado con hidrógeno. De ser positiva la experiencia, es casi seguro que será implementada en Quellaveco. Cámac señala que el Perú tiene el suficiente potencial para desarrollar energía solar en el sur y eólica en el norte para producir “hidrógeno verde”, ya que estas energías son también insumo para producir hidrógeno.
3. Inversión en proyectos de energía renovable no convencional
En su proyecto aurífero San Gabriel, ubicado en Moquegua, Buenaventura evalúa construir una planta solar de 20 megavatios (MW) que suministrará energía a esta futura operación. La compañía también evalúa opciones de energía renovable no convencional para otras operaciones del sur. Por su parte, Cerro Verde analiza una opción similar para la producción de 200 MW de producción solar en su zona de operación. Ambos proyectos son ejemplos de la orientación hacia una producción de energía sostenible.
4. Minería descarbonizada
En términos de energía, las mineras globales se encuentran en una competencia positiva por ser la primera en lograr la descarbonización total de sus operaciones. Anglo American, Rio Tinto y BHP han iniciado ya algunos procedimientos en algunas de sus filiales, teniendo un horizonte de 20 años. Por su parte, la canadiense Teck ha anunciado su objetivo de neutralidad de carbono para el año 2050.
Un estudio de la Asociación Internacional de Cobre de Australia sostiene que la neutralización del carbono en las operaciones de ese país se podría cumplir en el año 2052. La presión de las matrices hacia las filiales peruanas para lograr cumplir con los objetivos será cada vez mayor, por lo que no será extraño que la electricidad sea la fuente de energía en los equipos de minado y acarreo en los próximos 15 años.
5. Respaldo energético
Si bien la energía renovable no convencional tiene costos cada vez más competitivos, este ranking lo sigue liderando la producción hidroeléctrica de grandes volúmenes de energía. César Butrón remarca que las mineras que están desarrollando plantas eléctricas de energías renovables no convencionales tienen entre sus motivaciones el lograr un respaldo para afrontar los costos generados en horas punta y cumplir con su política de seguridad energética.
Estos diversos intereses son la fórmula ideal para gatillar en las empresas eléctricas la decisión por la energía eléctrica de fuente verde en futuras ampliaciones.
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