REDACCIÓN CONTENTLAB
10 de noviembre, 2023

La educación en Loreto tiene todavía mucho camino por recorrer en comparación con otras regiones del país. Para muestra, un botón: según cifras del INEI, en el 2019 esta región ocupó el último lugar en cuanto al nivel de satisfacción en Matemática y Lectura en niños de cuarto grado de primaria, con una diferencia negativa de más de 43 puntos porcentuales con respecto al primer lugar.

Esta preocupante situación empeora al analizar el estado de la educación intercultural bilingüe en las comunidades nativas de la Amazonía. Aquí, “la mayor parte de jóvenes que terminan la educación secundaria, en vez de llegar a ser bilingües competentes en su lengua materna y en castellano, se convierten, en la práctica, en «nilingües»; es decir, en personas que no dominan la lectoescritura en ninguna de las dos lenguas“, enfatiza el Dr. Óscar Espinosa en su libro “El nudo amazónico: el Perú y sus pueblos indígenas”, publicado como parte del Proyecto Especial Bicentenario de la Independencia del Perú. 

Conociendo tal situación, Petroperú ha diseñado el Programa Jinkay, un proyecto que se enfoca en el fortalecimiento educativo en favor de niños y jóvenes de las comunidades originarias de Loreto ubicadas dentro del área de influencia del Oleoducto Norperuano, espacio geográfico donde el idioma materno es el wampis.

“Aplicando la política nacional de transversalidad del enfoque intercultural, las clases y los materiales educativos de nuestro programa Jinkay buscan ayudar a preservar la lengua y la identidad wampis. La propuesta pedagógica responde al currículo del Ministerio de Educación y contribuye a cerrar brechas educativas”, afirma Cecilia Quiroz Pacheco, gerente del departamento de Relaciones Comunitarias de Petroperú.

¿En qué consiste?

Se trata de clases de refuerzo en Matemáticas y Comunicación que se vienen impartiendo desde septiembre de este año a más de 250 estudiantes de primaria y secundaria de las comunidades originarias de Arutam, Fernando Rosas, Nazareth y Nueva Musa Kandashi. La intervención, que tendrá una duración de 18 meses, se realiza tanto en castellano como en wampis, en las aulas facilitadas por la comunidad.

“El programa tuvo una primera etapa de setiembre del 2021 a abril del 2022, en que benefició a más de 150 estudiantes de primaria y secundaria pertenecientes a la etnia Wampis, en los centros educativos de las comunidades nativas Fernando Rosas y Nazareth, ubicadas en la cuenca del río Morona”, explica Juan Gallarday Pretto, gerente corporativo de Desarrollo Sostenible de Petroperú.

El proyecto involucra la distribución de kits de útiles escolares y material educativo diseñado con el propósito de mantener viva la herencia cultural y lingüística de los wampis. 

Participación clave

Desde la primera etapa del programa quedó claro lo importante que es trabajar con toda la comunidad educativa, lo que incluye a los padres, los docentes de los colegios involucrados y los líderes de las comunidades o “apus”. En esa línea, se realizan coordinaciones previas con todos ellos con el fin de llevar a cabo un trabajo colaborativo y se implementan talleres abiertos para que las familias puedan observar de manera directa y transparente el acompañamiento proporcionado por Petroperú.

“El programa Jinkay ha sido diseñado no solo para apoyar el fortalecimiento de las capacidades de aprendizaje de los escolares, sino que también involucra de cerca a los padres, docentes de los centros educativos locales y autoridades comunales“, enfatiza Gallarday Pretto.

Además, se realizan visitas domiciliarias para compartir el proceso pedagógico aplicado y solicitar a todos los miembros del hogar el apoyo correspondiente para que refuercen en casa las materias estudiadas.

En el caso de los docentes locales, se les acompaña observando su desempeño en el aula y ofreciéndoles reuniones de retroalimentación y talleres de trabajo. “Desde su inicio, Jinkay ha generado una respuesta positiva de las familias en las comunidades nativas involucradas, al punto que tanto los papás y las mamás como las autoridades nos pidieron volver, para continuar y extender el programa por un tiempo mayor”, enfatiza Cecilia Quiroz.

Semilla que promete

La implementación y dirección están a cargo de una empresa con amplia experiencia en este tipo de proyectos, respaldada por profesionales especializados en docencia y psicología. La intervención en esta ocasión incluye la enseñanza de ciudadanía, informática y habilidades socioemocionales en primaria y secundaria.

El programa Jinkay, palabra que en lengua wampis significa “semilla”, responde a la política de gestión social de Petroperú, a partir de la cual la empresa diseña e implementa proyectos que mejoran la calidad de vida de las comunidades colindantes a sus operaciones. “Jinkay apuesta por un desarrollo integral de los y las estudiantes de las escuelas rurales en las comunidades nativas beneficiadas”, puntualiza Gallarday Pretto.

Según información del Banco Mundial, la educación en el Perú ha retrocedido 10 años desde el 2020. Además, históricamente, la selva ha obtenido los resultados más bajos en las evaluaciones del sector educativo. Por ello, no es de extrañar que el puntaje promedio de la línea de base del programa Jinkay sea de apenas 7/20. El compromiso de Petroperú es promover iniciativas alineadas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que ayuden a mejorar este escenario.

Te puede interesar

Infórmate y descarga

Las últimas noticias sobre cada uno de nuestros enfoques de trabajo.