Estas son las 5 minas subterráneas más profundas del país
Henry Luna, exdirector de Promoción Minera del Ministerio de Energía y Minas, indica que un buen número de minas subterráneas se concentra en Arequipa, donde se ubican 33 operaciones. Le siguen Áncash (19) y Lima (17). El resto se encuentran repartidas principalmente en los Andes, a más de 3500 metros sobre el nivel del mar, con galerías que superan en cada unidad los 8 o 9 kilómetros de extensión.
La minería subterránea representa todo un desafío, pues no solo demanda la construcción de túneles, pozos, chimeneas y galerías, sino de toda una estructura de sostenimiento y seguridad que encuentra en la tecnología a su mejor aliado. Henry Luna indica que la ingeniería minera peruana ha logrado que cada vez se trabaje de forma más eficiente, de tal manera que muchas de las operaciones continúan ampliando su período de producción, como El Porvenir (Pasco), Uchucchacua (Arequipa) o Animón (Junín).
Las operaciones nombradas han pasado los 40 años de explotación y tienen una compleja estructura de galerías que se hicieron cada vez más profundas, apuntando a sacarle el mayor partido a la ventaja geológica de cada lugar. Dos de ellas figuran entre las cinco más profundas del país:
Según el Mapa de Principales Unidades Mineras en Producción elaborado por el MINEM, la gran mayoría de minas subterráneas son unidades polimetálicas (cobre, zinc, plata y plomo). Luna explica que estas operaciones deben enfrentarse a retos como tener un buen sistema de ventilación, remover el polvo y los gases nocivos, y reducir las temperaturas. Asimismo, deben asegurar la estabilidad de los túneles, usando sostenimiento con concreto armado, soporte metálico y otros materiales.
La maquinaria usada en la minería subterránea también es distinta a la de un tajo abierto, pues debe ajustarse a las limitaciones que impone el tamaño de las galerías. “Esta tecnología está evolucionando e incluso existen equipos robotizados que se manejan a control remoto y que minimizan los accidentes”, indica Luna. Además, en los túneles se requiere de talento humano especializado en diferentes aspectos, como soporte subterráneo, ventilación subterránea y automatización de equipos.
Con la finalidad de reducir los accidentes y brindar seguridad a los colaboradores, hay constantes avances en la implementación de equipos que soportan altas temperaturas, con sensores que supervisan desde la temperatura corporal de los empleados hasta el movimiento de rocas durante el proceso de excavación. “Cada vez se automatiza más a los cargadores, los sistemas de manipulación y todos los equipos”, explica Luna.
Mientras que mejora la seguridad para los colaboradores, también se sigue ampliando los proyectos subterráneos y se les hace cada vez más productivos, lo que es una señal de cómo la tecnología en las operaciones subterráneas eleva las expectativas de un sector fundamental para la economía nacional.
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