Redacción ContentLab
Miércoles 26 de noviembre, 2019
C ontagiado por el espíritu de la unión que nace en cada Navidad, el escritor Washington Irving dijo alguna vez que esta es “la temporada para encender el fuego de la hospitalidad en el salón y la genial llama de la caridad en el corazón”. Compartir en familia es la mejor forma de regalar la magia de la Navidad.

Si de compartir se trata, nada identifica tanto a la Navidad peruana como el panetón. Muchos no lo saben, pero detrás de este entrañable bizcocho está el descendiente de una familia de italianos que amó al Perú desde que desembarcó en nuestra tierra. Pero no nos adelantemos, conozcamos primero qué hace de la Navidad un momento tan mágico.

Cerca de ti

“Cerca de ti, que esté el amor. Cerca de ti, reine la paz. Que encuentres siempre a quién querer, y te acompañe la felicidad…”, decía la canción de un recordado comercial de los años ochenta. En él, un abuelo sorprende a sus seres más queridos cuando llega a la casa familiar de forma inesperada, para celebrar la Nochebuena. La escena es conmovedora porque, además del cariño y los obsequios, la Navidad es esa fecha en la que no existen excusas para estar lejos.

Compartir historias, música y cuentos, como lo demuestra el músico Lucho Quequezana en el siguiente video, es el regalo más importante este 25 de diciembre.

“La Navidad simboliza amistad, solidaridad y familiaridad”, dice el sociólogo Pedro Gibaja Vargas-Prada. Por eso, el regalo es una manera de agradecer al otro, a través de un genuino impulso por compartir lo mejor de uno y darle a los seres queridos una pequeña y emblemática muestra de lo importantes que son para nosotros.

Los peruanos somos más felices “regalándonos una cruzada por los valores y demostrando que somos mejores personas”, sostiene el psicólogo social Jorge Yamamoto. Para este especialista, la Navidad “puede ser una fuente de felicidad cuando se trata de una fiesta familiar, en la que el centro de la celebración son los valores que promueve la religión o los valores laicos de la buena ciudadanía”.

La antropóloga Carla Tamagno comparte el optimismo por el poder transformador de la Navidad. “Es el máximo momento de unión familiar. Esta celebración cultural tiene como centro a la familia, con momentos simbólicos, como comer el panetón”. Para la antropóloga, este bizcocho se ha convertido en un elemento central de la Navidad, después de compartirse de generación a generación, y hoy expresa el “espíritu navideño”. Detrás de un panetón están las personas que abren sus corazones a la generosidad.

“Honraré la Navidad en mi corazón y procuraré conservarla durante todo el año”.

Charles Dickens

La ruta del panetón

En 1956, el panetón llegó a nuestro país para transformar las navidades peruanas.
Como adelantamos, el responsable de la llegada del panetón al Perú tiene nombre y apellido: Antonio D’Onofrio di Paolo, hijo de Pietro D’Onofrio di Resta. Se trata del heredero del fundador de Heladería & Confitería Pedro D’Onofrio, quien tomó el timón del negocio en 1919. Con solo 23 años, se encargó de desarrollar nuevas líneas de productos para vender dulces no solo en el verano, sino durante todo el año.

Con ese propósito en mente viajó a Italia en 1956, en busca de la “fórmula y el método” para la creación del panetón más sabroso. Para ello contó con la dirección técnica de Alemagna, la firma italiana que industrializó en 1933 el famoso “Pan de Toni”, aquel dulce que sorprendió a la corte del duque Ludovico Il Moro, señor de Milán, en el siglo XV, y que más tarde los italianos bautizaron como ‘panettone’. Antonio nunca lo imaginó, pero resulta que hoy, más de 60 años después, los peruanos somos los segundos consumidores de panetón en el mundo, solo por detrás de Italia.

Por sorprendente que parezca, desde 1956 los peruanos compartimos el mismo panetón. La razón está en su esencia: la levadura madre. “Cada panetón D’Onofrio se hace con la masa fermentada original que trajimos de Italia, aquella con la que los italianos han producido panetones durante siglos”, asegura Alejandro Victorio, Asesor de Procesos en Nestlé Perú.

Con más de tres décadas detrás de la fabricación de este bizcocho, Victorio explica que el sabor único que caracteriza al panetón D’Onofrio es el fruto de la cuidadosa reproducción de esta masa fermentada por microorganismos naturales. “Cuando Antonio D’Onofrio viajó a Milán, regresó con asesores italianos que trajeron trozos de esa masa, la misma que reproducimos en un proceso controlado e higiénico”. En suma, Don Antonio regresó para recuperar parte de su herencia, para compartirla con el Perú.

La receta, eso sí, varió ligeramente para adaptarse a nuestro exigente paladar peruano. “La original tenía cáscara de naranja, pero como al peruano le gustan más los confites, por eso se reemplazó este producto por las pasas y las frutas confitadas”, explica Francesca Migone, Jefa de Aplicaciones Confitería. Así, el panetón más amado por los peruanos llegó a su fórmula definitiva: más que una mezcla de levadura madre, pasas y frutas al horno, una tradición que compartimos en el calor del hogar.

Para Alejandro Victorio, la Navidad posee un significado muy especial. No solo porque es el momento más importante para compartir en familia, sino porque cada Nochebuena disfrutan juntos de un producto que él mismo ayudó a fabricar desde hace tantos años, y con tanto afecto.

Para él y para las millones de familias peruanas, la unión es el mejor regalo que se puede recibir. Por eso,D’Onofrio nos recuerda que la verdadera magia de la Navidad peruana está en el compartir juntos, en regalar nuestro tiempo y nuestra alegría a quienes más queremos. Y qué mejor si sobre nuestra mesa hay un panetón D’Onofrio.

#RegalaLaMagia

Más que regalos físicos, en esta Navidad regala unión, tiempo y alegría.

cuentos de navidad

Ninfa, Luigi y Edwin nacieron un 25 de diciembre. Esta navidad sus familias los sorprenderán para descubrir que estar juntos es el regalo más importante.

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