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Quipus, el mayor misterio inca: ¿qué tan cerca estamos de descifrarlos?

EY reúne en “Quipus y quipucamayoc, codificación y administración en el antiguo Perú” reveladoras investigaciones sobre los usos y secretos del más importante sistema de información incaico.

REDACCIÓN CONTENTLAB
Miércoles 30 de setiembre, 2021

Es momento de cuestionar un dogma que hemos repetido durante cinco siglos: los incas no conocieron la escritura. Efectivamente, no existió en el mundo preinca un alfabeto a imagen y semejanza del europeo, aunque sí un sistema de grabado y transmisión de información, relatos y contabilidad extremadamente eficiente. Esa es la posición de cuatro importantes especialistas, todas ellas mujeres, que desde diversos rincones del mundo, han dedicado años de investigación a los quipus: Magdalena Setlak, Viviana Moscovich, Sabine Hyland y Lucrezia Milillo. 

Gracias a investigaciones de campo y al estudio de cronistas de la Conquista, documentos virreinales y hasta archivos inéditos del propio Julio C. Tello -quien en 1935 visitó en Huarochirí a una comunidad que utilizaba quipus activamente-, los cuatro ensayos presentados en Quipus y quipucamayoc muestran evidencias de la complejidad de los quipus, su función esencial para el desarrollo y expansión del Imperio inca, y las diversas tareas que podían cumplir en las manos expertas de los quipucamayocs.

El misterioso código del Imperio Inca

Como bien explica Setlak, “el éxito y la estabilidad de los imperios no dependen solo de su capacidad de expansión o de mantener el poder militar, sino también de la habilidad de registrar la información y de transmitirla, rápida y eficazmente”. En el imperio inca, esta responsabilidad descansó en el quipu, una herramienta que permitía a las autoridades llevar un control preciso de las más diversas áreas necesarias para un buen gobierno. Solo unos pocos elegidos, llamados quipucamayoc, aprendían a manejar este sistema de nudos y cuerdas, tras cuatro años de formación en el Cusco.

Por testimonio de los cronistas del siglo XVI podemos conocer que los quipus eran utilizados en funciones tan diversas como las fiscales, religiosas o administrativas. La precisión con que se registraba información es evidente en casos como el de los quipus censales, que almacenaban datos como nombre, edad, género o estado civil de cada habitante de los distintos territorios dominados por el imperio. Así, el Inca y su equipo de gobierno podían determinar las cuotas de trabajo que debía cumplir cada pueblo y los habitantes destinados al servicio militar, entre otras decisiones.

Diversos factores han contribuido a que hasta hoy no hayamos sido capaces de descifrar completamente los quipus. La doctora en Antropología Carmen Arellano, miembro vitalicio de la Academia Nacional de la Historia y autora de la introducción de Quipus y quipucamayoc, señala a la escritura como una de las principales barreras: “la sociedad que invade y conquista otra siempre cree que porque por la fuerza bruta logró algo fue por superioridad cultural”, sostiene. Así, los europeos son incapaces de encontrar valor cultural en el mundo andino, descartando la posibilidad de que los quipus pudiesen ser equiparables a la escritura occidental.

Además de esta barrera, la antropóloga peruana señala también las limitantes de los conocimientos estadísticos y lógicos-matemáticos, así como la ignorancia sobre la forma como el habitante de los andes entiende el mundo y el cosmos. Sin embargo, a pesar de estos grandes contratiempos en la decodificación de los quipus, en los últimos años se han dado importantes pasos entre los que se cuentan, sin duda, las investigaciones de Setlak, Moscovich, Hyland y Milillo.

“Los europeos creyeron por siglos que la escritura alfabética era la cúspide de toda civilización. Los sistemas de notación que no eran escritura se descartaban por primitivos, y esto pasó con los quipus.”

Carmen Arellano, doctora en Antropología y miembro vitalicia de la Academia Nacional de la Historia

Hyland, por ejemplo, ha sido calificada por Carmen Arellano como “la sucesora de Max Uhle, en cuanto a la intensidad de su búsqueda e investigación” para descifrar los quipus. Esta tarea ha hecho énfasis en el estudio de quipus contemporáneos, como el encontrado por Julio C. Tello en 1935, para entender las lógicas detrás de la seriación y las bandas de colores en los quipus. 

El trabajo de decodificar los quipus se vuelve incluso más apasionante si consideramos que no existe entre los investigadores un consenso sobre los límites de estos instrumentos. Así, por ejemplo, Moscovich sostiene que los quipus fueron esencialmente herramientas administrativas y estadísticas. “No creo que pudiese escribirse historias en los quipus, al menos no como nosotros entendemos los términos historias o historia hoy”, señala.

La historia viva de los quipus

“El estudio sesudo y minucioso de los quipus arroja, poco a poco, la riqueza y la variedad de sus usos, con misterios aún por resolver, pero también con hallazgos e interpretaciones que permiten ir conociendo más la historia de los antiguos peruanos”.

Paulo Pantigoso, Country Managing Partner de EY Perú

Distinta posición defiende Setlak, quien considera que los avances en el desciframiento de los quipus nos permitirán leer las historias contenidas en ellos. ¿Cuánto tiempo habrá que esperar para entender los quipus por completo? Imposible determinarlo, aunque la especialista se atreve a pensar en dos o tres décadas más de estudios.

Por supuesto, el apoyo a las investigaciones será fundamental para este propósito. Pero no solo ello: también será necesario un nuevo enfoque de estudio, como el que propone Lucrezia Milillo. Utilizando la metodología multimodal, que combina la investigación cualitativa y cuantitativa, la antropóloga social de la Universidad de Boloña revela en su ensayo la estructura conceptual de un quipu conservado en el Museo Pigorini de Roma, Italia. El éxito de sus investigaciones hace evidente la necesidad de fortalecer dicha línea de trabajo.

 “Los quipus revelan una sofisticación científica a nivel de la lógica-matemática, así como de las ciencias estadísticas, que no se conocía en Europa en el siglo XVI, en la conquista española”.

Carmen Arellano, doctora en Antropología y miembro vitalicia de la Academia Nacional de la Historia

Ya sea tarde o temprano, una cosa es segura: los quipus seguirán siendo llaves hacia habitaciones del Tahuantinsuyo que han permanecido inaccesibles. En Quipus y quipucamayoc, el lector disfrutará de un paseo por algunos de estos salones, encontrando en ellos las claves que hicieron de los incas el más imponente imperio del hemisferio sur.

¿Cómo aplicar las enseñanzas al mundo de hoy?

Los quipus fueron prohibidos en 1583. Por muchos años se creyó que fue ese el motivo de su extinción, aunque hoy se sabe que siguieron usándose incluso hasta inicios del siglo XX.
Uno de los aportes más importantes al estudio de los quipus fue el de Julio C. Tello, padre de la arqueología peruana, quien describió su uso en el pueblo de Anchucaya, a inicios del siglo XX.

 

El ingeniero Hugo Pereyra Sánchez planteó hace un cuarto de siglo que los quipus podrían contener incluso información matemática compleja de arquitectura e ingeniería incaica.

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