Uno de los pilares más importantes del desarrollo cognitivo es la nutrición infantil. Para que esta sea la más adecuada, es necesario encontrar un correcto balance según la edad y la etapa en la que el niño o niña se encuentre. Desde la mesa se puede ayudar a los más pequeños del hogar con los retos que le deparan en la escuela.

“Tener una alimentación saludable es la clave para mejorar el rendimiento académico. Debemos elegir alimentos nutritivos en cantidades adecuadas —verduras, frutas, carnes magras, pescados, lácteos descremados, cereales integrales, menestras, grasas saludables y frutos secos—, asimismo fomentar la actividad física, el adecuado descanso y evitar situaciones de estrés”, señala el nutricionista clínico Edinson Sánchez (CNP 5451), educador en diabetes y obesidad.

Las dietas no son sólo fórmulas alimenticias que sirven para bajar de peso, también regulan otros aspectos del organismo como la producción de hormonas, las cuales son indispensables para el desarrollo del Sistema Nervioso Central (SNC) y por consiguiente del desarrollo cognitivo y conductual.

“Existen algunos componentes que pueden tener una relación con el aprendizaje: acetilcolina, cortisol, glutamato, dopamina, serotonina, entre otros. En vez de enfocarnos en cada uno por separado, es importante promover el estado de ánimo adecuado a través de hábitos saludables como una buena alimentación, adecuado descanso y práctica de ejercicio físico”, precisa Mariel Vera, nutricionista especializada en alimentación basada en plantas. “Es recomendable, incluir alimentos como nueces, maní, plátano, brócoli, arvejas, huevo, piña, tofu, alimentos ricos en fibra, semillas, entre otros pueden ser beneficiosos para la salud y ofrecer balance hormonal”, añade la experta en Educación Nutricional.

Si bien el consumo de alimentos ricos en omega 3 o de la vitamina B12 está asociado a un buen desarrollo cognitivo, “los estudios haciendo intervenciones de un solo nutriente no demuestran conclusiones tan evidentes, por ello es necesario enfocarse en consumir una dieta variada con diversos nutrientes con la finalidad de prevenir deficiencias y potenciar el desarrollo intelectual”, indica Vera. Ambos nutricionistas coinciden en que no hay un alimento que por sí solo mejore el rendimiento académico. “La clave está en tener una alimentación saludable, equilibrada, evitando los excesos y la comida chatarra o ultra procesada”, remarca Sánchez.

Te puede interesar