La abogada que ilumina el camino de los peruanos con discapacidad visual

REDACCIÓN CONTENTLAB
1 de diciembre, 2023

Cuando era una adolescente de 13 años, Jane Cosar Camacho recibió una noticia que marcó su vida para siempre: el colegio en donde estudiaba le comunicó que no podría continuar sus clases allí. Debido a su discapacidad visual debía ir “a un colegio especial”, le dijeron.

Para entonces, Jane ya había perdido completamente la vista. La retinitis pigmentosa que sufría había avanzado y no existía la tecnología necesaria para poder curarla. Su padre, Rolando Cosar, buscó incansablemente una escuela que la aceptara, y la encontró en Breña. La acogieron sin ningún pero. “En ese lugar fui feliz. A pesar de que era nueva, jamás se burlaron de mí. Al contrario, me aceptaron. Me sentí muy bien y encima acabé mis estudios en primer puesto a nivel secundaria”, recuerda orgullosa.

Años más tarde, la universidad no fue nada sencilla. En ese entonces, la tecnología no era tan amigable con las personas con discapacidad como lo es ahora, y tuvo que trabajar arduamente para graduarse. “Tenías que ir a la biblioteca y escribir las fichas en Braille, y mi padre me grababa los libros en casettes”, cuenta Jane, recordando su dedicación y la ayuda de su familia. 

Hoy, convertida en una renombrada abogada egresada de un doctorado y defensora de los derechos de las personas con discapacidad, queda claro que todos los esfuerzos valieron la pena.

Jane no duda en atribuir muchos de sus logros a su padre. “Él siempre confió en mí y me hizo entender que la ceguera no era una limitante y que la felicidad se construye todos los días”, asegura. A pesar de que no fue sencillo hacerse profesional y destacar entre sus colegas, el pensar siempre en positivo hizo que pueda superar muchos obstáculos; entre ellos, el poco entendimiento de la gente al verla entrar con un perro guía a lugares públicos y privados. 

Esta situación la llevó a la reflexión, y de la reflexión pasó al trabajo. “Las piedras en el camino no deben detenerte. Siempre hay que ir para adelante”, dice con seguridad. Luego de una larga investigación, en 2011 logró crear la Ley del Uso del Perro Guía para personas con discapacidad visual, aprobada por unanimidad en el Congreso. 

Así, Jane cambió el rumbo de nuestra historia y, especialmente, la de las personas con discapacidad visual en nuestro país. “Siempre tenemos que pensar en el otro, ponernos en el lugar del otro. Ser empáticos. En mi vida he encontrado trabas, pero también he conocido a muchas personas que me ayudaron y que fueron empáticas conmigo. Entonces, ¿por qué no serlo yo con los otros?”, dice la abogada.

Siempre hay un espacio para la empatía, como la Navidad. Se trata de una fecha en la que tenemos la oportunidad de compartir no solo un regalo, sino un abrazo sincero y un gesto amable. Por eso, Jane está afinando los preparativos para la celebración de este año. Junto a sus compañeros de la oficina de la Defensoría de la Mujer, el Niño, el Adolescente y la Persona con Discapacidad, recibirá en un salón del Congreso de la República a un grupo de personas con diferentes capacidades, a quienes han atendido durante todo el año. Habrá sorpresas, agasajos, panetón y chocolate. 

Jane ofrece su tiempo y sus recursos para realizar este tipo de acciones año a año, no solo en Lima sino en distintas regiones del Perú: “Soy feliz al saber que mi prójimo la pasa bien y se siente valorado. No hay nada mejor que compartir con el otro, que pensar en el otro”. 

Así como Jane comparte felicidad y se preocupa por el bienestar de las personas que la rodean, ¡despierta al Papá Noel que vive en ti! Y comparte la verdadera magia de la Navidad.

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Josué Pérez-Albela

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