¿Cómo se gestiona el agua en la minería moderna?
La fiscalización y la responsabilidad ante las comunidades adyacentes a las operaciones impulsan una gestión eficiente.
Redacción ContentLab
Según las cifras de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), la minería formal es la actividad productiva con menor consumo de agua. Se estima que solo usa alrededor del 2% del agua superficial, versus, por ejemplo, el 80% que demanda la agricultura. Detrás de este pequeño porcentaje hay todo un planeamiento y desarrollo tecnológico que permite a la minería hacer uso eficiente del recurso hídrico.
Guido Bocchio, gerente legal y de recursos naturales de Southern Perú, remarca que el sector cumple con una exigente normativa hídrico–ambiental, pues debe realizar reportes de consumos que controlan las autoridades.
En ese sentido, existe fiscalización por parte de la ANA y el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA). Además, el propio sector minero se autorregula mediante la gestión por resultados sostenibles, basados en exigentes normas corporativas en materia hídrica y ambiental, lo que se traduce en regímenes de control y auditorías internas periódicas.
COSECHANDO AGUA
Jorge Tovar, gerente general de Hydrogeo Consultores, señala que la minería se encuentra casi en la obligación de generar sus propios recursos hídricos, pues la gran mayoría de los recursos existentes ya se encuentran destinados a la agricultura o al consumo de las poblaciones. En ese sentido, deben desarrollar infraestructura hídrica para acopiar agua o identificar recursos no utilizados.
Es el caso del proyecto Quellaveco (Anglo American), que usará agua de una zona de géiseres no apta para el consumo humano, y que será utilizada para su proceso metalúrgico. Otro ejemplo es el de Cerro Lindo, la unidad minera de Nexa, que ha sido una de las primeras en desalinizar agua de mar para sus operaciones.
“La minería se encuentra casi en la obligación de generar sus propios recursos hídricos, pues la gran cantidad de los recursos existentes ya se encuentran destinados para la agricultura o para consumo de las poblaciones”.
Proyectos como Tía María y Los Calatos están contemplando también la desalinización de agua para sus operaciones, así como para otros usos complementarios de las comunidades que están a sus alrededores.
Pero la minería no genera infraestructura hídrica apuntando únicamente a su producción. A través del mecanismo de Obras por Impuestos, Antamina está desarrollando proyectos de agua para que las poblaciones habitantes de su corredor logístico puedan aprovecharlas en agricultura (producción) y saneamiento (salud).
Un estudio realizado en 2011 por la consultora Halcrow, a pedido del Ministerio de Energía y Minas, identifica las cuencas en las que se puede embalsar agua para proyectos hidroeléctricos. Sin embargo, Tovar indica que el mayor valor del estudio es que señala la gran cantidad de recursos hídricos que se podría embalsar para las poblaciones y otros sectores productivos, a tal punto que no existiría razón para hablar de escasez de agua. La minería podría traducir esa posibilidad en realidad.
GESTIÓN HÍDRICA
Guido Bocchio, quien además es catedrático de la Maestría de Recursos Hídricos de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM), indica que, en el Perú, la generación de agua en el sector minero se produce de varias formas:
1. Mediante el reúso y la recirculación continua de agua asignada a las unidades mineras para los procesos de flotación del mineral (en las plantas concentradoras) y de lixiviación.
2. Creando una oferta hídrica nueva con las aguas residuales no tratadas provenientes de usos agrarios o poblacionales. Es decir, el agua que nadie quiere y que la minería está en capacidad de tratar y reusar, cumpliendo las normativas y las exigencias tecnológicas.
3. Apoyando una mejora en la disponibilidad hídrica orientada a las poblaciones vecinas y al sector agrícola, con programas solidarios. De esta manera se construye infraestructura hidráulica como reservorios, presas, canales de regadío, etc.
“Es meritorio lo que han conseguido empresas de la gran minería peruana en el sur del país, donde más escasea el agua fresca”, indica Bocchio, quien destaca especialmente dos casos con gran impacto positivo en la economía nacional, en los que se expandieron las operaciones y se incrementó la producción. “Uno es el caso de Southern Perú, que logró tal resultado solo con el reúso del agua residual de su proceso de concentrado de Toquepala, sin pedir más derechos de agua a la ANA. Y el otro es el de Cerro Verde, con relevante inversión para mejorar la infraestructura pública para regular el agua fresca altoandina, potabilizar el recurso para más de 350 mil personas y tratar el agua residual de la ciudad de Arequipa”, remarca.
SOPORTE TECNOLÓGICO
Bocchio indica que el aporte de la tecnología es uno de los elementos que permite un uso más eficiente del agua. Diversas operaciones mineras en el Perú han adquirido modernos equipos para bajar el ratio de consumo de agua fresca, instalando espesadores de alta densidad (modernos tanques de acero de alrededor de 40 metros de diámetro) automatizados y con flujómetros, para optimizar tanto los rendimientos minerometalúrgicos como el uso del recurso hídrico.
Por normativa, los operadores mineros deben instalar dispositivos de control y medición de agua, cosa que no ocurre con otros consumidores hídricos. “Lo que no se mide no se controla y menos se gestiona. Por eso la minería y el agua van de la mano en mejoras continuas en la gestión del agua”, resalta Bocchio.
Te puede interesar
PATROCINADO POR ACOMIPE
COPYRIGH© ELCOMERCIO.PE – GRUPO EL COMERCIO
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS
Editora general:
Jimena Villavicencio
Editora de especiales digitales:
Giuliana Dávila
Jefa de fotografía y video:
Nancy Dueñas
Diseño digital:
Joao Arriaga y Joan Arquiñigo
Coordinadores de especiales digitales:
Mariela Luján y Renato Girón
Edición de contenidos:
Pablo Panizo
Coordinadora fotográfica:
Lucía Ríos
Programación:
Alex Salazar
Kelvin Chirre
Daniel Polo